Teatro

Carla Rovira politiza la maternidad en '[Èxit] through the gift shop' en la Fundació Joan Brossa

Con una original puesta en escena, Carla Rovira plantea en la Brossa un monólogo sobre las implicaciones personales y sociales de la gestación.

Una escena de '[Èxit] through the gift shop', en la Fundació Brossa.

Una escena de '[Èxit] through the gift shop', en la Fundació Brossa. / EPC

Manuel Pérez i Muñoz

Manuel Pérez i Muñoz

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Hace poco más de una década, la obra 'Llibert' (2013) marcó un hito. Antes de romper con furor la cuarta ola feminista, Gemma Brió ya había firmado un valiente espectáculo que giró el foco sobre la maternidad, un tema hasta entonces postergado. Prejuicios, tabús y menosprecio, dramaturgas como Clàudia Cedó, Concha Milla y Guadalupe Sáez, entre otras, han abordado después diferentes aspectos de una cuestión tan básica como ignorada por la historia de la literatura. Carla Rovira ('Màtria') reestrena en la Brossa su reflexión sobre la materia, '[Èxit] through the gift shop', monólogo de aire espontáneo cargado de ideas tanto en la forma como en el trasfondo. 

Según Foucault, el cuerpo es política y representa un micro-poder. La maternidad, por tanto, como el origen de la vida, estaría en el centro del debate. Al igual que en 'Llibert', el texto de Rovira emerge de la sustancia autobiográfica, por más que la narración en tercera persona despliegue un tul de distancia que se agradece ante una exposición tan sensible. El argumento nos habla de un embarazo avanzado al que unas pruebas médicas descubren una posible malformación, diagnóstico que podría poner en riesgo al feto. Se desencadena entonces un torbellino de emociones deconstruidas en una suerte de conferencia performativa con toques de concurso televisivo, incluida una pizca de intervención del público. 

El aire ligero del principio sirve para entrar en una serie de reflexiones nada banales: violencia obstétrica, presión social, estigmatización. Sobre el cuerpo de la mujer gestante actúan también las lógicas productivas y la represión sistémica del patriarcado. Parece un planteamiento demasiado teórico, pero el acierto de la obra reside en mostrarlo de una manera práctica y cercana.

Desde su estreno en la FiraTàrrega de 2022, la pieza ha perdido su carácter itinerante para encajarse en sala con aires de 'do it yourself' y un tono aún más confesional. Se añade el testimonio de la segunda madre, Manoly Rubio, que, además de firmar la escenografía y la sobresaliente iluminación, oxigena todavía más el marco reflexivo hacia la cuestión trans. La pluralidad se corresponde con el dinamismo de la puesta en escena que va saltando de formato: de las maquetas filmadas que recuerdan al Señor Serrano a la escultura viva que con su dilatada transformación parece querer conjurar la inmediatez tiktoker. De lo personal a lo político, queda mucho recorrido para este tipo de creaciones que sacuden la poco explorada poética de la gestación.