Victoria Luengo, la actriz que crece y crece

Cuando le preguntan a Victoria Luengo (Palma, 1990) por un sueño, últimamente repite: interpretar a una mujer feliz. Sus personajes sufren por norma general y ella, actriz de método, se impregna de ese dolor. En su última obra, ‘Prima Facie’ –que le ha valido un Premio Godot y estará en el teatro Poliorama hasta el próximo sábado– da vida a una abogada acostumbrada a salirse con la suya defendiendo a agresores sexuales que luego se convierte en víctima. Brillante defendiendo el monólogo de Suzie Miller, Victoria Luengo se ha propuesto que el público sienta la rotura emocional y se encoge de miedo, llora o simula ataques de ansiedad. “El cuerpo no sabe que eres actriz”, ha explicado, así que, cuando baja el telón, se echa a andar para bajar el cortisol y se va al fisio para descontracturarse.

Sobre las tablas también participó en ‘Como una perra en un descampado’, escrita por Clàudia Cedó en base a la pérdida de su bebé en avanzado estado de gestación. También estaba herida Antonia Scott, la mujer más inteligente del mundo en la serie ‘Reina Roja’, en Amazon Prime: Victoria Luengo se empleó a fondo documentándose sobre personas con altas capacidades para meterse en su piel, emula a la perfección su actitud huidiza y a menudo se rasca, ya que descubrió que les molestan las etiquetas de la ropa. Los proyectos que tiene listos para estrenar tampoco son ni livianos ni alegres: ‘Yo, adicto’, la serie basada en el libro homónimo de Javier Giner, y ‘Verano en diciembre’, ópera prima de Carolina África sobre el conflictivo reencuentro de cuatro hermanas. Su personaje toma ansiolíticos y sufre depresión. Además, será chica Almodóvar en 'La habitación de al lado', que protagonizan Tilda Swinton y Julianne Moore y se estrenará el 18 de octubre.

Ni un mes sin trabajar

Victoria Luengo –pide que dejen de llamarla Vicky, nombre que se puso cuando empezó con 14 años y con el que se resiste a envejecer– está conforme con tanta intensidad en sus trabajos, pero pide un balón de oxígeno. Su carrera explotó con la serie ‘Antidisturbios’, dirigida por Rodrigo Sorogoyen, y ya puede permitirse el lujo de elegir sus papeles. Apuesta por los que se siente cómoda moral y políticamente y suponen un desafío. Con los años ha aprendido a no castigarse tanto con su nivel de autoexigencia, asegura, y ya no se empeña en conseguir el papel de la más guapa aplicándose con el maquillaje para los castings. Desde que se ha relajado y ha aprendido a jugar sus cartas le va mejor, asegura, y el hecho de que no se haya pasado ni un mes sin trabajar desde que cumplió 18 años le ha imprimido confianza.

'Prima facie': Ensayo sobre la ceguera de la justicia

De la cual, y pese a su aparente fragilidad, nunca parece haber ido corta. Con solo 21 años y sin saber francés se presentó al casting de ‘Carmen’, de Jacques Malaterre, pretendiendo también que tenía alguna idea de bailar flamenco. No coló pero aún así, el director le dio el papel, maravillado por su aplomo. Superó las ganas de llorar que le entraban al principio del rodaje, por no entender nada de lo que le decían, y acabó convertida en una nueva persona que había adquirido además otra lengua. Saber francés le ayudará sin duda a labrarse una carrera europea –también sueña con rodar con los hermanos Dardenne-, emulando a otras grandes actrices españolas como Carmen Maura o Victoria Abril.

Muy celosa de su intimidad, solo utiliza las redes sociales para promocionar sus trabajos y entrevistas. Cree que sería peor actriz si no alimentara el misterio. Aun así, no ha tenido problema en compartir un episodio de acoso que sufrió en la calle por parte de dos hombres ni que sufre endometriosis, asuntos sobre los que cree tiene el poder de crear conciencia social. Lee mucho y también escribe. En el futuro, se ve creando una película.

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