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Desperfectos
Valentí Puig

Valentí Puig

Escritor y periodista.

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Lo 'in' y lo 'out' de este verano

Ola de calor, durante el verano pasado.

Ola de calor, durante el verano pasado. / JAIME GALINDO

Con lo que va de verano damos por 'out' el estilismo emotivo de Marta Rovira, los cócteles sin alcohol, el helado de setas, la auto-literatura, hacerse un selfi en La Moncloa, llevar pulseras de Vox, atribuir la ola de calor a la industria post-industrial, citar a columnistas estrella, advertir de un 'tsunami' fascista, las barbacoas descamisadas. También 'out': el paripé con la ley mordaza, las escenografías de Yolanda Díaz, las camisetas con logo ecologista, peregrinar a Waterloo, la ensaladilla rusa dietética, el empresariado independentista, tanto decir que España está polarizada, vapear, el cava que sabe a corcho.

Lo más 'in' sigue siendo la Princesa de Asturias, las piscinas con baldosas azul claro, visitar museos de pintura figurativa, leer a Jardiel Poncela en bañador, un toque de lentejas beluga en las ensaladas, no hacer caso de las encuestas, circular por las autopistas escuchando marchas militares austrohúngaras, el periodismo que elude protagonizar, lo que queda de trufas, cumplir con la corbata negra en los funerales, el aperitivo de champán, zambullirse en el cine de serie B, hacer ganchillo en la playa, recordar la sonrisa de Adolfo Suárez, enamorarse por unas horas, el verano cantábrico, improvisar unos 'tagliatelle' pasada la medianoche, perrear con gracia, volver a la playa donde fuimos felices y que esté intacta. 

Más 'out' que nunca, el flequillo de Puigdemont, escribir artículos churriguerescos, la señora Macron, ducharse con el móvil, enjaularse con las series en Netflix, preguntarse dónde estará Koldo, la oratoria pro-islamista de Mélenchon, las rimas raperas, el partido 'tory', escribir novelas sobre crisis de identidad, instalarse placas solares que luego decepcionan, las rotondas con escultura cara y mala, no distinguir entre reaccionario y conservador, el Instituto de la Mujer y el CIS, recelar de la judicatura, hablar de Alvise, el estruendo decibélico de la convención republicana USA, niños hiperactivos, comer pipas y mascar chufas, los mantras progres, especular sobre los sustitutos de Biden, el cuba-libre, el esparadrapo de un Trump doctor Jekyll y Mr. Hyde, darle la culpa de todo al turismo y celebrar los datos económicos, los ciclistas domingueros, los motoristas domingueros, los domingueros de montaña. 

Es más 'in' el libro de J. D. Vance sobre su infancia, los vinilos de Gloria Lasso, las resacas de La Roja, ver deuvedés de grandes musicales, volver a los poemas estivales de Gil-Albert, que los tertulianos hagan unas merecidas vacaciones, las plumas 'made in China', admirar los frescos de Sert, las novelas duras de Simenon, saber cómo será el gobierno de Illa, la maltesa Roberta Metsola, los paseos por Youtube buscando “oldies”, el balneario silencioso, las virtudes de la berenjena a la parmesana, invocar la política del 'sistema centro', la noche tropical en que volvemos a ver 'La marabunta' con un julepe de menta, añorar los Lacoste, que sigamos saboreando la barra de helado de tres gustos, saber que los buenos veranos acaban siendo para la nostalgia y no para el trastorno. Los niños de siempre celebrando la piscina. 

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