La nueva promesa pop

Quién es Chappell Roan, la artista viral que se negó a actuar en la Casa Blanca

Con su extravagante estética y divertidas canciones sobre otras chicas, la joven se ha convertido en un ícono LGTB 

Chapell Roan se sitúa a medio camino entre la dulzura irreverente de la joven Madonna, la estética dance-camp de Lady Gaga y el divertido ingenio de Village People.

Chapell Roan se sitúa a medio camino entre la dulzura irreverente de la joven Madonna, la estética dance-camp de Lady Gaga y el divertido ingenio de Village People. / EPC

Antonio Porras

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“Quizás quisiste decir: La artista favorita de tu artista favorita”, redirige el buscador de Google al introducir el nombre de Chappell Roan, la joven artista cuya fama se ha disparado (aparentemente, de la nada) en las últimas semanas. Con “The Rise and fall of a Midwest Princess”, su primer álbum, Roan ha pasado de estar al abismo de renunciar a su carrera y volverse a casa de sus padres a convertirse en la banda sonora del verano, desmarcándose como la próxima promesa del pop.

A sus 26 años y originaria de Misuri, de dónde se marchó a los 18 años para perseguir el sueño de ser artista en la gran urbe de Los Ángeles, Roan parece haberse propuesto devolver la diversión a la música pop con un álbum que celebra tanto a sus referentes como a su identidad como artista y mujer lesbiana.

Referente LGTB

Con una estética que bebe directamente del mundo de las drag queens, la carrera de Roan nace muy vinculada a la comunidad LGTB. De hecho, admite usar a Chappell Roan como un alter ego drag: más divertida, rebelde y segura en sí misma de lo que es Kayleigh Rose (su verdadero nombre, el cual odia).

Roan destacó al convertirse en la telonera del Guts World Tour, la primera gira mundial de Olivia Rodrigo.

Roan destacó al convertirse en la telonera del Guts World Tour, la primera gira mundial de Olivia Rodrigo. / EPC

La purpurina, las grandes pelucas y el exagerado maquillaje marcan “The Rise and Fall of a Midwest Princess”, un coming-of-age queer de una joven criada en un ambiente conservador de Misuri que se va a la gran ciudad para descubrirse a sí misma. “Esto no enorgullecerá a mi madre, seguro que monta un numerito”, dice en una de las letras de ‘Pink Pony Club’, canción en la que narra la primera vez que fue a una discoteca de ambiente.

Y es que Roan no se achanta cantando sobre romances platónicos con personas de género dudoso como muchos otros artistas han hecho en sus inicios, sino que narra abiertamente sus desventuras amorosas con otras chicas con una naturalidad propia de los centennial (aquellos nacidos a partir de los 2000).

Con una estética que bebe directamente del mundo de las drag queens, la carrera de Roan nace muy vinculada a la comunidad LGTB. Aquí, caracterizada como la Estatua de la Libertad.

Con una estética que bebe directamente del mundo de las drag queens, la carrera de Roan nace muy vinculada a la comunidad LGTB. Aquí, caracterizada como la Estatua de la Libertad. / EPC

Es tal su compromiso con la comunidad, que Roan ha llegado a rechazar actuar en la Casa Blanca para el mes del Orgullo. “Iré cuando consigáis que haya libertad y justicia para todos, incluidas mujeres, personas trans y personas oprimidas en territorios ocupados”, declaró la cantante en pleno concierto antes de dedicarle su canción más furiosa a la administración de Biden, “My kink is Karma”.

Carrera de fondo

A pesar de que la popularidad de Roan ha crecido como la espuma, no siempre fue así. Y es que la suya ha sido una carrera de fondo en la que lleva desde 2017, cuando firmó por su primera discográfica. Junto a Atlantic Records lanzó varios EPs y trabajó junto a Vance Joy o Dan Nigro, uno de los principales productores de Olivia Rodrigo (la que, en su momento, también fue la “próxima promesa del pop”). 

Sin embargo, terminó siendo expulsada de la discográfica y volviendo a Missuri para trabajar en una tienda de donuts. Pero ya había probado la vida de artista y se dio una última oportunidad de volver a LA y, si en 12 meses no conseguía nada, volvería a casa de sus padres definitivamente.

Con un sonido completamente renovado y su conexión con el equipo de Rodrigo, Roan comenzó a ver los frutos de su trabajo. Se convirtió en la telonera del Guts World Tour (primera gira mundial de Rodrigo), hito que vino acompañado de su actuación en Coachella y la viralización de “Good Luck, Babe”, su primer hit. Luego, todo vino rodado.

A medio camino entre la dulzura irreverente de la joven Madonna, la estética dance-camp de Lady Gaga y el divertido ingenio de Village People, con bailecito al ritmo de deletrear sus canciones incluido (“Hot to go” es su “YMCA” propio), el éxito de Chappell se entiende como una reivindicación del pop más camp y divertido que han logrado alzarla como la diva LGTB de los centennial. 

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