Ayuda humanitaria

Estados Unidos anuncia la retirada del muelle humanitario frente a las costas de Gaza

El proyecto, que ha costado 230 millones de dólares y ha distribuido la media de ayuda humanitaria que ya entraba en el enclave antes de la guerra, ha estado 20 días operativo

La implicación de EEUU en el rescate de los rehenes israelíes en Gaza genera incómodas preguntas tras la muerte de 274 palestinos

Cómo será el muelle temporal de EEUU en Gaza

Un soldado de EEUU camina por el muelle temporal instalado para llevar ayuda humanitaria a Gaza.

Un soldado de EEUU camina por el muelle temporal instalado para llevar ayuda humanitaria a Gaza. / AMIR COHEN / REUTERS

Andrea López-Tomàs

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Apenas 20 días ha estado operativo el muelle flotante estadounidense construido en las costas de Gaza. Ahora, casi dos meses después de su construcción, Washington anuncia que su fin llegará pronto. La infraestructura, que costó a los contribuyentes estadounidenses 230 millones de dólares, se ha topado con varios obstáculos desde su instalación. El muelle se ha desprendido repetidas veces de la costa debido a las condiciones climáticas del verano en el Mediterráneo, para las que no parecía preparado. Además, la situación sobre el terreno con constantes combates y bombardeos por parte del Ejército israelí han impedido la eficiente distribución de ayuda humanitaria que ha llegado por mar durante estas semanas.

"Preveo que en un plazo relativamente corto, terminaremos con las operaciones del muelle", ha dicho este jueves el asesor de seguridad nacional de EEUU, Jake Sullivan, en rueda de prensa. Su instalación permitió la llegada de 8.100 toneladas métricas de ayuda a las costas gazatíes. "La cuestión real en este momento no es hacer llegar la ayuda a Gaza, sino hacerla llegar a Gaza de manera efectiva", ha añadido Sullivan, tras confirmar que el muelle ayudó a llevar alimentos y otra ayuda que se necesitaba con urgencia en el enclave, pero que ahora están llegando otros suministros por tierra. El miércoles el personal militar estadounidense intentó de nuevo anclar el muelle temporal a la playa por problemas técnicos y climáticos, pero sus esfuerzos fueron en vano.

Tras más de nueve meses de guerra, que ha matado a más de 38.300 palestinos, la población gazatí se encuentra sumida en una catástrofe humanitaria. Desde el inicio de la ofensiva, las autoridades israelíes impusieron un asedio total en el enclave palestino, impidiendo la entrada de alimentos, agua y combustible. La presión internacional logró abrir nuevos corredores humanitarios, pero los férreos y opacos controles israelíes ralentizan mucho la entrada de los camiones con ayuda. Además, la toma del paso de Rafah, en el extremo sur de la Franja y en la frontera con Egipto, a principios de mayo ha disminuido a prácticamente cero las probabilidades de hacer entrar ayuda. Durante su discurso sobre el Estado de la Unión en marzo, el presidente Joe Biden anunció la construcción de este muelle flotante para llevar ayuda en medio de críticas de los demócratas por sus envíos de armamento y su férreo apoyo a Israel.

Hambruna

El último informe de Naciones Unidas alega que el 96% de la población de Gaza sufre inseguridad alimentaria. Además, uno de cada cinco palestinos, es decir, unas 495.000 personas se enfrentan a la hambruna en un enclave palestino en ruinas. Por ello, aunque las organizaciones de ayuda han dado la bienvenida a cualquier suministro de alimentos que pueda entrar en el enclave, consideran que la misión de EEUU debe ser otra. Como principal aliado de Israel, la potencia que controla los accesos de la ayuda, Washington debería presionarlo para que facilite su entrada segura por las fronteras terrestres y su distribución efectiva a través de las rutas designadas. Antes de la guerra, una media de 500 camiones de ayuda entraban en el enclave. Aunque los números aún no son precisos, en dos meses, el muelle estadounidense ha entregado aproximadamente el equivalente a un día de entrega de ayuda antes de la guerra.

Por ahora, parece que el muelle temporal ha quedado reducido a ser una costosa distracción, mientras Israel sigue impidiendo el acceso de ayuda y bombardeando el enclave. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) afirma que la ONU ha conseguido transportar 137 camiones de ayuda humanitaria llegados al muelle antes de suspender sus envíos el pasado 9 de junio. Esta decisión se tomó después de que el Ejército israelí usara la zona circundante para puentes aéreos tras un rescate de cuatro rehenes en el que murieron más de 270 palestinos. Según Washington y Tel Aviv, ninguna parte del muelle fue usada en el ataque pero funcionarios de la ONU afirmaron que cualquier percepción en Gaza de que se utilizó puede poner aún más en peligro su trabajo de ayuda.

Riesgos para los trabajadores humanitarios

En las últimas semanas, varias toneladas de asistencia se han apilado sobre la arena frente al muelle ante los crecientes riesgos de distribuirlos para el personal humanitario. Gaza ya se ha convertido en el lugar más letal para los trabajadores humanitarios con más de 250 asesinados desde el inicio de la guerra, según Naciones Unidas. Hace unos días el PMA movió estos alimentos a lugares de almacenamiento para evitar que se dañaran aún más. Ahora, el objetivo de los estadounidenses, según funcionarios anónimos, es retirar toda la ayuda acumulada en Chipre y en el muelle en alta mar y llevarla a la zona segura en la playa de Gaza antes de su completa desmantelación. Después de funcionar durante una semana tras su inauguración a finales de mayo, los fuertes vientos y mares agitados lo dañaron. En sus 20 días operativos, ha tenido que ser retirado y reinstalado un total de tres veces.

La decisión de Washington llega en medio de una intensificación de la actividad militar israelí. Tras la enésima evacuación forzada, la población palestina trata de recuperar las decenas de cuerpos sin vida que ha dejado la operación israelí en la Ciudad de Gaza. La Defensa Civil de Gaza alega que se han encontrado 60 cadáveres en el barrio de Tal al Hawa y se teme que haya docenas más bajo los escombros y que la actividad de las tropas israelíes continue interrumpiendo las tareas de rescate. Al menos ocho personas han muerto en la sureña Rafah y otras cuatro en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro del enclave. El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, ha reiterado que los combates no se detendrán hasta que Hamás sea derrotado.