Derechos humanos en Rusia

Denuncian que Navalni se encuentra en paradero desconocido tras un posible traslado de prisión

Rusia condena al opositor Navalni a 19 años más de prisión por "extremismo"

Protesta de apoyo a Alexei Navalni.

Protesta de apoyo a Alexei Navalni. / Europa Press

Marc Marginedas

Marc Marginedas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

“No sabemos dónde está”. Iván Zhdanov, director del Fondo contra la Corrupción(FBK), la oenegé fundada por el principal disidente ruso Alekséi Navalni, condenado a penas de prisión de varios decenios, ha constatado este lunes, en declaraciones al canal opositor de YouTube ‘Popularnaya Politika’ basado en Lituania, que desconoce el paradero del más renombrado recluso de Rusia. En el entorno del activista se vincula esta desaparición al arranque de la campaña preelectoral de Vladímir Putin, quien acaba de anunciar que se presentaría a la reelección, y coincide además con una ingeniosa iniciativa de anuncios publicitarios lanzada por FBK en las principales ciudades del país que, mediante un código QR, dirigían a los ciudadanos a una página web que se titulaba “Rusia sin Putin” en la que se explicaban métodos de resistencia no violenta.

Desde hace seis días los abogados de Navalni no han conseguido contactar con el activista, y lo único que han logrado confirmar es que no se encuentra en ninguno de los establecimientos penitenciarios de la región de Vladímir, donde se hallaba hasta ahora. “No se encuentra en las listas ni de la colonia penitenciaria IK6 de régimen estricto, ni en la colonia IK7, de régimen especial, (el tipo de prisión) donde debería estar de acuerdo con la (última) decisión del juez”, ha declarado Zhdanov.

El entorno de Navalni baraja la posibilidad de que haya caído enfermo y se encuentre ingresado en un hospital, o esté siendo transferido a alguno de los más de 700 establecimientos penitenciarios repartidos por toda la Federación Rusa. En este último caso, Navalni podría estar sin dar señales de vida durante “semanas o incluso meses”, sostiene Zhdanov. El sistema penitenciario ruso “emplea unas rutas tan extrañas a veces te llevan a los Urales, luego regresas a Moscú, y te envían al sur, que nadie sabe cómo está construido, aparte de unos pocos funcionarios”. Las condiciones de transporte de los presos se realizan, además, en condiciones muy difíciles, denunció el opositor: en vagones de madera, sobrecargados, sin colchones. Y cree que todo forma parte de un plan para “aislar lo máximo posible” a Navalni en este periodo lo máximo posible.

Sistema penitenciario ruso

Cuando Navalni reaparezca de las entrañas del sistema penitenciario ruso, deberá cumplir la pena que le fue impuesta en agosto por de 19 años de cárcel por “crear y financiar una comunidad extremista” en una colonia de régimen especial, donde reinan las condiciones de vida más rígidas. Sin embargo, la legislación rusa le permite, en teoría, incluso en estos casos, mantener la comunicación con sus abogados e incluso correspondencia con el mundo exterior. Sin embargo, en opinión de Zhdanov, todo ello no está ni siquiera asegurado en su caso, ya que en el periodo que lleva en prisión, superior a tres años, varios de sus derechos fundamentales han sido violados por las autoridades penitenciarias.  

El estado de salud del recluso también inquieta a su entorno. Kira Yarmish, su portavoz, ha explicado a The Guardian la dureza de las condiciones de reclusión. “Debido a las condiciones inhumanas en la que se le mantiene, no hay ventilación, no hay agua caliente en la celda, y no está siendo alimentado de forma adecuada, puede perfectamente haberse desvanecido de hambre”, ha relatado. Tampoco ha participado en la vista judicial telemática para examinar sus protestas por el trato carcelario que recibe, lo que ha agravado el temor de su entorno.

El fundador de FBK fue envenenado con Novichok durante un viaje a Siberia en agosto de 2020. Tras sentirse mal durante el vuelo de regreso a Moscú, fue ingresado en un hospital de la ciudad de Omsk, desde donde fue trasladado a Alemania para ser tratado. Una vez recuperado, el opositor, en lugar de quedarse en el exilio, optó por regresar a Rusia, donde fue arrestado de inmediato nada más aterrizar su vuelo. Desde entonces, ha sido juzgado y condenado en varias ocasiones, en un marco de represión generalizada en Rusia tras el arranque de la invasión de Ucrania. Otros opositores contrarios a la guerra, como Vladímir Kara-Murzá o Ilia Yashin, también han sido encarcelados en Rusia y han sido considerados por las organizaciones de derechos del hombre como prisioneros de conciencia.