Una herida en la oreja
Convenimos que hubo un atentado y que el expresidente pudo haber muerto. Dejémoslo aquí.
Donald Trump, herido leve de bala en un atentado en un mitin
![Donald Trump, evacuado tras ser disparado en un mitin en Pensilvania (EEUU), este sábado.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/a8a90e15-95d1-4105-af3b-a94adb1e78db_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Donald Trump, evacuado tras ser disparado en un mitin en Pensilvania (EEUU), este sábado. / Ap / Gene J. Puskar
Fue curioso comprobar, poco después del incidente de Donald Trump en Butler (Pensilvania), cómo varios medios audiovisuales y digitales se referían al asunto. La BBC, por ejemplo, utilizaba el adverbio “presuntamente” (al hablar de los hechos) y otras informaciones de la prensa internacional hablaban de un “aparente atentado” o comentaban la reacción del candidato republicano “como si hubiera recibido un impacto”.
Con el paso de las horas ya todo el mundo utilizaba expresiones como “intento de magnicidio”, mientras conocíamos la identidad del francotirador, abatido por la policía, el lugar desde el que disparó, el número de víctimas que causó y las reacciones del mismo Trump (“supe enseguida que algo iba mal e inmediatamente oí la bala que me rasgaba la piel”).
Lo curioso del caso, repito, es que las primeras reacciones (unas cuantas) ponían en duda la veracidad de los hechos. Estamos tan escaldados que huimos, como el gato, del agua fría. Además, al ser Trump un mal actor, parecía como si la reacción fuera ciertamente falsa, como si hubiera reventado una bolsita de sangre de atrezzo de película de serie B sobre su oreja derecha. La reacción posterior del mandatario (puño en alto, gritando “¡Fight, fight, fight!”), con la camisa desabrochada y el flequillo despeinado, podía incentivar aún más la sospecha.
Dios me guarde de pensar que todo fue un montaje. Ya sabemos que un individuo disparó y que Trump tuvo que pasar por el hospital. Es decir, convenimos que hubo un atentado y que el expresidente pudo haber muerto. Dejémoslo aquí. Lo que sí es del todo verificable es el beneficio que ha sacado de este extraño episodio. J.D. Vance, que suena como candidato a la vicepresidencia por los republicanos, se ha apresurado a decir que no se trata de "un incidente aislado" y que "la retórica de Biden contra Trump ('fascista autoritario que debe ser detenido a toda costa") es lo que nos ha llevado directamente al intento de asesinato”. En resumen, una oreja herida entra como un tiro en campaña.
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