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Salud
Sílvia Cóppulo

Sílvia Cóppulo

Periodista y psicóloga.

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Perder peso y cambiar hábitos. O viceversa

Báscula.

Báscula.

Estoy muy a favor de los medicamentos que consiguen reducir el sobrepeso y la obesidad, una enfermedad crónica. Y añado, además de un cuerpo mucho más atractivo, la pérdida de peso conlleva una mejora en nuestra salud física, psíquica y social (los tres ámbitos que la OMS define como salud). Bajamos de peso y baja también el riesgo de sufrir otras enfermedades asociadas a la obesidad. Y, por supuesto, aumenta la autoestima y toda nuestra salud emocional. Por no hablar de la estigmatización que acarrea la gordura. Cuando nos colocamos en nuestro peso saludable, nos sentimos mucho mejor y más dispuestos a realizar los cambios imprescindibles. Pero, atención, en este punto, cabe recordar qué aumenta el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.

En primer lugar, la falta de actividad física. Así pues, la inyección, sí, y el gimnasio, también. O como mínimo andar una hora diaria a buen ritmo, sin pararse frente a los escaparates. O solos, o en buena compañía.

Es ahora el momento de comer mucho mejor. El verano es idóneo para inventar ensaladas de muchos colores, que incluyan frutas y verduras. Fuera los alimentos procesados. Son baratos, pero no son saludables.

Las vacaciones son para “desconectar”. Nos conviene desconectar del móvil durante todo el año al menos dos horas antes de acostarnos. Porque la luz azul de la pantalla engaña a nuestro cerebro y le hace creer que es tiempo de estar activo.

Descansar. Para mantener el cuerpo serrano, vamos a intentar dormir esas ocho horas diarias que nos prescriben.

También es hora de aprender a soltar el estrés mantenido años y años, que nos ahoga, nos engorda y acaba por enfermarnos, hasta provocar algunos tipos de cáncer. 'Mindfullness', yoga… muchos abrazos largos y besos por doquier. Nos interesa alejarnos de ambientes e individuos tóxicos, y rodearnos de personas que nos quieran y son positivas.

Esa obesidad puede tener una base genética; no importa. Todavía más en estos casos, hay que modificar hábitos. Porque recuperar la salud y la figura gramo a gramo, es una supermotivación que alegra la vida.

De los distintos fármacos para tratar la obesidad -Ozempic, Mounjaro y Wegovy-, solo el Ozempic está financiado por el Ministerio de Sanidad, porque está indicado conjuntamente contra la diabetes 2. El Wegovy se prescribe únicamente contra la obesidad, pero no se financia públicamente. Y es que la sanidad pública adolece de una enfermedad crónica: la infrafinanciación. Somos más y vivimos más. Dedicando pocos recursos a la formación de la población, que se traduciría en prevención, debemos gastar más y más.

En estos últimos meses, las negociaciones para formar gobierno en Catalunya y mantenerlo o derrocarlo en España ocupan mucho espacio en el diálogo político. Sería muy conveniente y positivo que los programas de salud pública, la formación, la prevención y, globalmente, la financiación de la sanidad de calidad a la que aspiramos como sociedad avanzada formara parte de manera decidida del debate público. Celebro pues, que EL PERIÓDICO se ocupe de las Personas.

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