Hasta el 2028

La UPC analizará el origen de los malos olores en La Llagosta, Mollet y Santa Perpètua para saber si son contaminantes

La universidad y los ayuntamientos acuerdan un estudio innovador poniendo el foco en elementos que habitualmente no se miden

Una norma pionera permitirá a los municipios de Barcelona regular y multar malos olores

Foto de familia después de la signatura de la UPC

Foto de familia después de la signatura de la UPC / ACN

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La Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) analizará el origen de los episodios de malos olores que hace más de dos años inquietan al vecindario de La Llagosta, Mollet del Vallès y Santa Perpètua de Mogoda. El rector de la UPC y los alcaldes de estos tres municipios del Vallès Occidental y Oriental han firmado este viernes un acuerdo para realizar un estudio innovador con el que se medirán varios elementos que habitualmente no se analizan desde la red de cabinas de calidad del aire de la Generalitat.

Se instalarán quince cabinas que a partir del próximo octubre y hasta el 2028 evaluarán la calidad del aire con informes periódicos para determinar de dónde provienen los malos olores y concluir si son contaminantes o no.

Los alcaldes han recordado que los tres municipios llevan conviviendo con episodios de malos olores desde hace más de dos años, si bien fue en agosto de 2022 cuando la situación fue "insoportable". "Duró diez días y los vecinos no podían dormir con las ventanas abiertas", ha recordado el alcalde de la Llagosta, Òscar Sierra, quien ha explicado que la situación llevó de cabeza a las policías locales, equipos de protección civil, alcaldes y concejales para averiguar de dónde venía el olor.

"Fue entonces cuando decidimos que necesitábamos que la ciencia nos ayudara", ha asegurado, apuntando que desde aquel gran episodio de 2022 ha habido nuevos casos sistemáticos que hacen que los 90.000 vecinos de esta área vallesana se sientan inquietos .

La alcaldesa de Santa Perpètua, Isabel Garcia, ha apuntado que el momento más extremo causó picor de cuellos, escozor de ojos y problemas respiratorios a mucha gente. "Seguro que eran síntomas reales, pero la incertidumbre sobre si era tóxico o no al final también generó cierta psicosis de no saber qué estaba pasando", ha apuntado Garcia, que ha celebrado la predisposición de la UPC para hacer un estudio "que sería imposible desplegar desde los ayuntamientos”.

En este sentido, la alcaldesa de Mollet, Mireia Dionisio, ha definido como "capital" la colaboración entre los tres ayuntamientos "y una de las mejores universidades del mundo" para encontrar el foco de los episodios y sacar el entramado sobre su toxicidad. Dionisio ha recordado que en el verano de 2022 los malos olores llegaron hasta Ripollet y Montmeló, por lo que ha instado a los dos consistorios a sumarse al estudio, “porque es muy importante ampliar al máximo el radio de análisis ”.

El acuerdo prevé que cada uno de los tres ayuntamientos destinará cerca de 100.000 euros a financiar esta investigación hasta el 2028, si bien los consistorios están pendientes de que la Generalitat se implique económicamente. "Es un clamor y un reclamo, necesitamos la escucha y ayuda de las instituciones supramunicipales", han señalado los alcaldes.

Estudio innovador para esclarecer toxicidad y origen

El convenio recoge el despliegue de un innovador sistema de sensores para la identificación y cuantificación de las familias químicas de los contaminantes orgánicos volátiles, según detalló la UPC. Serán cinco estaciones de sensores en cada municipio. Entre los compuestos a identificar y cuantificar se encuentran alcanos, hidrocarburos aromáticos, alcoholes, cetonas, aldehídos, clorados, organonitrogenados, organosofrados, ésteres, éteres, glicoles, ácidos carboxílicos.

Una parte de éstos son compuestos tóxicos, nocivos, irritantes, carcinógenos, y son los principales generadores de los episodios de olor. Con todo, el párroco de la UPC, Daniel Crespo, ha precisado que no todos los malos olores van directamente asociados a la contaminación, "y es interesante que la ciudadanía sepa si lo que huele es sólo desagradable o también nocivo". En este sentido, ha resaltado que "casi es tan importante saber el origen como determinar la toxicidad". "Este proyecto primero debe dar tranquilidad a la ciudadanía, y después soluciones", ha añadido.

Crespo recalcó que el trabajo no incluirá los contaminantes que ya se miden en las cabinas de la Red de Vigilancia y Previsión de la Contaminación Atmosférica (XVPCA) de la Generalitat de Catalunya (NO, NOx, SO2, PM, O3, CO) y /o en las unidades móviles de la Generalitat y de la Diputación de Barcelona. Desde estos medidores que ya existen, Crespo ha remarcado que no se miden nunca los olores y que se necesitan unos sensores específicos durante un período de calibración largo, y aquí radica la parte más innovadora por parte de la UPC.

Crespo ha asegurado que es "inimaginable" extender estos medidores de olores por toda Catalunya, pero sí ha augurado que será un sistema reproducible en zonas determinadas donde se detecten problemas similares a los que ahora se analizarán en el Vallès.