Las filas republicanas

Junqueras formaliza su dimisión en ERC para intentar volver con más fuerza

El líder de ERC deja el cargo pero buscará recuperar el control del partido en otoño

Quién es quién (y qué apoyos tiene) en la lucha por el control de ERC

Junqueras presentará batalla para recuperar el control de ERC en otoño

Reconstrucción: las 72 horas que hicieron estallar a ERC y rompieron el tándem Junqueras-Rovira

Oriol Junqueras, con dos de sus colaboradores, llegando el domingo a la sede de ERC.

Oriol Junqueras, con dos de sus colaboradores, llegando el domingo a la sede de ERC. / Acn

Quim Bertomeu

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Decisión ejecutada. Tal y como anunció que haría hace tres semanas, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha comunicado formalmente este lunes su dimisión como líder del partido. Lo ha hecho en la reunión de la ejecutiva que también ha servido para valorar el resultado de las elecciones europeas.

Junqueras deja atrás 13 años al frente de Esquerra, una formación cuyas riendas tomó en octubre de 2011 en plena depresión y que consiguió llevar a lo más alto, incluso con su paso por la cárcel por la organización del referéndum del 1-O. Se marcha de una forma que no hace tanto tiempo hubiera parecido imposible: enfrentado a su número dos, la secretaria general, Marta Rovira. El tándem que llevó a ERC a sus mejores resultados desde la Segunda República, ahora lucha por el control del partido.

El mismo Junqueras ha explicado su decisión a la salida de la reunión de la dirección: "Hoy he formalizado mi dimisión del partido como anuncié el 15 de mayo. Por lo tanto, todo según lo previsto". Además, ha asegurado que, pese a su marcha, mantiene intactas "las ganas de ayudar" a su partido. También ha intentado quitarle hierro al asunto asegurando que hoy había que dedicarle toda la atención al análisis del resultado de las elecciones europeas y a la constitución del nuevo Parlament.

Junqueras se marcha, pero no se va muy lejos. Ha decidido dimitir para atajar la crisis interna que se abrió en el partido tras el batacazo de las elecciones catalanas del pasado mayo, pero su intención es volver con más fuerza en otoño, cuando se ha convocado el congreso de ERC para decidir nuevo líder. Es decir, está convencido de que la reconstrucción del partido tras el último ciclo electoral a la baja pasa por él. Su argumento es que no pudo liderar el partido mientras estuvo encarcelado (2017-2021) y que no ha podido ser candidato a la Generalitat en plenas facultades desde 2012. En conclusión, que merece otra oportunidad. Es por esto que en los próximos meses se recorrerá las agrupaciones del partido para recabar apoyos entre la militancia. Una militancia que quiere que le devuelva al trono el 30 de noviembre. A su salida de la ejecutiva no ha escondido que, en efecto, esa es su intención. Junqueras ha explicado que a partir de ahora tiene "muchas ganas de escuchar a todo el mundo".

Todo el poder orgánico para Rovira

Como fijan los estatutos, la dimisión de Junqueras deja el poder del partido en manos, precisamente, de Rovira. Un poder que siempre ha ejercido pese a que, desde 2018, reside en Ginebra por riesgo a ser detenida si vuelve a España. La justicia le busca tanto por la organización del 1-O como de las protestas del Tsunami Democràtic. A diferencia de Junqueras, Rovira no seguirá en el cargo tras el congreso de noviembre, pero sí quiere dejar el partido en manos de otros líderes que hoy viven bajo su paraguas. De aquí el enfrentamiento con Junqueras. En un comunicado, Esquerra ha confirmado que no habrá más cambios en la dirección del partido.

El viaje que emprende este lunes Junqueras recuerda al que hizo Pedro Sánchez tras verse forzado a dimitir del liderazgo del PSOE en 2016. Sánchez perdió entonces el poder del aparato del partido, pero se supo trabajar a los militantes para volver. En 2017 derrotó a Susana Díaz y recuperó el cargo. Esto es, exactamente, lo que quiere hacer Junqueras. Ya no tiene el poder en la ejecutiva, en manos de Rovira, pero confía en tener el apoyo de los militantes.