Conflicto en Oriente Próximo

¿Cómo será la política de Donald Trump en Israel y Gaza si es reelegido?

El posible regreso de Trump a la Casa Blanca acentúa la polarización de América Latina

El fallido atentado catapulta las aspiraciones de Trump y sume a Estados Unidos en un escenario de confrontación absoluta

Binyamín Netanyahu y Donald Trump, en enero de 2020 en la Casa Blanca durante la presentación de los Acuerdos de Abraham.

Binyamín Netanyahu y Donald Trump, en enero de 2020 en la Casa Blanca durante la presentación de los Acuerdos de Abraham. / SHEALAH CRAIGHEAD / CASA BLANCA / DPA

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cuando el expresidente Donald Trump abandonó la Casa Blanca hace cuatro años, dejó un Israel irreconocible. Los cambios realizados durante su legislatura e, incluso, la ruptura con el status quo en las relaciones entre dos aliados históricos lo convirtieron en el "mejor amigo que Israel ha tenido en la Casa Blanca". Así lo bautizó en enero de 2020 el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu. El propio Trump se declaró "el presidente estadounidense más proisraelí de la historia" unos meses antes. Ahora, su posible victoria en las elecciones presidenciales del próximo noviembre vuelve a traer la pregunta sobre la mesa en medio de la feroz guerra en Gaza. Muchos se preguntan si cuatro años más de Trump en la Casa Blanca podrían poner fin definitivamente a la ofensiva israelí y las consecuencias que su retorno tendría para las relaciones de Washington con el Estado hebreo.

Pero el candidato republicano se ha encargado de mantener el misterio sobre estas cuestiones. Durante estos nueve meses de bombardeos y masacres, Trump no ha dicho mucho públicamente sobre la guerra en el enclave palestino. Incluso, en algunas ocasiones, se ha atrevido a criticar a Netanyahu. Días después del mortal ataque de Hamás del 7 de octubre, reprochó al primer ministro israelí y a sus servicios de inteligencia no haber previsto ni detenido la invasión. También tildó a la milicia libanesa Hizbulá de "muy inteligente". Sus reprimendas provocaron la ira de sus compañeros republicanos, haciendo que se retractara públicamente y mostrara su apoyo a Israel y a Netanyahu. "Mantuve a Israel a salvo, recuérdenlo. Nadie más lo hará, nadie más puede hacerlo", dijo en un vídeo.

"Que acabe con esto de una vez"

Unos meses después, volvió a pronunciarse exhortando al Estado hebreo a "terminar su guerra". "Israel tiene que tener mucho cuidado, porque está perdiendo gran parte del mundo, está perdiendo mucho apoyo", declaró Trump en una entrevista en marzo en la publicación israelí Israel Hayom. "Tiene que terminar, tiene que hacer el trabajo, y tiene que avanzar hacia la paz", insistió. Cuando se le volvió a preguntar sobre el tema, el expresidente puntualizó que el país estaba "perdiendo absolutamente la guerra de relaciones públicas" y que "acabe con esto de una vez". En primavera, cuando las protestas propalestinas se extendían por los campus universitarios estadounidenses, Trump dijo que expulsaría a los manifestantes de Estados Unidos por ser parte de una "revolución radical" y prometió reprimir a los manifestantes si ganaba las elecciones.

Más allá de estas declaraciones, el candidato republicano no está dejando muy claro cómo van a ser sus próximos cuatro años en Oriente Próximo. Sin haber dado demasiados detalles sobre sus planes, se prevé que Trump repita sus políticas proisraelíes de línea dura, como en su anterior mandato. Por ejemplo, su yerno y exasesor para la región, Jared Kushner, sugirió en febrero que las fronteras actuales en Gaza pueden modificarse contradiciendo la actual política estadounidense. "Las propiedades costeras de Gaza podrían ser muy valiosas", dijo entonces. Su elección de vicepresidente, el senador de Ohio, J. D. Vance, sigue esta misma línea. Medios estadounidenses afirman que la política exterior de Vance podría resumirse como "Estados Unidos primero con la excepción de Israel". 

Acuerdos de Abraham

Vance apoya una relación fuerte entre EEUU e Israel ya que considera que el Estado hebreo es esencial para proteger los intereses estadounidenses en la región. "Joe Biden no ha hecho nada", ha denunciado el que podría ser el futuro vicepresidente de EEUU. "Tienen la infraestructura ahí para debilitar a Irán, para fortalecer a nuestro aliado Israel, y Joe Biden no ha hecho nada con ella, Donald Trump la revitalizaría", ha dicho subrayando que el Estado hebreo "no tenía un mejor amigo que Trump". "Queremos que ocurran dos cosas: la primera es terminar con esta guerra lo más rápido posible, porque cuanto más se prolongue, más difícil será la situación [de Israel]", ha subrayado Vance. "Pero en segundo lugar, después de la guerra, queremos revitalizar ese proceso de paz entre Israel y Arabia Saudí", ha añadido.

Ese fue probablemente el mayor logro en política exterior de Trump durante su anterior mandato. Los Acuerdos de Abraham, alcanzados en 2020, permitieron la normalización de las relaciones diplomáticas entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Más tarde se le sumaron Sudán y Marruecos. Antes del ataque del 7 de octubre, la normalización con la megapotencia regional de Arabia Saudí parecía inminente. También, en los cuatro años de Trump en la Casa Blanca, retiró a EEUU del acuerdo nuclear con Irán, principal enemigo de Israel, aumentó las ayudas militares al Estado hebreo, y reconoció la soberanía israelí de los Altos del Golán y a Jerusalén como capital, trasladando la embajada estadounidense a la ciudad santa. Además, recortó la ayuda anual a la Autoridad Palestina y las contribuciones a la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés).

Durante apenas cuatro años, Trump revirtió políticas estadounidenses de larga data en varias cuestiones cruciales de seguridad, diplomáticas y políticas en favor de Israel, como reconocer que los asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada no violaban el derecho internacional. También lanzó el supuesto "acuerdo del siglo" claramente favorable a Israel. El Gobierno de Netanyahu, el más derechista de la historia del país, espera que, a partir de noviembre, siga el mismo camino. "Con Trump y Vance en la Casa Blanca, la derecha israelí tendría el pleno apoyo de EEUU para sus fantasías más salvajes: un golpe judicial, la anexión de Cisjordania, asentamientos en Gaza y enfrentamientos militares con Hizbulá e Irán", apunta Jeremy Ben-Ami, presidente de J Street, un grupo de presión proisraelí en EEUU, a Haaretz. Antes, Netanyahu tendrá que mejorar su relación con Trump, aún resentido con él por haber felicitado a Biden por su victoria electoral en 2020, que el republicano afirma, sin fundamento, que fue suya.

Suscríbete para seguir leyendo