Elecciones decisivas en Latinoamérica

La violencia y la polarización marcan la campaña electoral en México

La sociedad acude dividida entre quienes destacan los logros del presidente saliente y quienes denuncian el creciente autoritarismo de Morena, la formación izquierdista y populista fundada por él

Archivo - Fuerzas de Seguridad de México

Archivo - Fuerzas de Seguridad de México / Europa Press/Contacto/Rick Cruz - Archivo

Marc Marginedas

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Si hay que juzgar por la cantidad de pasquines electorales colgados en el centro histórico de la Ciudad de México, Morena, la formación izquierdista y populista fundada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sería la única contendiente en las elecciones presidenciales, al Senado, a la Cámara de Diputados, a alcaldías y a algunas gobernadurías de Estados que se celebrarán este domingo en el país latinoamericano. Pasquines con el retrato de Claudia Brugada, la candidata a presidir el gobierno de la capital, así como proclamas tales como "¡(el estado de) Guerrero está contigo, Claudia!", en referencia a Claudia Sheinbaum, aspirante a presidente, cuelgan por doquier, reforzando la impresión de que la cita electoral incrementará aún más la hegemonía que ha venido ejerciendo Morena ante la oposición durante el mandato presidencial que ahora acaba.

Sin embargo, esta omnipresencia del partido oficialista en el centro capitalino en realidad podría estar transmitiendo una impresión errónea. De acuerdo con muchos analistas, el país, en realidad, encara estos comicios trascendentales y el futuro inmediato en un clima de acentuada polarización política, con dos relatos y narrativas incompatibles entre sí compartidas por amplios segmentos de la sociedad, que dejan escaso margen al consenso: por un lado, los partidarios del actual presidente AMLO, que consideran que México, bajo su presidencia ha experimentado mejoras sustanciales tanto en la economía como en la lucha contra corrupción y la pobreza, y por otro quienes se inquietan ante los numerosos gestos autoritarios del jefe del Estado saliente y las intenciones de Sheinbaum, su candidata, de modificar en profundidad las reglas del juego democrático y el equilibrio de poderes.

"Yo tengo mucho respeto por la democracia, y probablemente votaré Morena", explica Eduardo, un taxista que reside en la inmensa periferia de la capital, a unos 40 kilómetros de distancia, ya en otro estado federado. Admite que el mandatario saliente tiene tendencias autoritarias, "aunque no siempre", y considera "necesarias" ciertas reformas que ha planteado y que han provocado arqueos de cejas tanto en el interior como en el exterior del país, como la elección por sufragio universal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la más alta instancia judicial del país y organismo que durante el mandato de AMLO ha frenado un buen número de iniciativas legislativas de Morena. Los cambios "son necesarias para acabar con los privilegios", espeta, asumiendo al completo el discurso de Morena de estar llevando a cabo una revolución social.

Lado contrario barricada

En el lado opuesto de la barricada se encuentran las fuerzas opositoras, quienes se inquietan ante las maniobras del jefe del Estado para erosionar las instituciones que arbitran la competición política en el país, incluyendo, no solo al mencionado tribunal, sino a otros como el Instituto Nacional Electoral(INE). "Yo confío en Dios y sé que lo que salga de estas elecciones será lo mejor para México, pero está claro que AMLO se coloca frecuentemente por encima de la ley", lamenta un funcionario de policía en uno de los estados norteños del país que prefiere no decir su nombre. Una inquietud compartida por un religioso al frente de un centro de acogida de inmigrantes, quien piensa que la democracia se halla "en peligro" si la sucesora de AMLO profundiza en estas tendencias autoritarias.

La violencia y las denuncias de juego sucio han proliferado durante toda la campaña electoral. Más de 20 aspirantes han perdido la vida en ataques y atentados, en su mayoría perpetrados por cárteles del crimen organizado. El último asesinato se produjo precisamente el pasado miércoles, cuando Alfredo Cabrera, candidato por la coalición opositora a la alcaldía de Coyuca de Benítez, en el estado de Guerrero, fue disparado por la espalda durante la celebración de un mitin electoral, provocando escenas de caos y pánico entre los asistentes. "Condeno en enérgicamente los lamentables hechos", reaccionó la gobernadora local, Evelyn Salgado Pineda, adscrita a Morena.

Oficialistas y opositores han intercambiado en las últimas horas acusaciones de llenar los mítines electorales con gentes a las que se le había pagado una cantidad monetaria. En redes sociales se afirma que Morena ha traído a migrantes al mitin de cierre de campaña en Ciudad de México para hacer bulto, financiados con 200 pesos mexicanos (unos 10 euros). La aparición de un confuso mensaje en Twitter, luego desmentido, del actual secretario de la Defensa, Luis Crescendo Sandoval, llamando a los mexicanos a defender la democracia en términos similares a los que emplea la oposición ha generado más tensión y confusión si cabe en las últimas horas. En un intento de prevenir incidentes, un buen número de estados, incluyendo la capital, han decretado la ley seca y prohibido la venta de alcohol durante todo el fin de semana.

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