La crisis venezolana

EEUU niega haber ofrecido un indulto a Maduro a cambio de que abandone el poder

El Departamento de Estado desmintió a The Wall Street Journal y volvió a pedirle a la OEA que endurezca su presión ante Caracas por la ausencia de actas electorales

Maduro, durante un acto reciente con sus partidarios en Venezuela.

Maduro, durante un acto reciente con sus partidarios en Venezuela. / ZURIMAC CAMPOS / EFE

Abel Gilbert

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Estados Unidos negó este lunes haberle ofrecido una amnistía a Nicolás Maduro y sus más cercanos colaboradores en el Gobierno a cambio de que abandone la presidencia y facilite una salida a la crisis derivada de los comicios del pasado 28 de julio. "No hicimos ninguna oferta a Maduro ni a otros desde la elección", dijo el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel, en respuesta a una noticia publicada este lunes por ´The Wall Street Journal` sobre sigilosas negociaciones encaminadas en esa dirección. "Eso no es cierto". Patel señaló no obstante que Washington "está considerando un amplio abanico de opciones para presionar a Maduro". El portavoz señaló a su vez que es momento de que el Gobierno y la oposición "inicien conversaciones para una transición pacífica", una hoja de ruta que el Palacio de Miraflores rechaza de manera enfática. Según la publicación, la Casa Blanca ha puesto "todo sobre la mesa" para persuadir al actual mandatario venezolano de "salir antes de que termine su mandato en enero".

A la vez, la administración de Joe Biden pidió al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) que convoque en las próximas horas a una reunión de sus países miembros a los efectos de discutir un proyecto de resolución que exija a Venezuela la presentación de las actas con los resultados de los comicios que favorecieron a Maduro y que son rechazados de plano por la Plataforma Democrática Unitaria (PUD), especialmente por su candidato, Edmundo González Urrutia y la líder de ese espacio, María Corina Machado. Doce días atrás, el organismo hemisférico había fracasado en su intento de emitir un pronunciamiento de esas características debido a la abstención de Brasil, México, Colombia, cuyos Gobiernos buscan una solución a la crisis. Los dos movimientos de la diplomacia norteamericana se conocen después de que se informara oficialmente en Caracas sobre los "avances" del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que debe dar su última palabra sobre los resultados electorales.

El TSJ es considerado un apéndice jurídico del madurismo y esa es la razón por la cual González Urrutia fue el único competidor de los comicios que no se presentó ante esa instancia con las actas electorales en manos de la PUD. El máximo tribunal acaba de declararlo en desacato. Los jueces informaron que están abocados al "peritaje" de todo el material electoral "con valor probatorio" así como el referido al "ataque cibernético masivo del que fue objeto" el sistema informático del Consejo Nacional Electoral (CNE) cuya credibilidad no solo fue puesta en duda por la oposición sino por el Centro Carter que se desempeñó como observador de la contienda. El TSJ anticipó que su "sentencia definitiva" tendrá el "carácter de cosa juzgada" y, por lo tanto, sus decisiones, serán, "inapelables y de obligatorio acatamiento". Para los analistas no cabe duda de que ratificarán la victoria de Maduro.

La respuesta opositora

Machado ha reiterado de que es "innegociable" el resultado de las elecciones del 28 de julio que, insiste, le dieron el triunfo a González Urrutia. La PUD dice tener las pruebas que avalan esa certeza, mientras que el madurismo sostiene que carecen de esas actas y por eso no las presentaron ante el TSJ.

La dirigente de derechas ha convocado a una gran manifestación el próximo sábado para presionar al Palacio de Miraflores. La movilización ha mostrado un límite. Según el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), las reacciones en la calle a la decisión del CNE de proclamar ganador a Maduro han provocado 25 personas muertas y al menos 1500 arrestos. La Misión internacional la ONU sobre Venezuela instó a las autoridades no slo a poner de inmediato freno a "la creciente represión que está conmocionando el país" sino investigar las "graves violaciones "a los derechos de los ciudadanos por parte de las fuerzas de seguridad. Lisette González, coordinadora de Monitoreo de esa oenegé precisó que las expresiones de descontento involucraron especialmente a los sectores más humildes de la sociedad y de una edad promedio que va de los 18 a los 25 años. "Estamos en presencia de un crecimiento exponencial de las detenciones arbitrarias, sobre todo si las comparamos con los registros de otros ciclos de protestas como 2019, 2017 o 2014". El fiscal general Tarek William Saab habla de grupos violentos que fueron "financiados" desde el exterior y actuaron bajo efectos de narcóticos contra las fuerzas de seguridad, sedes escolares y del mismo CNE. La mayoría de esos atacantes, remarcaron, ni siquiera fueron a votar el 28 de julio.  El propio Maduro se ha referido a un "ciber intento de golpe de Estado" que tiene a EEUU como uno de sus promotores. Para Marino Alvarado, coordinador legal de Provea, la retórica oficial frente al conflicto es conocida. También "el amedrentamiento" y la "persecución" contra activistas y dirigentes opositores son "la continuidad de una política de persecución sistemática contra la disidencia"

Los esfuerzos de Brasil, México y Colombia

La encrucijada venezolana no solo encuentra a Estados Unidos como sigiloso gestor de una supuesta iniciativa. Brasil, Colombia y México también buscan una salida a una crisis que, si se profundiza, puede agravar el flujo migratorio. Más de siete millones de venezolanos abandonaron el país desde que se agudizó en 2014 el conflicto interno. Los presidentes Luiz Inacio Lula da Silva, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador insistieron que es "fundamental" que el CNE presente las actas públicamente y desglosadas "por mesa de votación". Su planteo no difiere de EEUU y la UE. La novedad del reclamo es que proviene de países gobernados por fuerzas progresistas y liderazgos que han tenido una relación más cercana con las autoridades venezolanas, en particular el difunto Hugo Chávez. El chileno Gabriel Boric ha ido mucho más lejos en la impugnación al deslizar en su discurso la palabra "fraude". La situación venezolana abre, por lo tanto, algunas fisuras entre la izquierda latinoamericana. Un episodio lateral de estas fricciones se ha verificado en la ruptura de relaciones entre Brasil y Nicaragua. Su presidente, Daniel Ortega, es uno de los aliados naturales del Palacio de Miraflores.

Maduro dijo el pasado viernes que tiene una conversación "pendiente" con Lula, López Obrador y Petro. Las charla, señaló el jefe de la diplomacia colombiana, Luis Gilberto Murillo, podría tener lugar esta semana. El fracaso de los esfuerzos tripartitos, reconocidos hasta por la propia Machado, agravaría una crisis que es interna y, al mismo tiempo, parte de un mapa de conflictos que atraviesa sus fronteras. 

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