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Maduro decreta el adelanto de la Navidad en Venezuela al 1 de octubre

Nicolás Maduro dice que Edmundo González Urrutia "pretende estar por encima de las leyes"

Nicolás Maduro dice que Edmundo González Urrutia "pretende estar por encima de las leyes"

Abel Gilbert

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Nicolás Maduro está convencido de que ha derrotado a la oposición en la disputa por la legitimidad de su triunfo electoral el pasado 28 de julio. Por un lado, la Fiscalía ha ordenado la captura el candidato opositor Edmundo González Urrutia, quien, en nombre de la Plataforma de Unidad Democrática (PUD) se atribuye también el triunfo en los comicios y ha sido acusado de delitos diversos, entre ellos el terrorismo. Pero, por el otro, el presidente que suele invocar a Jesucristo pero también ha tenido simpatía por el gurú hindú Sai Baba, decidió que la principal festividad de los católicos en el mundo no sea, al menos este 2024, el 24 de diciembre. "Es septiembre y ya huele a Navidad, huele a Navidad. Y por eso este año, en homenaje a ustedes, en agradecimiento a ustedes, voy a decretar el adelanto de la Navidad para el 1 de octubre", dijo en la noche del lunes durante su programa televisivo.

 La invitación a una Navidad anticipada, con los árboles iluminados y el consumo propio de fin de año, intentó presentarse como una vuelta de página después de semanas de alta confrontación que Maduro considera resuelta en todos sus planos: el electoral, después de la validación del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de los resultados de los comicios y, a partir de la normalización del suministro eléctrico. El Gobierno ha atribuido al sector más radical de la oposición, a los que califica de terroristas, el apagón que dejó al 80% del territorio venezolano a oscuras la semana pasada. "El ataque criminal eléctrico paró la economía. No pudieron. La gente siguió trabajando, laborando, y con el apoyo de la clase obrera, en unión cívico-militar-policial perfecta, garantizamos la paz absoluta", sostuvo el presidente que en enero debería iniciar su tercer mandato consecutivo.

El restablecimiento del flujo energético en tiempo "récord", según Maduro vale también una fiesta. "Arranca la Navidad el 1 de octubre. Para todos y todas, llegó la Navidad, con paz, felicidad y seguridad".

Las navidades suponen un momento de mayor sosiego social. Las familias se consagran, aun en tiempos de escasez, a la preparación de las hallacas (masa de harina de maíz, sazonada con caldo de gallina y rellena con un guiso de carne), el pernil de cerdo y el pan de jamón. No todos acceden a esos productos en un país cuyo PIB se derrumbó un 75% y cuya recuperación, al compás de una mejora de la industria petrolera, no llega a todos de la misma manera. En diciembre, la maquinaria asistencialista del Estado busca llegar especialmente a quienes poco o nada pueden comprar. El reparto de comida incluye algunos de los productos de estas cenas tradicionales.

Otros disparates

La "movilidad" de las navidades no es completamente nueva en la Venezuela madurista. Cuatro años atrás, el presidente decretó que se iniciaba el 15 de octubre. En 2021 consideró que ameritaba dar comienzo a esa jornada el día 4 de ese mismo mes. Este año será aún más prematuro el momento de celebración.

El proceso político que comenzó en 1999 con aspiraciones de cambiar la historia de ese país ha tenido no solo su peculiar predisposición a alterar el calendario sino, también, los husos horarios. En 2007, el comandante bolivariano Hugo Chávez instruyó que se adelante el reloj 30 minutos. Después se inclinó a retrasarlo esa misma cantidad de tiempo con el argumento de que los estudiantes despertaban casi de madrugada para asistir a clases. El ministro del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología, Héctor Navarro, justificó el cambio con arrojo especulativo. El rendimiento en los estudios será superior "por un efecto metabólico donde el cerebro humano está condicionado por la luz del sol".  Once años después, Maduro restableció el horario tradicional porque, dijo, era necesario ahorrar energía.