El momento Kamala

La aparición en escena de Kamala Harris ha puesto patas arriba la campaña americana. En solo siete días los demócratas afrontan una oportunidad que rara vez se presenta a estas alturas de campaña: la de reiniciar y volver a ilusionarse con la posibilidad de ganar. Kamala emerge, es su momento. En horas han salido de debajo de las piedras apoyos para su campaña. En tres días 170.000 voluntarios han solicitado implicarse a favor de la candidata, una cifra sin precedentes.

A diferencia de Joe Biden que iba a las elecciones con la esperanza de que quienes no quieren ver a Trump le votarían a pesar de su escasa energía y pasión, Kamala ofrece un plus. Ya no es solo aglutinar el voto contra Trump, es además la posibilidad de convencer a los jóvenes para que también hagan suya la elección, recuperar el apoyo de las mujeres y abrir un espacio amplio que vaya desde la izquierda más activista hasta algunos republicanos que pongan los valores de derechos y libertades de EE.UU por encima de los criterios de un presidente iluminado.

No va a tenerlo fácil, en EE.UU, las campañas son lo más parecido a una guerra, sin armas pero con un ejército de consultores que se emplean con la tanta fuerza en vender ideas propias como en destrozar al adversario y en la trinchera republicana a Kamala Harris le ha tocado el ejercito más hostil y el peor enemigo, uno que no va a reparar entre la verdad y la mentira para herirla personalmente y matarla políticamente.

Este año 2024 está siendo especialmente intenso en elecciones, con más de 4.000 millones de personas en todo el planeta que participan en 65 países. Tal vez nunca se había votado tanto en un solo año, y al mismo tiempo nunca la democracia había estado tan a riesgo. EE. UU. es la guinda de todo este proceso, porque la primera democracia moderna, al tiempo la más antigua y poderosa, se asoma al abismo en manos de un autócrata como Trump. Quedan cien días, si la fuerza sigue siendo igual, Kamala puede ser el antídoto. Es su momento. 

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