'Suburbia': sueño, pesadilla y despertar

El sábado 18 de mayo coincidió la noche con el día internacional de los museos, ocasión perfecta para visitar 'Suburbia' en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona. Explica el auge y declive de la ciudad estadounidense hecha a base de casa y jardín. 

La ciudad jardín es la forma urbana más abundante del mundo, solo superada en habitantes y extensión por los crecimientos autoconstruidos, barracas, comunas, villas, favelas y otras barriadas mal llamadas informales. Forma tienen, aunque no resulte la más complaciente. La suburbia es más seductora que el suburbio porque el jardín evoca una imagen del edén. La exposición arranca con la promesa de pequeños paraísos, particulares y asequibles, que el tren pone a tiro de las grandes urbes americanas a partir de 1857. Nacen los 'commuters', señores que van a trabajar a la ciudad por la mañana y vuelven por la tarde a ver la tele con sus familias perfectas. Crecen y se multiplican, coche mediante, sembrando periferias de casas uniformes que se agrupan por iglesia, ingresos y color de piel. 

Hablando de tiros, lo mejor de la expo (alerta, 'spoiler') son las fotos. De las fotos, los retratos de familia y arsenal. Blancos, negros, hispanos y orientales unidos en armas por la segunda enmienda. Un aguerrido muchacho dibuja el mapa de Estados Unidos sobre el césped con rifles y escopetas. Puerto Rico, abajo a la derecha, una pistola automática. Denise Scott-Brown bautizó aquello como 'sprawl', desparrame. Los italianos hablan de 'città difusa' para referirse a las redes neuronales de baja densidad que rodean Milán. Jean Gottman lo teoriza como conurbación o megalópolis, por su tamaño sobre el territorio. Francesc Muñoz acuña 'urbanalización'. Los textos de sala no esconden el sesgo crítico y asoman algo de superioridad moral eurocentrada pero se apoyan en un vaciado documental impresionante. Observo el rostro de Franny Holton, antropóloga de San Francisco, a ver si se siente caricaturizada. No. Reconoce con entusiasmo lugares, hechos y personajes. Mujeres solas se atormentan en sus 'macmansiones' entre electrodomésticos, alcohol, válium y adulterio. La muestra concluye con las urbanizaciones catalanas. El colapso de cercanías en domingo electoral recuerda que el transporte público de la Barcelona municipal es extraordinario pero, a la que saltas un río o una loma, caen servicio, horarios y frecuencias. Se destartalan las flotas. La gente sin carnet de la región metropolitana, mayores, pequeños, personas con diversidad funcional y familias de rentas bajas tiene derecho a una movilidad más eficiente.

Buenos días. Margaret Crawford nos pilla con legañas en el mirador del CCCB. En palabras optimistas desgrana un anecdotario sobre el norte de California: Fremont cuenta con 98 lenguas, una mezcla de comunidades que se expresa en el comercio, comida, música, variedad de cultos, desfiles, en la producción de películas. Sus casas se reforman con facilidad para alojar nuevos tipos de familia y negocio. Los jardines se asilvestran. Votada ciudad más feliz de los Estados Unidos exhibe los mejores indicadores de salud mental a pesar de unas rentas moderadas. Crawford enseña huertos, corrales, restaurantes legalizados en el patio, placas solares y coches eléctricos. Reconoce retos ambientales. Han tenido el rancho en llamas. Explica que las comunidades nativas recuperan antiguas estrategias ante los incendios, usando fuego contra el fuego.

María Buhigas charla con Joan Roig en Casa Seat bajo el lema 'La Barcelona temuda i admirada dels arquitectes'. La flamante Arquitecta en Cap sugiere, por salud mental, superar tanto la utopía, el sueño, el mito de un pasado glorioso, como la distopía, la pesadilla de un futuro incierto. Los dos coinciden en la urgencia de una mejor gobernanza metropolitana. Buhigas calla cosas porque, en campaña de las europeas, prudencia obliga, pero deja ir una imagen del Tibidabo como hoguera metropolitana de Sant Joan. Cuando veas las barbas de California quemar pon las de Collserola a remojar.