Guerra de Ucrania

Euforia entre los propagandistas, cautela en el Kremlin ante un posible segundo mandato de Trump

Donald Trump es sin duda el candidato favorito de Moscú, y su posible victoria está siendo recibida con euforia entre el cuerpo de propagandistas rusos en los medios del Kremlin

Los dirigentes rusos, incluido su presidente, mantienen la cautela ante la imprevisibilidad del magnate neoyorkino, y sus reacciones no controladas en caso de sentirse humillado

Donald Trump y Vladímir Putin, durante la cumbre que celebraron en Helsinki en 2018.

Donald Trump y Vladímir Putin, durante la cumbre que celebraron en Helsinki en 2018. / ALEKSEY NIKOLSKY / EFE

Marc Marginedas

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No hay duda: en las presidenciales de noviembre en EEUU, Donald Trump es el candidato favorito de Rusia, tanto de la dirigencia como de los medios de propaganda rusos. A diferencia de lo sucedido en los comicios de 2016, cuando el establishment político y mediático ruso, por un lado, y el magnate neoyorkino por otro intentaban ocultar su sintonía, en esta campaña electoral las caretas se han caído y al aspirante republicano se multiplican las muestras de apoyo recibidas desde Moscú. Pero más allá de las apariencias, no todo son celebraciones y euforia en el interior de las murallas del Kremlin: la imprevisibilidad y la hipersensibilidad del que podría ser nuevo huésped de la Casa Blanca allá por enero de 2025 podrían generar crisis y problemas inesperados.

Intentando rebajar las grandes expectativas generadas por sus propios medios de comunicación desde el atentado fallido en Pensilvania, el portavoz presidencial ruso Dmitri Peskov ha querido disipar este miércoles cualquier atisbo de alianza o colaboración entre dos países que, al fin y al cabo, siempre se han considerado enemigos. "Ustedes saben que con Trump no se hizo nada bueno con Rusia; todo lo contrario; se introdujeron nuevas y nuevas sanciones", intentaba destacar el vocero, quien, eso sí, reconoció que al menos "hubo diálogo". En este caso, sin embargo, la situación sería muy diferente, ya que el expresidente estadounidense, en su primer mandato, contaba en sus filas con republicanos de la vieja escuela, bregados durante la guerra fría del siglo XX en la idea de que el Kremlin era en realidad el adversario a batir. En esta ocasión, tal y como lo demuestra la elección de J. D. Vance para la vicepresidencia, los altos cargos vendrán dispuestos a materializar una política hacia Rusia muy diferente.

Carmen Claudín, investigadora sénior asociada del Barcelona Centre for International Affairs, también cree que existen dos tipos de reacción, "una pública", de los propagandistas. Y otra más íntima, la del círculo decisorio en torno al líder del Kremlin. Según asegura Claudín a EL PERIÓDICO, Trump es un personaje "imposible de prever" y no hay nada más que disguste a los rusos que "la imprevisibilidad". Esta experta, que evita pronunciarse ante la pregunta de si el republicano está influido por posibles informaciones comprometedoras que pudiera poseer el Kremlin y de las que se han hecho eco la prensa durante su primer mandato, se muestra cauta ante la eventualidad de que ambos mandatarios lleguen a pactos o alianzas.

Con prudencia

Fiona Hill, investigadora sénior en Brookings Institution y exconsejera de la Administración Trump para temas relacionados con Rusia, percibe en Putin está "entusiasmado" porque adelanta que "sacará a EEUU de la OTAN, que romperá el sistema de alianzas internacionales norteamericano y le entregará Ucrania", según aseguró en una entrevista concedida al portal 'Russia Matters', una publicación especializada de la Universidad de Harvard. Pero al igual que Claudín, ve limitaciones en la relación que ambos puedan desarrollar dado el carácter bombástico del magnate. Si, por ejemplo, Ucrania recupera la iniciativa en el campo de batalla y el líder del Kremlin es percibido como "un perdedor", o si Putin humilla en alguna ocasión a su posible homólogo norteamericano, el primero "reaccionará mal y arremeterá" contra él.

Como era de prever, la guerra de Ucrania marcará sin duda la relación que ambos puedan llegar a establecer. Y ante el complicado panorama que podría abrirse para la nación eslava, Hill piensa que el "desafío" al que se enfrentan tanto las autoridades de Kiev como el mundo occidental en general es "hacer percibir a Putin que la continuación de la guerra no le proporciona ventajas" sino todo lo contrario: juega en su contra.

Eso sí. En todo caso, a diferencia de 2016, la posible victoria de Trump no pillará con el pie cambiado ni a Europa ni al mundo, y la posibilidad de un segundo mandato del magnate neoyorkino ya está influyendo muchas de las decisiones recientes. A finales de diciembre pasado, el Congreso de EEUU aprobó una ley que prohíbe a cualquier presidente abandonar la OTAN de forma unilateral. Para ello, debería contar con 2/3 de los votos en el Senado, o ser aprobado en el Congreso un texto legal que revoque al mencionado.

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