Escena

Los desaparecidos del franquismo y la dictadura argentina, en el Teatre Lliure

 ‘Retrat d’un artista mort’ (España ‘39 - Argentina ‘78) es un monólogo teatralizado construido a partir de la memoria de las personas y los lugares, pensada para ser adaptada y reconstruida en cada país en el que se escenifica

Davide Carnevali presenta este próximo 31 de mayo en el Teatre Lliure de Barcelona ‘Retrat d’un artista mort’ (España ‘39 - Argentina ‘78), que ya ha pasado por los teatros de Alemania, Francia e Italia

Davide Carnevali presenta este próximo 31 de mayo en el Teatre Lliure de Barcelona ‘Retrat d’un artista mort’ (España ‘39 - Argentina ‘78), que ya ha pasado por los teatros de Alemania, Francia e Italia / EPC

Abril Rocamora

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La historia es cíclica. Los recuerdos, las familias, los nombres. Todo forma parte de aquello que somos. Que nos da un espacio y unas raíces en nuestra propia historia. Cuestionarse a uno mismo y cuestionar aquello que nos rodea para remover los cimientos de lo que alguna vez fuimos es lo que pretende ‘Retrat d’un artista mort’ (España ‘39 - Argentina ‘78), un monólogo teatralizado construido a partir de la memoria de las personas y los lugares, pensada para ser adaptada y reconstruida en cada país en el que se escenifica. El retrato del artista se transforma en un camino de reflexión sobre los movimientos fascistas que han atravesado globalmente durante el siglo XX. Unos movimientos populistas, con discursos que, a día de hoy, podrían volver a aparecer.

Davide Carnevali presenta este próximo 31 de mayo en el Teatre Lliure de Barcelona la readaptación de esta obra que ya ha pasado por los teatros de Alemania, Francia e Italia. Sergi Torrecilla pone, en esta ocasión, su cuerpo y su voz para contar al público un episodio que forma parte de su vida privada. 

Esta historia conecta las dictaduras española y la argentina y trata sobre sus desaparecidos. Director e intérprete viajan a Argentina, donde inician una investigación en el tiempo que remueve un pasado muy oscuro. Allí surgen preguntasque cabalgan entre los grandes eventos históricos del siglo XX. Donde las heridas siguen abiertas tras los ataques del fascismo. “La izquierda necesita tiempo para debatir, y eso nos falta. En el teatro tenemos esos espacios para generar discursos alternativos”, ha detallado este martes el director. 

La arquitectura de la historia reserva un amplio espacio para la autoficción, intercalando aspectos de la vida real con elementos de la ficción. En ocasiones, el propio público se mete en la piel del intérprete, llamado a interactuar con el espacio y comprobar pistas sugeridas por el protagonista. “El aspecto político surge a través de la reflexión sobre cómo construimos las historias. Podemos aprender a no repetir ciertos errores de la historia”, explica Davide Carnevali, que aspira a poner en valor a aquellos que han sido silenciados por la historia. Una historia que es cíclica. Porque aquellos que no la conocen están condenados a repetirla.