Entrevista

María José Llergo: "Cantar es mi forma de rezar"

La cantante de Pozoblanco (Córdoba) publica su primer disco largo, ‘Ultrabelleza’, una celebración de la diversidad a través del flamenco y la electrónica que presentará el 29 de noviembre en Paral·lel 62, dentro del Festival de Jazz de Barcelona

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La artista María José Llergo, que presenta 'Ultrabelleza', este lunes en Barcelona

La artista María José Llergo, que presenta 'Ultrabelleza', este lunes en Barcelona / Joan Cortadellas

Jordi Bianciotto

Jordi Bianciotto

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¿Qué es la ‘ultrabelleza’? ¿Por qué ‘ultra’?

La belleza para mí es el mundo que me rodea. Este disco es una celebración del mundo diverso en el que vivimos. El color de la piel, la multiculturalidad, la diversidad religiosa, de origen, de modo de habitar el cuerpo… Todo lo que a mí me enamora de lo que me rodea. Yo no sabía por qué me echaba a llorar cada vez que pensaba en la Fontana di Trevi, y luego entendí que era porque es ‘ultrabella’. Como la Alhambra, que los Reyes Católicos no pudieron destruir. Eso es lo que me gustaría que nos pasara, que nos queramos tanto que eso nos impida destruirnos.

En ‘Sanación’ (2020) flotaba un aura espiritual, y también ahora en este disco, que empieza con el tema ‘Oración’.

Yo soy superespiritual y supermística. Creo que soy un ser espiritual teniendo una experiencia humana, y mis canciones son una extensión más de lo que siento y pienso. Creo en el amor y creo que Dios es el amor. Cuando veo un animal que se acerca a mí en el campo, siento una experiencia espiritual muy elevada.

¿Cantar es algo sagrado?

Pues es mi forma de rezar, ahora que lo dices, de proyectar cosas bonitas. Crear música va más allá y es la mejor sensación que conozco. Es como una extensión de mi espíritu. Siento que yo soy solamente un canal por el que pasan las ideas del universo.

Abre el tema ‘Ultrabelleza’ una voz infantil que pregunta: “¿querer así está mal?”.

Es mi primito, Angelito. Tiene 9 años. Para mí, amar es una bendición y me da igual la forma que adquiera el amor. Si tenemos que limitar algo es el odio, no el amor. Por eso yo no comprendo que se maldiga y que se estigmatice todavía el matrimonio homosexual. La religión católica está muy cerrada aún.

¿Por qué cita en ‘Tanto tiempo’ el bolero ‘Sabor a mí’?

En esta canción me imagino un romance entre personas homosexuales en el siglo pasado, en la época en que nacieron mis abuelos, cuando sonaba ese bolero. Imagino que ellos no pudieron realizar su amor, y tanto tiempo después logran consumarlo en esta sociedad mucho más abierta, que sí les acoge.

Colaboró con Zahara en su ‘Reputa’, y ahora ella participa en el disco como productora.

Maneja las maquinitas que da gusto. He aprendido mucho de ella y de Martí Perarnau. La electrónica para mí ha estado ahí desde el principio. Es todo electrónica en el mundo que nos rodea: tenemos un móvil en nuestras manos.

¿Qué le parece que se debata sobre si lo suyo es o no es flamenco?

No me corresponde a mí resolverlo. Yo soy una artista y hago arte. Si que me gustaría que, más allá de los debates, disfrutasen de lo que hago.

Vivió seis años y medio en Barcelona, estudiando en el Liceu y en la Esmuc. ¿Qué fue lo más importante que sacó de aquello?

Aprendí muchísimo sobre mí misma y a relacionarme con esta sociedad diversa. Todo eran estímulos nuevos. Aprendí catalán y conocí muchos compañeros que hoy hacen un arte increíble.

De ahí han salido voces como Sílvia Pérez Cruz.

La adoro y es una de mis grandes musas. Hay artistas y hay intérpretes. Y cuando una es artista, ni siquiera se debe a sí misma. Hay una fuerza que te lleva. Yo siento revelaciones cuando algo me enamora. Un enamoramiento espiritual, que no controlo, no elijo y que me impulsa.

Otra es Rosalía.

Y Rita Payés, y Andrea Motis, y Rodrigo Cuevas… Con Rosalía fuimos compañeros en la Esmuc. Ella hacía sexto, y yo, primero. La admiro mucho. Nuestra música es muy poderosa, y creo que hacía falta una figura como Rosalía para que fuésemos conscientes de lo rica que es nuestra cultura.

Se aprecia un ánimo trascendente en su arte. ¿Le duele ver cómo la música es tratada como una frivolidad o una simple forma de comercio?

Me afecta muy poco. Solo puedo controlar mi camino, no el de los demás, y que algo se haga para vender no significa que carezca de trasfondo. Hay una canción para cada momento. Y la música es una carrera de fondo.

¿La suya le durará toda la vida?

Yo me he visto siempre dedicando mi vida entera al arte, incluso aunque trabaje de otra cosa. Sí que me gustaría incorporar a más gente. Pero hay increíbles artistas que trabajan de camareros para pagar el alquiler. ¿Quién te dice que el chico que sirve los cafés no canta mil veces mejor que yo?