Estreno de cine

'Bikeriders: la ley del asfalto': una colección de posturas lacónicas y chulescas ensayadas frente al espejo

Y la moto sustituyó al caballo del 'western': la eterna fascinación por las dos ruedas

Austin Butler en 'Bikeriders'.

Austin Butler en 'Bikeriders'. / EPC

Nando Salvà

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BIKERIDERS. LA LEY DEL ASFALTO

Puntuación: * **

Director: Jeff Nichols

Reparto: Tom Hardy, Jodie Comer, Austin Butler, Emory Cohen

Año: 2023

Estreno: 12 de julio de 2024

A buen seguro, Jeff Nichols concibió su nueva película como un nuevo capítulo en el estudio de formas problemáticas de masculinidad que inició al principio de su carrera con las magníficas ‘Shotgun Stories’ (2007) y ‘Take Shelter’ (2011). En la práctica, sin embargo, con ella se dedica menos a ahondar en sus propios impulsos autorales que a rendir homenaje a los de otros; en concreto, a la idea romántica del motero como icono de rebeldía y libertad popularizada por el libro homónimo en el que se basa, publicado por el fotógrafo Danny Lyon en 1968, y por películas como ‘Salvaje’ (1953) y ‘Easy Rider’ (1969). 

Mientras contempla el auge y posterior declive de un grupo de ‘outsiders’ motorizados que van perdiendo su sitio a medida que el idealismo de los 60 da paso al desencanto de los 70, ‘Bikeriders’ muestra mucho más interés en servirse de imágenes evocadoras para mitificar una atmósfera y una actitud que en desarrollar una historia y unos personajes, su contexto y su trasfondo. Nichols, por ejemplo, apenas esboza el contraste entre la rocosa fachada que esos hombres quieren exhibir y las vulnerabilidades ocultas tras ella, se cohíbe a la hora de explorar subtextos homoeróticos y se niega a confrontar la cuestionable ideología que la cultura motera siempre abanderó.

Justo igual que Benny (Austin Butler), remedo de James Dean situado en el centro del triángulo amoroso que protagoniza su peripecia argumental, ‘Bikeriders’ es una colección de posturas lacónicas y chulescas ensayadas frente al espejo, una película guiada por la estética y el estilo. Como una Harley Davidson con el depósito de gasolina vacío, no va a ningún lado, y no le hace falta para deslumbrar con su reluciente carrocería.