29 años después

¿Dónde está Publio Cordón? Max estrena una docuserie sobre un secuestro lleno de interrogantes

La docuserie consta de cuatro episodios que repasan un secuestro desconocido para muchos jóvenes que se produjo en un momento especialmente delicado en España, con el gobierno socialista de Felipe González tambaleándose por el caso GAL

El empresario Publio Cordón, que fue secuestrado por el GRAPO en 1995.

El empresario Publio Cordón, que fue secuestrado por el GRAPO en 1995.

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El próximo jueves se cumplirán 29 años del secuestro de Publio Cordón. Ese día la plataforma Max estrenará una docuserie que intenta dar respuestas a un "secuestro sin fin", el de un empresario soriano afincado en Zaragoza cuya muerte sigue suscitando interrogantes que comienzan con este: ¿Dónde está su cuerpo? Y siguen con este otro: ¿Cómo murió?

Un 27 de junio de 1995 Cordón salió a correr por la zona donde residía, en la ciudad de Zaragoza, como hacía habitualmente. Hacía poco que había cumplido 60 años. Nacido en Villar de Maya (Soria), su padre fue un maestro de pueblo republicano. Y él, Publio, se fue ganando la vida trabajando de todo.

Buen vendedor, se decantó por los seguros. Y cuando fue secuestrado por la organización terrorista Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) -quizá no en calidad de primer objetivo- dirigía la compañía Previasa y el grupo hospitalario Quirón.

Hombre carismático, como se recoge en el documental; alegre, con "una cabeza privilegiada" y de esas personas que trasmite energía y contagia su ánimo. Así era Publio y así lo describe esta serie, dirigida por Félix Colomer de la mano de Producciones del Barrio.

Abogados, periodistas, familiares, guardias civiles, jueces y hasta terroristas arrepentidos desfilan por este documental que "conduce" una de las hijas del secuestrado, Carmen Cordón, en un relato que permite conocer todos los detalles y todas las aristas del caso.

Son cuatro episodios que repasan un secuestro desconocido para muchos jóvenes, pero en la mente aún de aquellos que siguieron paso a paso un caso para muchos sin resolver y que se produjo en un momento especialmente delicado en España, con el gobierno socialista de Felipe González tambaleándose por el caso GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación).

De hecho, al año siguiente el PP llegó a La Moncloa.

26 años escribiendo del secuestro

Y todo esto se refleja muy bien en el documental. Porque este secuestro, que se perpetró cuando casi todos daban por "muerto" al GRAPO, dio lugar a numerosas especulaciones, incluida la de que Publio Cordón se hubiera ido a Brasil. Muchas de esas "hipótesis" se difundieron desde la cúpula del Ministerio del Interior y desde la policial, según denuncia la familia en la docuserie.

Quizá porque esas cúpulas estaban inmersas en asuntos "más de Estado", la familia del secuestrado tuvo que tomar las riendas, contratar a especialistas foráneos e intentar negociar el rescate -llegó a pagar 400 millones de pesetas- de espaldas la Policía.

Todo un caso salpicado de interrogantes que estarán plasmados en los 50 tomos de 600 folios cada uno que obran en poder del abogado de la familia, José Ramón Rubio, enfrentado al caso más largo de su trayectoria, como reconoce en la serie.

Un caso tan prolongado en el tiempo que al periodista de El Heraldo de Aragón Ramón J. Campo le ha ocupado más de 26 años, esperanzado en que pronto pueda dejar de escribir sobre este secuestro. Eso significará que todas las incógnitas se han despejado.

"No descansaremos hasta encontrarle"

Entre ellas, claro está, la del cuerpo de la víctima.

No vamos a hacer "spoiler" porque serán muchas las personas que no conozcan los detalles del caso. Pero sí podemos contar lo que, casi al cien por cien, ocurrió en los últimos días de vida de Publio Cordón.

Parece demostrado que los terroristas le llevaron hasta una casa en Lyon (Francia) y le recluyeron en un pequeño habitáculo donde se pudieron alcanzar los 52 grados de temperatura.

Allí estuvo Publio, como demuestran las pruebas recogidas y las muescas que iba haciendo en la jamba de la puerta de ese habitáculo para contar los días de secuestro.

Hubo pruebas de vida que los terroristas enviaron a la familia, alguna incluso después de muerto. Hubo declaraciones policiales y judiciales, hubo test de la verdad con la prueba P-300, hubo muchos testimonios y hubo muchos rastreos.

De todo ello algunos concluyen que el secuestrado intentó escapar por la ventana y cayó. Concluyen también que a Publio le enterraron en el Mont Ventoux francés, rastreado sin éxito.

Sus nietos, que no conocieron a su abuelo, han crecido con todos estos interrogantes, pero como expresan en el documental están convencidos de que encontrarán el cuerpo. No descansarán hasta conseguirlo, aseveran.

Mientras, Publio sigue vivo en ellos. Porque como dice su yerno, "la gente solo muere de verdad cuando se le olvida".