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Albert Sáez

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Director de EL PERIÓDICO

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¿Y si lo de Esquerra no fuera lo de siempre?

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, y la secretaria general, Marta Rovira, en una imagen reciente.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, y la secretaria general, Marta Rovira, en una imagen reciente. / MARC PUIG / ERC

Los periodistas estamos aplicando sobre la coyuntura actual de Esquerra Republicana todos los tópicos que arrastra a lo largo de su historia: desde el asamblearismo hasta el histrionismo pasando por el exceso de la emotividad. Ciertamente, algunos episodios de esta crisis se ciñen al estereotipo, especialmente la negociación de la mesa del Parlament para darle la presidencia a Josep Rull o el congreso de la federación de Barcelona para decidir la entrada en el gobierno de la ciudad. Pero el contexto y los protagonistas son otros. No estamos en la pugna de los años 70 y 80 entre el exilio y el interior; ni en los personalismos de dirigentes provinentes de distintos movimientos independentistas como los Colom, los Carod o los Puigcercós durante los 90 y primeros años del siglo XXI. La actual generación de dirigentes de Esquerra se forjó en las luchas universitarias, unos en el BEI y otros en la FNEC o en l’Associació Catalana de Professionals; estuvieron en el 'sottogoverno' de los dos tripartitos; y, finalmente, fueron a buscar a Oriol Junqueras por su tirón mediático. Y trajo a los suyos. 

Algunas voces admiten en privado que los dos bandos presuntamente irreconciliables acabarán firmando la paz porque unos no tienen líder y otro no tiene cuadros y porque las confrontaciones son más virulentas entre los entornos respectivos que entre Junqueras y Marta Rovira. El manifiesto ha tenido menos adhesiones de las deseadas, cosa que siempre pasa, pero evidencia que muchos sospechan que Junqueras quiere recuperar la presidencia con el apoyo de las bases para prescindir de sus servicios. Y lo consideran injusto. Y Junqueras también lo piensa de algunos. 

Esquerra ya no es el partido de los 'saltataulells' que decía Pujol. Es un partido de universitarios socialdemócratas y clases medias. Está en ebullición. Lo que tendría que intentar es no paralizar el país mientras arregla lo suyo y no volver a ejercer de las juventudes de Junts.

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