Opinión | Limón & Vinagre

Jorge Fauró

Jorge Fauró

Periodista

Un divorcio en la corte del horror

El divorcio por Instagram de la jequesa de Dubái constituye el último escándalo de una familia en que las hijas díscolas son secuestradas o capturadas en alta mar y las esposas huyen del país aterrorizadas

Mahra Sheikha, princesa y jequesa de Dubái

Mahra Sheikha, princesa y jequesa de Dubái

En Dubái, una princesa influencer ha anunciado en Instagram que se divorcia de su marido provocando gran jolgorio en Occidente, sobre todo en España, que tiene a un rey emérito, cuyo matrimonio acabó hace décadas, —aunque siguen casados— viviendo en un país árabe. La gran paradoja de nuestro tiempo. Mahra Sheikha, de 30 años, jequesa dubaití, aplicó la práctica de algunos países árabes, donde un hombre puede divorciarse de su esposa al instante al declararlo tres veces seguidas. «Querido marido, como estás ocupado con otras compañías, por la presente declaro nuestro divorcio. Me divorcio, me divorcio y me divorcio. Cuídate, tu exmujer», escribió en su red social dos meses después de ser madre. Talaq, talaq, talaq. Un año han durado como marido y mujer. El divorcio ‘libre’ es legal en Dubái desde febrero.

Trazar el árbol genealógico de los Al Maktoum, tal es el nombre familiar de la recién divorciada, es casi tan complicado como el de los Buendía del Macondo de García Márquez. Crueldad y endogamia. Definir a una de las principales familias del emirato como desestructurada es blanquear la oscura historia que opaca el lujo y esplendor de este país de 3,5 millones de habitantes, donde el número de hombres duplica al de mujeres (en España, por ejemplo, el censo femenino constituye más de la mitad del padrón). El marido es un primo lejano de la influencer, otro Al Maktoum, de nombre Mana, multimillonario apasionado del fútbol que se hace fotos con Ronaldinho y se dedica a hacer cosas de multimillonarios, pocas realmente de provecho en ese Macondo del desierto.

Cualquiera de las traducciones que se atribuyen a la palabra Dubái (‘dorado’, ‘dos hermanos’) son un oxímoron en relación a este caso. Mahra Sheikha es una de las, según a qué fuentes se acuda, 25 o 30 hijas de Mohammed bin Rashid Al Maktoum, vicepresidente y primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos, emir de Dubái, ministro de Defensa de los Emiratos (desde 1971, nada menos), un personaje oscuro y atroz a quien el divorcio de una de sus hijas le viene bien de carambola. Mientras se hable de la originalidad de Mahra recordando en Instagram las compañías de su marido, se aparca una de las historias familiares más siniestras de los emiratos.

De entre las 30 hijas del emir, Mahra Sheikha no es la única en haberse salido de la ortodoxia. A una de sus hermanas, Shamsa, hija del emir, la secuestraron y extrajeron de suelo británico de forma clandestina. En 2000, con poco más de 18 años, la joven huyó al Reino Unido harta de vivir en una jaula de oro. Dos meses después, una llamada telefónica delató su paradero y cuatro hombres armados la capturaron a las puertas de un bar de Cambridge. Al día siguiente, Shamsa estaba de vuelta en Dubái. Como castigo, permaneció encerrada ocho años. Los pocos que pudieron verla aseguran que su estado era lamentable. El Reino Unido abrió una investigación. Casi 20 años después, el emir declaró a las autoridades británicas que Shamsa se sentía agobiada con tantas medidas de seguridad y que por eso salió precipitadamente de Dubái. Cosas de jóvenes.

Su hermana Latifa siguió los pasos de Shamsa dos años después. Tenía entonces 17 y con la ingenuidad de una adolescente se presentó en un puesto fronterizo, desde donde fue devuelta a la ‘jaula’. Estuvo encerrada bajo torturas durante tres años. En 2018 lo volvió a intentar, logró ayuda exterior y al cabo de ocho días fue capturada en aguas indias. «Teníamos miedo de que nuestra hija estuviera en manos de un criminal», adujo el emir.

La sexta mujer del jeque, la princesa Haya bin Hussein, fue la siguiente. Tras ver los vídeos que Latifa había colgado en YouTube, la princesa, temerosa por su vida tras iniciar una relación con un guardaespaldas, recaló en Inglaterra junto a sus dos hijos y afrontó desde allí la demanda de Mohammed bin Rashid Al Maktoum ante un juzgado familiar. El emir perdió. Salió lo de Latifa, lo de Shamsa y otras historias de horror. En 2020, un tribunal británico falló que el jeque había secuestrado a dos de sus hijas y había amenazado a su exesposa. Haya recibió 645 millones de euros como indemnización, el divorcio más caro de la historia en el Reino Unido.

Mientras tanto, está por resolverse el culebrón entre Mahra y Mana Al Maktoum. No sabemos cómo actuará el padre de la influencer, su hija favorita. Lo que sí conocemos son las tarifas del divorcio en Dubái: oficialmente, apenas si llega a mil euros en dirhams emiratíes. Dinero no les faltará para pagarlo. Atención mediática tampoco.

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