Música en el Parc del Fòrum

Américo celebra el ecuador del verano en una Barcelona repleta de fiestas nacionales latinas

"Sufro porque me quieran, y siempre quiero complacer", defiende en una entrevista con este diario el chileno, rey de la cumbia, que actuará este domingo en la fiesta del día nacional de Ecuador, en el Fòrum

El cantante chileno Américo durante un concierto

El cantante chileno Américo durante un concierto / CEDIDA

Luis Troquel

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Cada año por estas fechas, en pleno ecuador del verano, coinciden en Barcelona una serie de grandes fiestas generalmente ignoradas en guías turísticas y programaciones culturales pro. Cuando en realidad, suponen uno de los viajes más genuinos que podemos hacer sin salir de la ciudad. Festividades nacionales de países latinoamericanos que este fin de semana afrontan dos de sus platos fuertes en el recinto del Fòrum: el sábado 3 el día de Bolivia y el domingo 4, el de Ecuador. Y este último contará con un concierto del rey de la cumbia más emocional: el sensacional Américo. 

Domingo Johnny Vega Urzúa, en realidad se llama, pero optó por el nombre de su padre cuando, siendo todavía un niño, empezó con él a ganarse la vida cantando. Panamericana figura, ya desde sus primeros éxitos: es chileno y se convirtió en su país en un fenómeno social cantando cumbia al estilo peruano. Pero en Ecuador tampoco le ven ni mucho menos como ajeno. Ni en muchos otros países americanos, con presencia incluso en Brasil o EEUU (donde suele residir). En Nueva York precisamente le designaron como El Rey de la Cumbia. “Fue en una entrevista para la CNN”, cuenta Américo al teléfono desde Marsella, donde ha hecho escala antes de llegar a Barcelona. “Me pusieron ellos el título, y después lo agarraron en mi país y otros lugares. A mí al principio me chocaba mucho: me gusta ser pudoroso en estas cosas, no ostentar ni creerme más que nadie. Hasta que lo asumí y aprendí a recibirlo como una muestra de cariño”. 

Dulce y prodigiosa voz

Goza de unos espléndidos 46 años, vital y artísticamente. Tiene cuatro hijos y mantiene esa dulce y prodigiosa voz que le coronó en el año 2011 en el Festival de Viña del Mar, tras vender lo que no está escrito de su emblemático ‘A morir’. “Batió cifras históricas, y eso que entonces el disco físico iba ya camino de desaparecer”, recuerda. La conmemoración de aquel trabajo coincide con más y más colaboraciones y un último álbum, ‘Cumbia despechada’, en el que se aproxima al llamado regional mexicano. “Tardó en publicarse, pues lo grabamos algo antes del boom internacional que este estilo hoy vive y costó que apostaran por ello”. Todavía en plena pandemia, como su álbum anterior, ‘Por ellas’: un interludio puramente baladístico de canciones popularizadas por mujeres. ¡Y muchas en su mismo tono! “Solo bajamos alguna un poquito, pero se trataba de eso; del mismo modo que respetamos las letras sin siquiera cambiar el género de la persona”. Y lo abría versionando a su compatriota, también de panamericano pefil, Mon Laferte.

¿Se siente Américo más cantante romántico o de música tropical? “Lo que defiendo y voy a seguir haciendo es la cumbia”, asegura. “Pero sí es cierto que lo hago desde un lado más sentimental. Forma parte de mi personalidad. Y no solo cantando, también en muchos otros aspectos de mi propia vida: sufro porque me quieran, y siempre quiero complacer. Si no soy romántico, no sé que soy”, añade riendo. Aunque reconoce haber aprendido a no obsesionarse tanto con su profesión. “Me tomo también el trabajo de vivir mejor para mí”. 

Días nacionales

Américo será pues, este fin de semana, la punta del iceberg de una amplia lista de artistas venidos para la ocasión de diferentes países latinos que actuarán en el Parc del Fórum. Pero no se trata de un festival, si no de dos celebraciones completamente independientes que se suman a las que hace pocos días tuvieron lugar conmemorando la fiesta nacional de Colombia (en el mismo recinto) y la del Perú (en La Farga de L’Hospitalet). Cada una con su propia organización y en jornadas cercanas a la fecha exacta de su festividad nacional (que casualmente, tratándose además de naciones vecinas, se suceden casi en el calendario).

Coinciden también en el horario y el precio: del mediodía hasta algo antes de la media noche por 13 módicos euros (y los niños gratis). Celebraciones que suelen convocar a muchos más propios que extraños, de insólita autenticidad. Fiestas familiares con los más coloridos tipismos de los que disfrutar: gastronomía, artesanía, danzas folclóricas, 'celebrities' del país y música a raudales. 

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