Elecciones del 9-J

Meloni juega la carta del 'divide y vencerás' para la conquista de las europeas

Cortejada por la derecha y por la ultraderecha europeas, la primera ministra italiana, candidata en los comicios, se mantiene entre la prudencia y el equilibrismo

Quién es quién en la extrema derecha europea: similitudes y diferencias entre las dos grandes familias

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, durante un mitin en Roma el pasado sábado.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, durante un mitin en Roma el pasado sábado. / ALESSIA PIERDOMENICO / BLOOMBERG

Irene Savio

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El viaje existencial que ha llevado hasta aquí a Giorgia Meloni ha sido largo. Pero puede que se alargue aún más. La primera ministra de Italia, en su juventud una ultraderechista de retórica encendida y militante del (difunto y entonces minoritario) partido posfascista Movimiento Social Italiano (MSI), se ha transformado en una figura imposible de eludir en la Europa que surgirá de las elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán entre el 6 y el 9 de junio. Tanto para aquellos que intentan obstaculizarla como para quienes buscan atraerla a su orilla. Que últimamente no son pocos. 

Cortejada por la derecha y la ultraderecha europeas, Meloni parece gozar del momento, con la mirada puesta en lo que ya sugiere el eslogan de su campaña electoral: el principal objetivo es que "Italia cambie a Europa". Es decir, ser protagonista, ganar o estar con quien gana, jugándose hasta el final todo cartucho para ser parte del poder que cuente en las futuras instituciones europeas. Una ambición por la que se mueve entre la ambigüedad y la prudencia, mientras —especialmente dentro de su espectro político— se consuman guerras intestinas. El famoso divide et impera (divide y vencerás) que hace a la italiana también imprevisible en lo que se refiere a las alianzas poselectorales.

Prueba de ello es que Meloni aún no ha cerrado la puerta a nadie. Hoy en día, cuenta con el aprecio de la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, y de otros pesos pesados del grupo centroderechista Partido Popular Europeo (PPE). Pero también es vitoreada por Marine Le Pen, la incendiaria líder de la Reagrupación Nacional francesa, perteneciente al ultraderechista Identidad y Democracia (ID), quien le ha tendido abiertamente la mano.

Esto último ha ocurrido después de que fueran expulsados del grupo ultra europeo los eurodiputados de Alternativa para Alemania (AfD) por defender a las SS alemanas, precisamente en una entrevista a un medio italiano. La situación ha debilitado considerablemente a ID en términos de número de parlamentarios, pero ha supuesto una doble ventaja para Meloni: en su casa, ya que a ID pertenece uno de sus aliados gubernamentales más molestos, Matteo Salvini; y en Europa, ya que ella es la líder de los Europeos Conservadores y Reformistas (ECR), el otro gran grupo que integran (hasta ahora, a menudo sin sintonía) partidos de la ultraderecha en Europa.

Malabarismos

Consciente de la difícil ecuación para formar una mayoría estable y compatible con ella en Europa, Meloni no ha movido de momento ficha alguna para sentar bases de una eventual alianza poselectoral entre ID y ECR. Por el contrario, ha evitado repetidamente pronunciarse sobre la oferta de Le Pen. Lo que le está permitiendo mantener una postura de gran equilibrismo (¿o malabarismo?) entre las distintas facciones derechistas, y despuntar aún más. Esto se refleja incluso en España, donde, pese a ser oficialmente aliada de Vox, en la actual campaña ha sido aplaudida por el líder del Partido Popular español, Alberto Núñez Feijóo.

Meloni también se ha mantenido ambigua con respecto a una alianza con el sector progresista. El último fin de semana de mayo, en una entrevista, descartó un pacto con los socialistas europeos. Unos días más tarde, sin embargo, su tonos ya era distinto. "Me preguntan: ¿estás con ese o con el otro? Yo estoy con Italia, todo lo demás me interesa poco", dijo la primera ministra. "Tengo mis ideas, pero no parto del candidato, parto de la mayoría, la política la hace la mayoría [...] No se puede decidir quién hará qué antes de que los ciudadanos hayan votado, nunca ha sido mi modelo", agregó.

Cartas revueltas

Ferdinando Nello Feroci, excomisario europeo para la Industria y presidente del centro de estudios Affari Italiani (Asuntos Italianos), lo considera todo producto de los finos juegos electorales de la italiana. "Lo cierto es que una alianza entre Meloni y Le Pen es bastante improbable en Europa debido a que la italiana es una firme atlantista y ha apoyado sin resquemor la ayuda a Ucrania, mientras que Le Pen tiene una postura casi opuesta", dice este analista. "Sin duda en las últimas semanas Meloni ha logrado que las cartas se volviesen a mezclar", añade. 

Otros también recuerdan cuando la Liga de Matteo Salvini —que gobierna en Italia con Meloni— intentó entrar en ECR y precisamente la hoy primera ministra transalpina se lo impidió, evitando así que la formación legüista le quitara relevancia al partido de la primera ministra, Hermanos de Italia. Pero la razón de una poco probable alianza entre Le Pen y Meloni es también una tercera mujer: Von der Leyen, con la cual Meloni ha tejido una relación que, sin embargo, suscita cada vez más malestar entre los progresistas alemanes y franceses.

Esta circunstancia, según Nello Feroci, podría llevar a un posible escenario nefasto: una situación de bloqueo en la elección del presidente de la Comisión, a causa de la anunciada intención de los socialistas de retirar su apoyo a Von der Leyen si decide trabajar con Meloni. La incógnita es qué hará ella en ese momento.

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