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ASUNTOS PROPIOS
Núria Navarro

Núria Navarro

Periodista

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Vicenta Ndongo, Premi Nacional de Cultura 2024: "Dejé de pensar en blanco a los 15 años"

La actriz catalana es el referente de la nueva hornada de actrices afrodescendientes

"Soy actriz, sin etiqueta ni denominación de origen"

#BlackLivesMatter, las barcelonesas afrodescendientes reivindican su lugar

Vicenta Ndongo, premiada con el Nacional de Cultura

Vicenta Ndongo, premiada con el Nacional de Cultura / Irene Vilà Capafons

Ensayaba en el Lliure la monumental 'El dia del Watusi' cuando recibió una llamada. La Generalitat le concedía el Premi Nacional de Cultura 2024. Durante unos segundos, después de 32 años de carrera, pensó que se habían equivocado. Durante segundos, pensó que se habían equivocado. "Era como si me estuvieran llamando de Marte", bromea Vicenta Ndongo (Barcelona, 1968), la primera afrodescendiente que estudió en el Institut del Teatre y 'el' referente de muchas jóvenes actrices racializadas.

Silvia Albert Sopale, Kathy Sey y Tamara Ndongo la señalan como la pionera.

Son ellas las que me dan sostenibilidad. La verdad es que mi conciencia es muy reciente. Yo, sin poner etiquetas, sabía que algo no estaba bien. Mi lucha siempre fue escoger lo que quería y lo que no quería hacer en función de la dignidad. De alguna serie de televisión me he ido.

No tenía a quién mirar.

Mi padre me explicó la historia de Rosa Parks, la primera afroamericana que se negó a ceder su asiento a un blanco y se convirtió en un ejemplo para mí. Pero durante mucho tiempo sentí una enorme soledad.

"Durante mucho tiempo sentí una enorme soledad"

Cuénteme un episodio doloroso.

El primero fue a los 12 años. Estaba en un banco de la plaza de Can Rosés, cerca de casa, con una amiga rubia y de ojos azules, y un niño se puso a gritar: "Negra, negra, negra". Mi 'colectivo' eran las niñas del cole, pero entendí que ella y yo éramos diferentes, y que ella no podía hacer nada.

En lo laboral, habrá tenido sus momentos.

Muchos. En un debate sobre por qué no hay más papeles para gente diversa, Benito Zambrano, el director de ‘Solas’, dijo algo que entendí: "Es que pienso en blanco".

¿En qué piensa usted?

Dejé de pensar en blanco a los 15 años. Visitamos a unos amigos de mi padre, de Surinam, que vivían en Holanda y vi a mi padre en otra dinámica. Allí me empoderé.

"He preferido no hacer cosas a no sentirme bien tratada"

Eso no la eximió del juicio de los otros.

Recuerdo un cásting en el que me examinaron todo hombres, sentados en la platea. Pero no soy la única actriz que ha vivido eso. Era un ‘modus operandi’ habitual.

Material para un MeToo en España hay.

Todo prescribe. Mi madre suele decir que agua estancada no mueve molinos. Yo intenté que aquella escena del parque no se repitiera más. He preferido no hacer cosas a no sentirme bien tratada. Quería estar por cómo era, no por cómo ellos esperaban que yo fuera.

¿Qué tal vive en su piel ahora?

Después de 32 años de profesión, tengo las cosas más claras, estoy más tranquila. Sé dónde me coloca la gente y dónde me coloco yo, que no es lo mismo. Todo lo que me viene es un regalo, incluso cuando supone un gran sacrificio, porque lo quiero hacer, o porque no lo quiero hacer.

También, dice, se está quitando de la "occidentalidad".

Supongo que tiene que ver con la edad. Antes creía que no había límites. Muchas cosas ya no me interesan. Ahora, que tengo un hijo, soy más consciente del legado ético que quiero dejar. Ser madre te da un bonus para dejar de mirarte y mirar más a los otros. Comienzas a dejar de juzgar a tus padres...

"Si mi madre seguía en Guinea, mataban a mi madre"

Gente valiente esos padres.

Mi padre salió de Guinea sin posibilidad de volver. Cuando Francisco Macías dio un golpe de Estado, de quedarse, mataban a mi madre. Y en la España de los 60 a mi padre, que era un hombre abierto, hablaba cuatro idiomas y quería ser artista, lo trataban como al "negrito del África tropical". Y a su lado estaba mi madre, originaria de Jaén, una mujer con un enorme sentido común.

"Soy una actriz sin etiquetas ni denominación de origen", dijo al recibir el premio.

Hablaba de romper categorías. Respetar los derechos de todos. Yo he acogido mi negritud, porque es mía y de todo mi linaje. Y puedes luchar, pero hay un código que dicta que las mujeres negras, desde la perspectiva de la ciencia natural, somos más débiles. La mujer negra continúa siendo catalogada como mercancía.

"Yo he acogido mi negritud, porque es mía y de todo mi linaje"

Los migrantes subsaharianos, también. Este año ha estrenado 'El salto'.

Una película necesaria. Para mi personaje me inspiré en Elena Arce, directora del Área de Migraciones e Igualdad de Trato en la Oficina del Defensor del Pueblo. Una mujer increíble que conoce la dinámica de los CIE.

Por cierto, ¿Bertrand Ndongo, el activista de Vox, es pariente suyo?

¡En absoluto! Creo que se ha dado un golpe en la cabeza el hombre, aunque habría que conocer su historia.

¿Cómo intuye que sera la suya de aquí en adelante?

Después de los años en que he estado sola, abriendo caminos, me viene lo contrario. Estaré muy acompañada y en paz.

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