Europa debe decidir cómo racionar el uso del agua y proteger los ecosistemas

En los últimos años, las sequíasno se han limitado a la mediterránea sino que también han afectado países europeos menos habituados a este fenómeno. Por esta razón, los dirigentes europeos han apostado por la búsqueda de soluciones ante la escasez. Para la Unión Europea, la desalinización de agua debe ser un complemento y no la principal base de producción del recurso. Fuentes de la Comisión apuntan que es necesario avanzar en proyectos de reutilización, como el que está en marcha en el río Llobregat.

Además, Europa está centrada asegurar que no se extraiga más agua de los ríos de la permitida, para preservar ecosistemas, y en mejorar la calidad de las masas de agua. De hecho, se está evaluando la actual directiva de nitratos para hacerla más exigente con las empresas (agrícolas y ganaderas) que contaminan el medio ambiente. Esta intención de seguir siendo estricta con los estados respecto a la gestión del agua se mantendrá o no en función del Parlamento Europeo que se escoja el próximo domingo.

Una de las leyes comunitarias que sigue en el aire, a la espera de que se resuelva el bloqueo actual en el Consejo de Europa, es el Reglamento de Restauración de la Naturaleza. Durante el comienzo de la legislatura, los Verdes acordaron con el Partido Popula varias medidas medioambientales que se debían ejecutar. Esta, por ahora, continúa en el limbo. No obstante, lo que ocurra en las elecciones no debería influir, puesto que el parlamento ya le ha dado el visto bueno. La decisión está en manos de los gobiernos de la UE. En cambio, futuras leyes que pretendan preservar ecosistemas y que a menudo entran en discrepancia con el sector agrícola o ganadero, pueden quedar en nada si no hay una mayoría política dispuesta a seguir avanzando.

Otra materia en la que se han logrado avances parciales es la gestión de los residuos. Uno de los focos principales está puesto en la eliminación de elementos químicos contaminantes o en la presencia de microplásticos procedentes de todo tipo de productos en el agua. Las directivas europeas y las posibles sanciones marcarán las políticas estatales. Uno de los asuntos que genera discrepancias, por parte de las empresas afectadas, es la aplicación de la responsabilidad ampliada, es decir, obligar a las compañías a pagar por la generación de residuos en caso de que no encuentren otras soluciones.

Europa batió recientemente su récord de producción de energía renovable. En esta cuestión, Catalunya tiene mucho trabajo por hacer, porque todavía está muy lejos de los objetivos para 2030 (alcanzar un 42,5% de energía verde). Más allá de las metas marcadas, la política europea será decisiva con relación a los fondos que se pongan a disposición de los estados para desarrollar estas energías. Por un lado, están las propuestas de empresas que pretendan instalar parques eólicos o fotovoltaicos y la predisposición de los gobiernos a aceptarlo o no. Pero también será clave el aumento o no del autoconsumo en los hogares, un modelo que se estancó después de que se agotaran parte de los fondos europeos previstos para ello.