Tratado de alianza
Eugenio Bregolat

Eugenio Bregolat

Diplomático. Exembajador de España en China

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Putin en el 'Reino eremítico'

El hermetismo, el control policial omnímodo y el lavado de cerebro permanente son imperativos para la supervivencia del régimen

Putin viaja a Corea del Norte para sellar una alianza estratégica con Kim Jong-un

Putin viaja a Corea del Norte para sellar una alianza estratégica con Kim Jong-un / GAVRIIL GRIGOROV / SPUTNIK / EFE

La República Popular Democrática de Corea, o Corea del Norte, es conocida como el "Reino eremítico". "Reino" porque desde su nacimiento, en 1948, es gobernada por la única dinastía comunista que el mundo ha conocido. Su fundador, Kim Il Sung, o Kim I, era físicamente muy parecido a su nieto, el actual dirigente Kim Jong Un, Kim III. Entre ambos, el padre de este último, Kim Jong Il (il), o Kim II. "Eremítico", o ermitaño, al ser, por propia voluntad, el país más aislado del mundo. En 2001 España estableció relaciones diplomáticas con la RPDC y yo fui acreditado como embajador, con residencia en Pekín. En Pyongyang había entonces muy escasos vehículos, ni siquiera bicicletas, muy pocas tiendas y restaurantes, ni publicidad ni luces de neón. Los raros extranjeros estábamos concentrados en el hotel Koryo. A las siete de la mañana te despertaban los altavoces en las calles, con música patriótica y consignas políticas. Los únicos canales de la televisión estatal mostraban películas de la guerra de Corea, que había tenido lugar medio siglo atrás, y recordaban que el enemigo acechaba, en especial los EEUU y sus "títeres" de Corea del Sur. El hermetismo, el control policial omnímodo y el lavado de cerebro permanente son imperativos para la supervivencia del régimen, ya que si la población conociera la abismal diferencia en desarrollo económico y nivel de vida con Corea del Sur, tan pobre como ellos en 1948, e incluso con China, su legitimidad se derrumbaría sin remedio. 

De vez en cuando alguna noticia relacionada con la RPDC, normalmente considerada negativa en Occidente, salta a la actualidad. Tal es el caso de la visita de Putin a Pyongyang. A Kim y a Putin les une su común oposición a EEUU y a Occidente en general, los intercambios militares y económicos, así como la necesidad de salir del aislamiento. Ambos firmaron un tratado que incluye una cláusula de asistencia recíproca en caso de agresión contra uno de ellos; es decir, un tratado de alianza. Además, contempla la cooperación técnica en materia militar, en la que Rusia tiene capacidades muy superiores a las de Corea del Norte. Esta viene proporcionando misiles y munición de artillería a Rusia para la guerra de Ucrania, que apoya de forma incondicional. Kim, visto lo que le ocurrió a Gadafi, o a Saddam Hussein o a Ucrania, cuando abandonaron sus armas o liquidaron sus programas nucleares, se niega a ceder los suyos, pensando que son el seguro de vida de su poder personal y de su régimen.

El principal aliado de Corea del Norte es China, con la que suscribió un tratado de defensa recíproca en 1961, renovado en 2021. China tiene un interés vital en mantener la RPDC como estado tampón que la separe de Corea del Sur, al menos mientras siga albergando tropas norteamericanas; para evitar que estas llegaran a su frontera ya libró la Guerra de Corea (1950-53). Igualmente, China quiere prevenir tanto la enorme oleada de refugiados que un derrumbe del régimen norcoreano provocaría, como las eventuales locuras que el mismo pudiera acometer en caso de verse acorralado. Por todas estas razones es tan improbable que China utilice sus bazas de presión como que EEUU lo haga respecto a Israel. La RPDC mantiene en torno al 80% de su comercio exterior con China, que la provee en primer lugar de alimentos y energía.

China preferiría que la RPDC no tuviera armas nucleares, porque ello pudiera conducir a Japón, Corea del Sur e incluso Taiwán a emularla. Por eso, cuando en 2006 Pyogyang efectuó su primera prueba nuclear China se unió a otra serie de países, como EEUU, Rusia, la Unión Europea, Japón y Corea del Sur, en adoptar sanciones económicas y tecnológicas, amparadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. En 2017, Donald Trump se reunió con Kim Jong U. Al año siguiente, Kim viajó a Pekín y se reunió hasta cinco veces con Xi en el curso del año; las sanciones fueron olvidadas.

La Guerra de Corea tuvo un efecto trascendental sobre uno de los puntos más calientes del mapa geopolítico actual: Taiwán. Cuando Chiang Kai-shek se refugió en la isla tras perder la guerra civil frente a Mao Zedong nadie le acusó de ocupar un país extranjero, ya que Taiwán había sido restituido en China por Franklin Roosevelt y Winston Churchill en las conferencias de El Cairo (noviembre de 1943) y de Postdam.Truman hizo saber a Chiang que no podía contar con el apoyo norteamericano para recuperar la China continental. El ataque de China contra las fuerzas de McArthur, que acabaría con la restitución del Paralelo 38 como frontera entre las dos Coreas, cambió la situación de forma radical. Taiwán se convirtió para EEUU en un "portaviones insumergible" frente a la costa de China, convertida ahora en enemigo y contra la que Truman decretó un embargo comercial (un 'decoupling' total) que solo fue levantado tras el viaje de Nixon a China en febrero de 1972.

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