Ricardo Rosety: "Messi me llama 'El Pelao' y de ahí surgió el podcast de calvos"

Hay niños que vivimos una infancia de la que resulta absolutamente imposible despegarse. Estoy hablando de hace 50 años, tal vez, ahora, esos niños no pretenderían, en modo alguno, copiar al abuelo, al padre, a sus tíos, que va. Y menos, tal y como se ha puesto el periodismo actual.

Pero cuando tú mamas el periodismo, los textos, la fotografía, la palabra, la radio, la televisión, 24 horas sobre 24 horas, el frenético día a día de los 365 días del año, sí, sí, hasta el día de Navidad y Fin de Año, cuando tú ves vibrar, apasionarse, pasárselo en grande a tu abuelo, a tu padre, a tus tíos, si tú no sales periodista, ni bueno ni malo, periodista, es que no has entendido nada de la vida, nada. Cero.

El abuelo Gaspar Rosety ya era un vendaval en Radio Gijón EJ34, tremendo. Papá Manolo Rosety sigue siendo el terror de Gijón y la provincia desde su rincón en ‘El Comercio’. ¿Saben como le llaman al artículo de papá Rosety? ¡La esquelita! No hace falta que les explique el motivo ¿verdad? Casi firma con una cruz. El tío Gaspar fue uno de los cinco ‘reyes magos’, un grande, inmenso, de la radio deportiva española. La tía Patricia hace información política en la COPE. Con ese panorama, ¿iba a salir Ricardo Rosety ingeniero de caminos, canales y puertos?

Él no sabe que lo voy a contar, pero me lo ha explicado su padre, entre temeroso y orgulloso: su hijo, de niño, de muy niño, le quitaba el mazo de hacer chocolate a su abuela Armida y se paseaba por el pasillo imitando al locutor de turno. No es, pues, extraño que Ricardo entrase a saco en la SER de Gijón, a los 16 años, haciendo un programa, titulado ‘Jóvenes y campeones’, dedicado a las categorías inferiores.

Y, desde entonces, a volar. Onda Cero Gijón, COPE Gijón, Barcelona, Mediapro y Gol TV, fútbol, baloncesto, hockey, puro directo, micrófono a pie de campo, de pista, del río Sella, calor, frío, entrevistas, comentarios, tertulias, análisis pospartido…hasta llegar a mañana, 14 de agosto, cuando estrenará su propio programa ‘DirectoGol’, en Gol Play, el canal de fútbol y del deporte, en abierto, de la televisión.

Ricardo ama la televisión, pero siempre le ha vuelto loco la radio. Ya, claro, contagio familiar, ¿no? Por eso se inventó uno de los podcast más escuchados en España: ‘El Pelao’. Asunto de calvos. De muy calvos. Rosety quería tener algo suyo y, en compañía de su amigo Elías Israel, ¡vaya otro!, estuvo dándole vueltas a inventarse algo. «Debe ser algo distinto, llamativo, rompedor, que te identifique, Ricardo», le contaba Elías, entre café y café. Y risitas.

Una noche, en Wembley, después de un partido de Champions del Barça, el responsable de prensa azulgrana se acercó a Leo Messi y le dijo, a lo bajini, que le ha tocado salir en la tele, ser el entrevistado de esa noche. «Mira, Leo, tienes cuatro televisiones, puedes escoger la que quieras, pero la que tiene los derechos de la Champions, en España, es Movistar, cuyo periodista es el mismo que te entrevistó, la semana pasada, en LaLiga», añadió el funcionario azulgrana. «¿Quién? ¿’El Pelao’?, pues, venga, ‘El Pelao’», soltó Messi. Y hacia el micrófono de Rosety que se fue ‘D10S’.

Cuando Ricardo, de 47 años, le contó la anécdota a Elías, su otro yo, ambos se miraron y, sin mediar palabra, pensaron ‘blanco y en botella’ e idearon ‘El Pelao’, un podcast donde Rosety entrevista, como poco, dos veces al mes, a un calvo. Y, sí, claro, la entrevista, que dura casi una hora y es deliciosa, empieza con la pregunta «¿tú cuando te diste cuenta que eras calvo?». Luego viene si usa o no champú para la cabeza. Perdón, para el cuero cabelludo. Y acaba narrando la vida del entrevistado, en una charla divertidísima.

Puede que el tono del nuevo programa ‘DirectoGol’ de Rosety tenga algunas pinceladas de ‘El Pelao’. Sería maravilloso, seguro, aunque mandará la actualidad, los videos, los resúmenes, el debate, algo de tertulia, entrevistas, reacciones…Ricardo está encantado con el reto. 

Eso sí, se le caen una docena de lagrimitas al pensar que su tío Gaspar no le verá esta noche, pero lo que tenía que aprender de él «piensa mucho lo que dices, pues las palabras pueden hacer mucho daño», lo ha aprendido y aplicado cada día. Ese consejo jamás lo olvida, como tampoco el de Manolo, el dueño de la ‘esquelita’: «No es necesario decir todo lo que piensas, pero sí es necesario pensar lo que dices».

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