ELECCIONES REGIONALES

¿Por qué ha ganado Alternativa para Alemania en Turingia? ¿Podrá gobernar? ¿Cómo afecta al Gobierno de Scholz?

Bjoern Hoecke

Bjoern Hoecke / Wolfgang Rattay / REUTERS

Gemma Casadevall

Gemma Casadevall

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El este alemán rugió y dio varios mazazos a los partidos establecidos, especialmente a la coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales del canciller Olaf Scholz. A la victoria de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en Turingia, donde alcanzó la posición de primera fuerza, o su segundo puesto en Sajonia, se sumó la irrupción del nuevo populismo izquierdista que lidera Sahra Wagenknecht, a cuya puerta deberá llamar la derecha moderada de la CDU para poder gobernar. Wagenknecht deja así herida de muerte a La Izquierda, el partido que durante años aglutinó el voto de protesta en el territorio de la antigua Alemania comunista y al que ahora dio la espalda su votante, probablemente porque lo considera 'domesticado' por los partidos establecidos.

¿Por qué ganó la ultraderecha?

Los resultados de los comicios regionales de este domingo no difieren mucho de los alcanzados por la AfD en las pasadas elecciones europeas: en Turingia se disparó el domingo al 32,8 %, frente del 30,7 % de las europeas de junio, mientras que en Sajonia obtuvo un 30,6 %, tras el 31,8 % de los comicios a la Eurocámara. El voto ultra estaba ahí, esperando el momento para lanzarse y ganar su primer ‚Land‘. Es un voto transversal, que alcanza todos los estratos sociales y que puede ir a más, de mantenerse la tendencia. Su máximo eco lo encuentra entre los votantes entre 18 y 24 años, con un 38% en Turingia. Entre los mayores de 70 años baja al 19 %, según las estimaciones de la televisión pública ARD. En la franja entre 16 y 18 años, sin derecho a voto en estos comicios, está en un 48%.

¿Podrá gobernar el radical Höcke?

Al líder de la AfD en Turingia, Björn Höcke, no se le veía realmente exultante la noche electoral, pese a que las urnas le dieron dos puntos más de lo pronosticado. El resto del espectro parlamentario le descarta como socio, como hace también izquierda de Wagenknecht. Höcke representa el ala más radical de un partido al que excluyen, por su extremismo, las dos grandes familias de la derecha populista europea, Conservadores y Reformistas, el grupo de la italiana Giorgia Meloni, y los Patriotas para Europa del húngaro Viktor Orbán y la francesa Marine Le Pen. La figura de Höcke le sirve a la AfD para captar votos, pero no para avanzar hacia el poder. Lo tendría más fácil su correligionario de Sajonia, Jörg Urban, menos estridente. Pero ahí la primera fuerza fue la CDU. Encima, tras el recuento de votos la AfD perdió un escaño y con ello la minoría de bloqueo, necesaria para vetar ciertas leyes y designaciones.

¿Aguantará la coalición de gobierno de Scholz?

La noche electoral fue agria para el Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz, que ya estaba en mínimos en ambos estados del este. Mucho peor fue la situación para sus socios Verdes, que solo tendrán escaños en Sajonia, y sobre todo para los liberales, que quedaron fuera de ambas con resultados propios de una formación marginal, sobre el 1,5 %. „Todas las fuerzas democráticas están llamadas a posibilitar un gobierno sin el extremismo derechista“, afirmó Scholz, a la agencia de noticias Reuters. Las próximas elecciones generales están convocadas para el 28 de septiembre de 2025. Scholz empezó ya a aplicar su receta para tratar de aguantar ese año: agilizar las expulsiones de migrantes irregulares, recortar los subsidios a los solicitantes de asilo rechazados y endurecer su política migratoria. Es decir, aquello que viene reclamando todo el espectro parlamentario, de derecha a izquierda, incluidos sus socios. Es una coalición en tiempo de descuento, a la que desde los verdes se ha calificado de 'transición'.

¿Es la derecha moderada la vencedora de los comicios?

Por lo pronto, la CDU tiene las mejores cartas no solo para mantenerse al frente del gobierno regional de Sajonia, sino también para ganar el liderazgo del de Turingia, cuyo jefe de gobierno fue en las dos últimas legislaturas el izquierdista Bodo Ramelow. Con ello reforzará sus posiciones a escala de los poderes regionales y, además, mejora sus perspectivas de cara a las generales de 2025. En las pasadas europeas se coronó como primera fuerza con un 30 %, casi el doble que su perseguidora, la AfD,. Tiene además la siguiente oportunidad de revalidarse como 'salvadora' en nombre de la democracia en las regionales de Brandeburgo, que se celebran el 22 de septiembre. Los sondeos sitúan a la AfD en un 24 %, cuatro puntos por encima tanto de la CDU como del SPD, que actualmente lidera el gobierno regional de ese ‚Land‘ que rodea Berlín.

¿Peligra el apoyo a Ucrania por el ímpetu prorruso?

El este alemán dio un baño de realidad al gobierno de Scholz y a la oposición conservadora en lo que se refiere a Ucrania. La AfD y el partido de Wagencknecht tienen posiciones similares en política migratoria, aunque el populismo izquierdista se aparta de las posiciones radicales como los planes de ‚remigración‘ ultraderechistas. Donde sí hay coincidencia entre ambos extremismos políticos es en el rechazo al apoyo militar a Kiev. Se dicen ‚pacifistas‘ y reclaman el fin de los suministros de armas a Ucrania. Alemania es el segundo contribuyente internacional a Kiev, tras EEUU. La entrada de Wagenknecht en un gobierno regional o en los dos no debería afectar la política exterior de Berlín. Pero sí es una llamada de atención, siendo que esos dos partidos, AfD y Wagenknecht, que dicen enarbolar el ‚no a la guerra‘ y ‚sí a negociar‘ con Moscú sumaron casi el 50 % en Turingia y un 42 % en Sajonia.

Suscríbete para seguir leyendo