Crisis tras las elecciones

Los Comuns aparcan su crisis interna para centrarse primero en resolver la investidura

Albiach prevé un "cambio de caras" en la cúpula de los Comuns en el congreso de otoño

Catalunya se aboca a un pacto en dos meses que evite una repetición electoral

Sumar inicia una etapa "de colaboración y en pie de igualdad" con el resto de partidos y prevé reunirlos antes de julio

Ada Colau y Jéssica Albiach, coordinadoras de Catalunya en Comú, en una rueda de prensa

Ada Colau y Jéssica Albiach, coordinadoras de Catalunya en Comú, en una rueda de prensa / ACN

Sara González

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Quizá porque la crisis en ERC -con pulso público entre Oriol Junqueras y Marta Rovira incluido- es mucho más descarnado y, por lo tanto, llamativo; o quizá porque la receta que han aplicado es distinta, el apuro interno que atraviesan los Comuns ha quedado en un segundo plano del foco mediático. Pero haberlo, haylo. La formación asume que el varapalo electoral de las catalanas y las europeas, así como el hecho de que Sumar no levante cabeza, obliga a "relanzar" el proyecto. Pero la consigna es que cada cosa a su tiempo, que antes de poner orden a la interna, el calendario de la investidura en Catalunya aprieta, además de poder repercutir también en el rumbo que se fije en el congreso agendado para otoño.

Para ese conclave que debía celebrarse en 2025 y que por los malos resultados se ha adelantado al 16 y 17 de noviembre -dos semanas antes que el de los republicanos- quedan prácticamente cinco meses. Se tendrá que renovar hoja de ruta y también liderazgos, cosa que significa abrir el melón de si el tridente Ada Colau, Jéssica Albiach y Candela López continúan al mando de Catalunya en Comú. "Habrá cambio de caras", ha anticipado la líder en el Parlament.

Pero la previsión es que no sea hasta finales de septiembre cuando anunciarán si optan o no a la reelección. Y es que la prioridad ahora es centrarse en lograr un acuerdo con PSC y ERC para que Salvador Illa pueda ser investido presidente y evitar una repetición electoral que podría ser aún más desoladora para el partido. A continuación, las cuatro carpetas que tienen encima de la mesa.

Impedir la repetición electoral

Impedir la repetición electoral

Bajo ningún concepto los Comuns quieren que haya una repetición electoral. La noche del 12 de mayo, pese al desasosiego por quedarse con seis diputados -dos menos- fue celebrado como propio el escaño que bailaba y que finalmente fue para el PSC, ya que permitía sumar la mayoría absoluta de 68 votos con la veintena de diputados obtenidos por ERC. Así que desde el primer minuto han abogado por el pacto a tres.

Albiach ya ha delimitado el terreno de las condiciones de la negociación para investir a Illa: que las políticas de vivienda pública sean una prioridad del nuevo Govern y que se destierren proyectos como el Hard Rock. Si descarrila la alianza porque no se consigue el 'sí' de los republicanos, el riesgo que corre Catalunya en Comú no es solo que puedan perder aún más fuelle, sino que esta vez sí que se presente Podem alentado por el 'sorpasso' por 8.000 votos en las europeas.

¿Entrar o no en el Govern?

¿Entrar o no en el Govern?

Si el acuerdo cuaja, entonces el siguiente paso será dirimir si se entra o no en el Govern de Illa. Siempre y cuando, claro está, que el PSC contemple esa posibilidad, ya que los socialistas prefieren un ejecutivo en solitario que pueda jugar con la geometría variable con ERC y Comuns para unos asuntos y con Junts para otros. Por contra, fuentes del espacio no esconden que su prioridad sería lograr un pacto lo suficientemente ambicioso como para asumir responsabilidades en el Govern, que defienden que tiene que ser "fuerte y estable". Supondría ganar una influencia y un peso institucional que permitiría amortiguar la pérdida de fuelle en las urnas, agravada por el hecho de que Colau no haya alcanzado un pacto para entrar en el gobierno municipal de Jaume Collboni.

Reformular el vínculo con Sumar

Reformular el vínculo con Sumar

Los Comuns han enmarcado dentro de la normalidad que, tras concurrir a las elecciones con la nomenclatura de Comuns-Sumar, en el Parlament se hayan registrado formalmente como grupo prescindiendo de la marca acuñada por Yolanda Díaz. Pero no deja de ser sintomático. La relación con el resto de socios estatales, admiten, se tiene que "reformular", especialmente tras la dimisión de la vicepresidenta del Gobierno de la cúpula del movimiento. Y aunque no son partidarios de hacerlo con prisas, se han tenido que adaptar a la urgencia que sí que han pedido otras formaciones del espacio. Así que la semana que viene se sentarán en la mesa de partidos y habrá que ver si Colau toma la voz cantante o la delega en otros dirigentes más cercanos a Díaz.

¿Quién liderará la nueva etapa?

¿Quién liderará la nueva etapa?

Con las otras tres carpetas cerradas y las dudas despejadas, llegará el proceso congresual. Para entonces ya se sabrá si Catalunya ha formado Govern o se repiten las elecciones en octubre y, en el caso de que se abra paso el primero de los escenarios, si los Comuns se quedan en la oposición o participan de la gobernabilidad. Con la 'photo finish' ya clara, se afrontará el siempre espinoso debate de quién toma las riendas en el partido. ¿Continuará Colau? El relevo de la carismática exalcaldesa, ahora concejal en la oposición en Barcelona, ha sido hasta ahora un anatema.

En el caso de Albiach, ha admitido que se planteó la dimisión tras los malos resultados, pero el partido optó por cerrar filas con la negociación de la investidura y abrir ese debate después. La misma reflexión deberá hacer López, bien conectada con Sumar y vicepresidenta de la Diputación de Barcelona, además de diputada en el Congreso. Pero antes de llegar a este momento los Comuns consideran que hay mucha tela por cortar y que esta será decisiva para lo que pueda pasar en su congreso. Así que, de momento, la crisis existe, pero contenida.

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