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Gemma Martínez
Directora adjunta de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA
Periodista
Incentivos a las vacaciones fuera del verano
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Turistas / ZOWY VOETEN
Las vacaciones ya se asoman por el espejo retrovisor. España va camino de registrar un año récord, con la afluencia de más de 90 millones de turistas, concentrados sobre todo en la temporada alta tradicional, entre Sant Joan y el día después de la Diada. No es de extrañar que, en este contexto, cada vez sean más los visitantes que huyen de la masificación y descansan en otros periodos, como el último trimestre del año o el primero, tal y como ha explicado María Jesús Ibáñez.
La mayor redistribución del flujo de turistas también es consecuencia del cambio climático -las olas de calor tropical convierten al otoño en el nuevo paraíso- y de la expansión del teletrabajo. La vida en remoto en un destino cálido, fuera del periodo estrictamente estival, gana atractivo, sobre todo para las familias de adultos sin hijos que viven en el Norte más frío.
El turismo español debe sacar partido a esta conjunción de factores que alarga la temporada, le permite abrir los 365 días del año y reduce su dependencia del sol y playa, adelantando así la senda hacia la desestacionalización y la sostenibilidad.
Pero el beneficio de la redistribución de los flujos vacacionales no termina ahí. Una menor concentración del descanso en los meses de verano reduciría la presión sobre las infraestructuras, el medio ambiente y la vida de los residentes locales. A la vez, permitiría que empresas y empleados organizaran y distribuyeran mejor la carga de trabajo. También, que las administraciones y las instituciones responsables de proveer servicios públicos, como la sanidad, garantizaran su actividad sin tener que cubrir las vacaciones de sus plantillas con personal de refuerzo. Lograr este personal extra cuesta un mundo en tiempos de carestía presupuestaria, como ha sucedido en Catalunya este verano con los recortes en los centros de atención primaria.
Crear incentivos económicos o sociales para los empleados que voluntariamente hagan sus vacaciones fuera del periodo estival es una buena práctica a tener en cuenta y no solo en beneficio del sector turístico.
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