Tensiones en el Govern

Los 285 minutos que sacaron a Junts de la mesa de diálogo

Aragonès se mostró decidido a vetar los representantes elegidos por JxCat con el conocimiento de los líderes de su partido

La nula voluntad de enfrentarse a ERC y culpar a la Moncloa del plante fue acogida con satisfacción entre los republicanos

Puigneró y Aragonès, en el Parlament

Puigneró y Aragonès, en el Parlament / EFE / Quique García

Xabi Barrena

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Pedro Sánchez y Pere Aragonès trataron de poner en valor la importancia de la reunión de la mesa de diálogo del miércoles mediante la comparación de imágenes. En ese caso, la de un Gobierno, el de Rajoy, suspendiendo la autonomía catalana y lo visto esta semana, con un Ejecutivo sentado a la mesa y dialogando con la Generalitat. No es la única lectura visual que esta semana demanda a gritos.

El presidente de la Generalitat dio un golpe de autoridad el martes, a cuenta de la composición de la delegación de Junts para la mesa de diálogo. La vetó. Y la perspectiva histórica permite comparar este arreón del republicano, que dejó a Junts sin respuesta, con otras tantas imágenes en las que los republicanos se habían plegado a la fuerza convergente y posconvergente.

No es la primera vez que Aragonès planta cara a Junts. Lo hizo en plena negociación de investidura, cuando rompió las conversaciones con los puigdemontistas, aunque en aquella ocasión la aritmética salida de las elecciones del 14-F le dejó sin otra salida que volver a sentarse en la mesa con ellos.

La historia de este puñetazo se inicia a las 8.45 horas del martes, cuando Jordi Sànchez llamó a Aragonès y le comunicó los nombres elegidos para la mesa. Jordi Puigneró, Jordi Turull, Míriam Nogueras y el propio secretario general. La respuesta del ‘president’ fue: “No me gusta, discutámosla”.

Pedro Sánchez y Pere Aragonès en el Palau de la Generalitat.

Pedro Sánchez y Pere Aragonès en el Palau de la Generalitat. / Ferran Nadeu

Contactos antes de vacaciones

ERC y Junts mantuvieron antes y después de las vacaciones múltiples contactos y dos o tres reuniones para debatir sobre cómo actuar en la mesa de negociación. Fuentes republicanas insisten en que la condición de que todos los participantes tenían que ser miembros del Govern fue explicitada siempre por el ‘president’. Pero no hay ningún documento firmado, como recuerdan siempre los posconvergentes.

Aragonès quería ultimar la alineación para el cónclave el lunes por la tarde, pero los puigdemontistas señalaron que hasta que se supiera qué iba a hacer Pedro Sánchez no facilitarían sus nombres. “Estaban convencidos de que no iba a venir”, sostiene una fuente republicana que ya señaló a este diario, el lunes, que había indicios de que la presencia del presidente se produciría, pero que ahora reconoce, sin embargo, que hasta que el presidente no lo proclamó, por la noche, en TVE, no las tuvo “todas” consigo. Con todo, ERC, en la últimas semanas, ha lanzado varios mensajes, vía intermediarios, a los socialistas para que se tomaran “en serio” la mesa. Y ello empezaba con la presencia del presidente del Gobierno.

Pedro Sánchez y Pere Aragonès encabezan la reunión de la mesa de diálogo de este 15 de septiembre de 2021 en el Palau de la Generalitat. A la izquierda, Sánchez con la vicepresidenta Yolanda Díaz y los ministros Félix Bolaños, Miquel Iceta e Isabel Rodríguez. A la derecha, Aragonès con los 'consellers' de ERC Laura Vilagrà y Roger Torrent.

Pedro Sánchez y Pere Aragonès encabezan la reunión de la mesa de diálogo de este 15 de septiembre de 2021 en el Palau de la Generalitat. A la izquierda, Sánchez con la vicepresidenta Yolanda Díaz y los ministros Félix Bolaños, Miquel Iceta e Isabel Rodríguez. A la derecha, Aragonès con los 'consellers' de ERC Laura Vilagrà y Roger Torrent. / GENERALITAT DE CATALUNYA / JORDI BEDMAR

Aragonès esperaba sustanciar el debate interno en el Consell Executiu previsto para ese mismo martes. Y a poco de empezar, saltó el comunicado de Junts en que hacía públicos los nombres.

Muy molesto, el 'president' compartió el órdago posconvergente en el grupo de chat que el ‘sanedrín’ para la mesa de diálogo tiene montado ERC. Es una ya vieja forma de trabajar de los republicanos, utilizado, por ejemplo, en la negociación con el PSOE para la investidura de Sánchez. Crear un foro de seguimiento y debate restringido desde donde se orienta y se decide qué hacer.

En este caso, no cupo indicación alguna a Aragonès. “Mientras el resto se exclamaba y exponía opciones a realizar, el ‘president’ dejó claro que se mostraría inflexible”. El resto estuvo de acuerdo. Un resto que incluye a Oriol Junqueras, Marta Rovira, Marta Vilalta, Sergi Sabrià, Roger Torrent y Laura Vilagrà.

Pere Aragonès, en su comparecencia en la Generalitat.

Pere Aragonès, en su comparecencia en la Generalitat. / FERRAN NADEU

Sin vuelta atrás

Se inició el Consell Executiu en un clima enrarecido. Los ‘consellers’ asistieron en silencio al debate entre Aragonès y el vicepresidente Jordi Puigneró. Sin acuerdo. Junts solicitó un receso, se supone para que ambas partes transmitieran la información, por ejemplo, Aragonès al ‘sanedrín’ de la mesa, pero en el retoma tampoco hubo acuerdo. Ni tampoco Aragonès se echó para atrás.

Los republicanos, señalan fuentes, se sintieron “en la zona desconocida” que supone no saber hasta dónde conduciría la crisis. Las palabras de Jordi Sánchez, por la tarde, en que liberaba a ERC de toda culpa y centraba en la Moncloa la responsabilidad del veto, fueron acogidas con satisfacción. Sobre todo, porque, mantiene Esquerra, “ambos [ERC y Junts] sabemos que la Moncloa no ha intervenido en la conformación de la delegación. Y tuvieron que aceptar la presencia de Quim Torra, ya condenado por inhabilitación, en la reunión de la mesa del 26 de febrero de 2020.

Jordi Sànchez, secretario general de Junts per Catalunya.

Jordi Sànchez, secretario general de Junts per Catalunya. /

Los reproches de ERC se centran en los intentos de Junts de “ir a misa y repicar campanas". De sentarse a preparar la mesa de diálogo y, en paralelo atacar a fondo en declaraciones públicas” y en tratar de imponer un “trágala inasumible, con tres miembros de cuatro sin paraguas institucional”. ¿Habría cambiado algo si los posconvergentes hubieran presentado a Aragonès una lista con tres o cuatro ‘consellers’ y, además, Jordi Turull? La respuesta del núcleo republicano es que la decisión del ‘president’ de incluir a solo miembros del Govern era firma, pero una propuesta “más sibilina hubiera dificultado el puñetazo en la mesa”, concede una voz de ERC.

El martes, a las 13.30 horas, 285 minutos después de la llamada de Sànchez, Aragonès compareció ante los medios para dar cuenta de que la delegación catalana no tendría miembros de Junts.

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