'Space opera' en catalán

Ricard Efa: viaje estelar del cómic a la novela de ciencia ficción

El escritor y dibujante de cómics Ricard Efa en Avilés.

El escritor y dibujante de cómics Ricard Efa en Avilés. / Ricardo Solís

Ernest Alós

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Una ‘space opera’ en catalán, en seis volúmenes, de un autor casi novel. Es un tipo de apuesta editorial poco habitual, o directamente insólita, y sin duda arriesgada, que seguramente solo es capaz de asumir una editorial tan loca como Mai Més, que se lanzó a la publicación de la traducción de una cuarentena larga de libros de Terry Pratchett al catalán, y va ya por la docena. Hablamos de ‘Stella signata’, la serie en que se ha enfrascado el dibujante de cómics Ricard Efa (Sabadell, 1975), de la que ya han aparecido los dos primeros volúmenes, ‘Els confins i la tenebra’ y ‘Des de sempre fins l’infinit’.

Para resumir cómo empieza lo que en principio tenían que ser tres volúmenes de peso y el autor reestructuró para publicarlos como seis novelas de algo menos de 300 páginas, podríamos quedarnos con que el escenario es un sistema solar en el que la humanidad hizo un ‘reset’ y ha pasado a olvidar lo que sucedió antes de este punto cero. Algo impide que puedan salir de ese espacio, controlado de forma estable desde hace algún milenio por los militares, una mano oculta de tintes religiosos, el Consenso, y con corporaciones industriales y agrarias. Pero el equilibrio entre estas instituciones (y el conformismo con su lugar en el universo) empiezan a romperse. De una forma que, promete el autor, en la segunda fase de la saga resultará ser muy diferente de lo que pensamos. Todo escrito pensando en un lector generalista, que no necesariamente sea fan del género.

“Al final, si quitamos las naves espaciales quedan las intrigas y miserias de los personajes”, concluye. De hecho, confiesa, todo empieza imaginando qué pasaría si un paisaje cómo el de su Pallars Jussà en verano, con campos de cereales y cosechadoras a pleno rendimiento, fuese el de todo un planeta. Porque, dice, su mecanismo creativo tiene un carácter lúdico, en el que parte de imágenes y explora a partir de ellas “como un niño pequeño”. Y a la hora de construir, a parte de su experiencia dirigiendo juego de rol, recuerda que es “lector de cómics y espectador de películas y series” e intenta aplicar los elementos de ellas que le han hecho “disfrutar”.

Efa se gana la vida como dibujante de cómic de una de las pocas maneras posibles, trabajando para alguno de los mercados internacionales prósperos (en su caso, el francobelga) pero hace tiempo que tenía el prurito de crear sus propias históricas. Lo hizo primer con la trilogía ‘Noceà’, ambientada en un mundo post subida del nivel del mar, en que pasó a ser autor también del guion, publicada de forma primaria en francés por una gran editorial como Dupuis con traducciones al castellano y al catalán. “Mientras dibujaba iba escribiendo guiones pero también hablando con todos los guionistas con los que trabajaba, leyendo mucho y aprendiendo a estructurar argumentos, hasta que llegó un momento en que creía que estaba preparado”, explica. Y con ‘Màquines del caos' , una novela ciberpunk en la que se enfrentó por primera vez a la novela y que presentó en su reciente traducción al castellano hace unos días en el festival Celsius 232 de Avilés. “Llevaba años intentando entender los procesos de la escritura, y fue una promesa de año nuevo, en enero de 2019, comenzar a escribir sistemáticamente”, confiesa.

Similitudes y diferencias

En ese proceso, encuentra similitudes y diferencias con el dibujo de cómic. “Haces un esbozo, buscas las líneas de composición de un personaje… Pero en el caso del cómic una vez tienes una arquitectura hecha, hay decisiones que ya no puedes cambiar, mientras que en la escritura puedes seguir tomando decisiones sobre la voz, el vocabulario de los personajes, reestructurar capítulos, rehacer siguiendo los consejos editoriales, que agradezco...".

El autor dice que solo un autor como Jaume Valor ha intentado un proyecto de esta amplitud recientemente, con su truncada serie de 'steam punk' romano ‘La república Pneumàtica’, y que en catalán los referentes en el género de la ciencia ficción se circunscriben más bien al género juvenil, con Sorribes o Pedrolo, o, en el caso de los dos autores que considera como los referentes de la novela de género en catalán contemporánea, Marc Pastor y Albert Sánchez Piñol -"son los que han abierto las puertas, demostraron que se podía hacer género seriamente en catalán para un público adulto que estaba dispuesto a leerlo"- transitan por senderos algo distintos.

De ‘Stella signata’ puede decirse perfectamente que está en la línea de la ciencia ficción actual e internacional que están publicando numerosas editoriales independientes, como la de Stark Holborn, publicada por Chronos (en catalán) y El Transbordador (en castellano), o la Becky Chambers que hemos visto publicada por Mai Més (catalán) y Crononauta e Insólita (en castellano), o la Ada Hoffman con la que solo se ha atrevido Chronos, en catalán.