Turismo

El cambio climático y la expansión del teletrabajo alargan la temporada turística en España

El aumento del número de hogares formados por adultos sin hijos es un tercer factor que contribuye a la desestacionalización

España espera este año 91 millones de turistas extranjeros y rozar los 100 millones en 2025

El Banco de España alerta sobre el impacto del cambio climático en el turismo español

Turistas en una visita guiada por el centro de Sitges, esta semana.

Turistas en una visita guiada por el centro de Sitges, esta semana. / Marc Vila

María Jesús Ibáñez

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Las olas de calor y las condiciones meteorológicas extremas que está trayendo el cambio climático, pero también la expansión del teletrabajo en muchas empresas y el aumento del número de hogares formados por adultos sin hijos, están consiguiendo lo que durante años fue la principal preocupación de la industria turística española: la desestacionalización, o lo que es lo mismo, que el sector deje de depender del modelo de sol y playa y pueda estar abierto los 365 días del año. "Los flujos de viajeros se están redistribuyendo a lo largo de enero a diciembre y esto no es ya un fenómeno puntual. Desde la pandemia, se está viviendo un claro cambio de tendencia en este sentido", afirma David César Heymann, economista de CaixaBank Research y autor del informe 'El impacto del cambio climático en el turismo en España', publicado hace cuatro meses y con datos recogen el gasto realizado a partir de tarjetas de crédito.

En un año en el que el turismo va a volver a romper récords en España, con una afluencia de visitantes prevista por encima de los 90 millones de personas, "algunos destinos turísticos como los municipios costeros están viendo cómo cada vez hay más reservas fuera de la temporada alta tradicional", agrega Heymann, que destaca el beneficio que esto implica para, por ejemplo, el mercado laboral de estas localidades.

"Antes, la temporada turística empezaba en Sant Joan y terminaba justo después de la Diada", explican fuentes de la Unió d'Hostaleria i Turisme Costa Brava Centre. De un tiempo a esta parte, "las llegadas de turistas se alargan, sobre todo durante los meses de septiembre y octubre, de modo que hoteles que antes ya cerraban ese último mes, ahora lo están haciendo en noviembre... Y algunos reabren las semanas de Navidad y Año Nuevo, porque vuelven a tener demanda", agregan las mismas fuentes.

También el Banco de España, en un informe dado a conocer hace un par de semanas, constata que en los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2023 se produjo un incremento de turistas del 10%, 16% y 25%, respectivamente, en relación a los mismos tres meses del periodo 2016-2019. Y en el primer trimestre de 2024, las llegadas crecieron una media del 22%, respecto al mismo plazo. En verano, en cambio, la subida fue mucho más moderada y se limitó al 1%. "Las familias de adultos sin hijos, ya sean jubilados o no jubilados, están apostando cada vez más por hacer vacaciones fuera del periodo estrictamente estival", subraya el autor del informe de CaixaBank Research.

El Banco de España confirma, con todo ello, que hay un cambio de patrón en el cambio de comportamiento de los turistas, acentuado desde el último trimestre de 2023. los efectos más inmediatos de estos nuevos flujos son, según el propio organismo, más desestacionalización (visitantes más allá de la temporada alta), más diversificación (no solo dirigido a sol y playa' y más rentabilidad (más gasto en vez de más turistas).

Jubilados que se quedan en otoño

Esto último lo corrobora el portavoz de la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de la província de Tarragona (FEHT), Xavier Guardià. "La Costa Daurada es un destino muy bien valorado por el turismo alemán y holandés y, en los últimos tiempos, estamos viendo cómo jubilados de esas procedencias se instalan aquí, a partir de septiembre, y realizan estancias largas, de más de dos meses", detalla Guardià. Muchos de ellos eligen el cámping como opción de alojamiento, pero al pasar temporadas más largas en el territorio aumenta el volumen de gasto que realizan. 

Con todo, el litoral tarraconense, prosigue el técnico de la FEHT, lleva ya años consolidando un turismo desestacionalizado, gracias, en buena parte, al impacto del parque Port Aventura, "que organiza actividades y eventos fuera de la temporada alta, de manera que está abierto, sino todos los días del año, sí todos los meses del año", destaca Guardià.

En Girona, ha sido el fenómeno en auge del cicloturismo el que ha contribuido a alargar la demanda fuera de la estación veraniega y "como son aficionados que llegan de distintos lugares del mundo, sobre todo de Estados Unidos, y que tienen un importante poder adquisitivo, también se ha notado en los ingresos", indica una portavoz de la Unió d'Hostaleria i Turisme Costa Brava Centre.

Y en la costa central barcelonesa, localidades como Sitges (Garraf) han logrado que las actividades de empresas y eventos que se programan de enero a mayo y de octubre a diciembre, así como las escapadas de fin de semana también fuera de los meses de más calor, representen ya casi el 35% de la actividad anual del municipio, según el balance que hizo el Gremi d'Hostaleria local al cierre de 2023.

En busca de destinos más frescos

Una consecuencia directa del aumento generalizado de las temperaturas es la relevancia que han tomado en los últimos tiempos los destinos turísticos más frescos, menos sujetos a las olas de calor en verano. "Esto no significa que el resto de destinos no crezcan, pero lo cierto es que las poblaciones del norte lo hacen a mayor ritmo", observa Heymann en su estudio sobre el impacto del cambio climático.

"Hemos visto, asimismo, cómo cambia el gasto del turista durante las olas de calor, con una caída del 0,16% en el gasto en restaurantes por cada grado por encima de la media histórica del día y un descenso del 0,34% en el ocio y del 0,13% en los supermercados". "El único sector analizado que se beneficia del mayor calor son las farmacias, que facturan un 0,06% más", indica.

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