Crisis en el país sudamericano

Venezuela entra en una nueva fase de su peligroso laberinto político con la proclamación de la victoria electoral de Maduro

La decisión del Supremo de validar el triunfo del presidente hace prever una mayor polarización interna, más aislamiento regional y una implicación de la comunidad internacional en el conflicto más intensa

Imagen del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, difundida por el servicio de prensa del Palacio de Miraflores.

Imagen del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, difundida por el servicio de prensa del Palacio de Miraflores. / EUROPA PRESS

Abel Gilbert

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La decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de validar la victoria en los comicios de Nicolás Maduro que ya había proclamado el Consejo Nacional Electoral (CNE), sin presentar una sola acta, no hace más que ahondar el conflicto político en Venezuela y extender los efectos más allá de sus fronteras. Todo parece encaminarse hacia un mayor enfrentamiento entre el Gobierno y la oposición, que reclama también su triunfo en las urnas el 28 de julio. Maduro se mostró de inmediato indiferente a las reacciones adversas dentro y fuera del territorio. La crisis es a estas alturas también internacional y ocupará el esfuerzo de muchos países para evitar que se intensifique. El déficit de legitimidad no parece desvelar a Maduro en estas horas de euforia. Cree tener todo bajo control y que gana tiempo antes que recrudezca el aislamiento regional. Por eso ha resuelto pasar a una ofensiva que se desplegará en varios frentes, entre ellos el represivo.

En su primera intervención tras la validación judicial, el presidente apuntó contra el candidato opositor, Edmundo González Urrutia, quien ha presagiado la continuidad de los problemas como consecuencia del dictamen de la máxima instancia judicial. "¿Dónde está ese cobarde?". La figura del exdiplomático se convirtió en blanco de una sed de escarmiento que lo trasciende. "¡Nos vemos en las calles! ¡Criminal! ¡Terrorista!", dijo Maduro en la noche del jueves. El TSJ ha pedido también al fiscal general, Tarek William Saab, que investigue e impute a los responsables de un presunto ataque contra el sistema informático del CNE, descartado por las observaciones de la ONU y el Centro Carter, así como los promotores de la desobediencia en las calles y toda forma de impugnación manifiesta del resultado más controvertido de la historia electoral en un cuarto de siglo de experiencia bolivariana. María Corina Machado, la líder del antimadurismo y portavoz de las posiciones más intransigentes, tiene un lugar central en esa lista de objetivos de Saab.

Maduro aprovechó el jueves la restauración de un monumento de Hugo Chávez para hacer un llamamiento al orden a sus adversarios. "El Tribunal Supremo, luego de hacer un trabajo técnico y científico, basado en las leyes ha emitido una sentencia histórica y contundente, nosotros decimos: Respeto absoluto a los Poderes del Estado". El acatamiento al dictamen es la única alternativa para evitar males mayores. "Cuando hay un contencioso, un conflicto entre poderes ¿quién lo resuelve? ¿nos caemos a tiros? No, tienen que ir a un tribunal. Eso es lo que querían los gringos, que hubiese una espiral de violencia para ellos entrar en el país". Venezuela, por lo tanto, tiene dos opciones, "el camino de la Constitución, las leyes, la institucionalidad y la paz, o el odio y la guerra civil".

El presidente se mostró de acuerdo con la propuesta de la principal autoridad de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, de modificar las leyes electorales para que los "fariseos" queden excluidos de las futuras competencias. "Ya basta del fascismo. Que no puedan participar los que desconozcan las instituciones". Y como si hiciera falta, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, saludó el triunfo en nombre de las Fuerzas Armadas advirtiendo que no es posible "olvidar" las manifestaciones "violentas" que provocaron 27 muertos y que fueron orquestadas por "un sector fascista". El madurismo en su conjunto recurre a ese calificativo como si Venezuela fuera la Italia de los años 30 del siglo pasado, con la salvedad de que entonces, los "fascistas" estaban en el poder con Benito Mussolini a la cabeza. Padrino López también advirtió sobre "la planificación de nuevas acciones mercenarias". Los organismos humanitarios temen que se intensifique la criminalización de la protesta. La alianza entre Maduro y los militares es clave para su supervivencia. Los adversarios tratarán de insistir en fisurarla. Esos intentos no han dado resultados a pesar de las reiteradas apelaciones de Machado y González Urrutia que, seguramente, volverán a ser escuchadas en una clave más dramática.

Impacto global

"Acogemos con satisfacción la actitud de las autoridades venezolanas de defender de manera consecuente la soberanía de su país; de garantizar el orden constitucional y de continuar el diálogo con las fuerzas políticas interesadas de encontrar vías para resolver las diferencias en un marco legal", señaló la portavoz del ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova. El comentario tuvo tanta previsibilidad como la sentencia del TSJ. China no ha dicho nada hasta el momento. Se descuenta que ratificará su opinión del 29 de julio. En tanto, el secretario general de la ONU, António Guterres, reclamó "total transparencia" en los resultados y respeto a los derechos humanos. La UE y España no reconocerán la reelección de Maduro hasta que no se publiquen las actas electorales. El chileno Gabriel Boric ha expresado con palabras inéditas para un presidente progresista del espacio latinoamericano la toma de distancia respecto de Caracas. No solo habló de un "fraude" electoral. "La dictadura de Venezuela no es la izquierda". Boric trazó una línea que, de algún modo, obliga a Brasil, Colombia y México a definir una posición. Los intentos tripartitos de abrir un canal de diálogo no llegaron a ninguna parte. "Veo las cosas realmente muy difíciles", reconoció Celso Amorim, quien estuvo en Caracas durante las elecciones en representación de Luiz Inácio Lula da Silva. Aunque el exministro de Exteriores brasileño todavía no cierra la puerta por completo a una salida consensuada a la crisis, el horizonte no parece ofrecer claves esperanzadoras. "Vamos a seguir intentándolo con ayuda de otros y en colaboración con otros países que tienen una visión similar a la nuestra, haremos todo lo posible para evitar una situación internamente muy complicada", dijo a la revista 'Carta Capital'. De acuerdo con el diario carioca 'O Globo', la decisión del Supremo "no sorprendió" a Lula ni a la diplomacia brasileña. La sentencia fue "más de lo esperado". El Gobierno evalúa con cuidado "los próximos pasos".

"Empate catastrófico"

Para el politólogo Jesús Castellanos, "este juego recién comienza" y no habría que dar por descartado un escenario alternativo. Juan Barreto diseñó por años la estrategia de comunicación de Chávez y se le atribuye la creación de su programa televisivo, 'Aló, presidente'. Rompió con Maduro en 2015 y en estas elecciones apoyó la candidatura del exrector del CNE, Enrique Márquez, quien, en virtud de su experiencia en el organismo electoral, descartó de plano las explicaciones oficiales sobre un ataque informático que impidió dar a conocer las actas.

"Los dos extremos de la polarización se encuentran atrincherados", dijo a la BBC. Tarde o temprano "tiene que haber una negociación" entre los que tienen "el poder de la fuerza fáctica" y "el poder de los votos". Por el momento, en Venezuela hay "un empate catastrófico". El conflicto interno, sostiene Barreto, "no se dirime por la vía de quién mueve más gente un fin de semana". Las movilizaciones callejeras no definirán la crisis. Otros analistas se inclinan también a pensar que la comunidad internacional tendrá un papel importante. Por lo pronto, Estados Unidos analiza nuevas sanciones que esta vez apunten contra las autoridades del TSJ y el CNE o afecten al corazón de la recuperación económica: la industria petrolera. La cuestión venezolana no será indiferente a la campaña electoral en ese país.

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