Convención republicana en Milwaukee

Haley y DeSantis se pliegan al dominio absoluto de Trump

Misticismo y sumisión: la conquista de Trump del Partido Republicano entra en una nueva dimensión

El expresidente estadounidense Donald Trump

El expresidente estadounidense Donald Trump / Europa Press/Contacto/Annabelle Gordon

Idoya Noain

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No hace mucho la exgobernadora del Carolina del Sur Nikki Haley alertaba a los republicanos de que Donald Trump era un ‘bully’ movido solamente por sus propios agravios y vendettas personales y rodedo de caos y, defendía que el Partido Republicano necesitaba una nueva generación de líderes. Él, mientras, le colgaba siempre que podía su apodo despectivo favorito para ella: cabeza de chorlito.

También hasta hace unos meses el gobernador de Florida Ron DeSantis (RonDeSanturrón o Ron Albóndiga en el faltón vocabulario de Trump) se postulaba para dar un relevo en el liderazgo conservador y aseguraba que el expresidente aceptaría el apoyo de cualquiera que “besara el anillo”.

Posiblemente ni Haley ni DeSantis han olvidado los insultos ni lo que pensaban, pero han acabado claudicando ante la arrolladora realidad de que nada ni nadie hoy puede hacer frente al dominio absoluto de Trump del Partido Republicano. Y este martes, en la segunda jornada de la convención de los conservadores en Milwaukee (WIsconsin), han dado su firme apoyo al candidato, poniéndole en bandeja su estrategia de proyectar una imagen de unidad, si no del país (difícil) al menos del partido.

Abucheos

A Haley, la que más tiempo mantuvo el reto en primarias, los delegados le han recibido con una bienvenida más tibia que cálida. Ha habido aplausos (incluidos de Trump, aunque ha tardado algo en dárselos), Pero también ha habido abucheos, sin que importara que hubiera llegado invitada por el propio Trump, o que la entrega de la que fue su embajadora ante la ONU haya sido total.

Incluso en una de las cuestiones que más le enfrentó con Trump, la guerra de Ucrania, ante la que ella insistía en la necesidad de mantener la ayuda a Kiev y de plantar cara a Vladimir Putin, Haley ha hincado la rodilla. Y este martes, desde el escenario, subrayaba que fue durante el mandato de Barack Obama cuando Putin invadió Crimea y en el de Joe Biden cuando ha invadido toda Ucrania, pero no realizó ninguna agresión cuando Trump estaba en la Casa Blanca. “Los líderes fuertes no empiezan guerras, las previenen”, ha dicho.

El único eco que ha quedado de la Haley de primarias se ha sentido cuando ha urgido a intentar ganar a moderados asegurando: “somos mucho mejores cuando somos más grandes”. Y su argumento para convencer a los votantes ha sido decir que “no tienes que estar de acuerdo con Trump todo el tiempo para votarle”.

Algo más de entusiasmo ha despertado el discurso de DeSantis. En este ha vuelto a subirse a su caballo de batalla de las guerras culturales. Ha echado sal en las heridas de Biden, haciendo las delicias de los congregados, incluyendo el propio Trump. Y ha rendido pleitesía al líder. “Ha sido demonizado, ha sido demandado, ha sido imputado y casi ha perdido su vida. No podemos fallarle”, ha dicho.

A esos discursos se han sumado este martes los de otros que fueron rivales de Trump también en 2016 y que ya hace tiempo optaron por alinearse detrás de él, como los senadores Ted Cruz y Marco Rubio. Y la noche de elegía la ha cerrado Lara Trump, la nuera del expresidente y candidato, a la que ha puesto al frente del Comité Nacional Republicano.El control Trump del partido es total.