Barcelona desencalla en una precisa carambola el futuro de la Escola Entença, los bomberos y el Clínic

Renacerá el parque de bomberos del parque de Joan Miró en la avenida de Sarrià, esquina Londres. Encontrará la Escola Entença, hoy en precario en la antigua cárcel Modelo, un hogar definitivo en la calle de Provença, esquina con Villarroel. Y en la parte adyacente de ese solar, junto al Mercat del Ninot y cara a Casanova, ampliará el Hospital Clínic su atención al público. El Ayuntamiento de Barcelona ha resuelto por fin el mayor cubo de Rubik urbanístico del Eixample, una operación a varias bandas y con varios actores implicados que se arrastraba, como poco, desde hace 13 años. Es un acuerdo al que quizá no le queda grande el calificativo de histórico, no solo por el número de problemas que resuelve, sino, también, porque es absolutamente coral, pues ha sido consensuado por el PSC, Trias Per Barcelona-Junts, Comuns, Esquerra y PP, casi lo nunca visto.

Fue en 2010 cuando los bomberos abandonaron el que había sido su icónico cuartel de la calle de Provença, en la acera montaña de la manzana del Mercat del Ninot. En una ciudad densa como pocas, no era fácil encontrarle una ubicación que tenía que ser en principio provisional y, además, perfecta para atender emergencias. Se tomó una decisión controvertida, que fuera a una zona verde, la del parque de Joan Miró, con el argumento de que en dos o tres años podrían regresar los bomberos a Provença, una vez que el Clínic hubiera levantado ahí un edificio de nueva planta y les hubiera reservado los bajos. Han pasado 14 años, entre protestas de los vecinos de Joan Miró por la ‘invasión’ y, también, con un juicio por presunta prevaricación contra los concejales que aprobaron ese remedio.

El convenio que por fin ha podido cerrar el alcalde Jaume Collboni, con un crucial impulso de los concejales de Junts, prevé recalificar la manzana triangular que delimitan la avenida de Sarrià y las calles de Urgell y Londres (la Mercedes, para los vecinos del barrio) para que dé cabida a un parque de bomberos de 2.215 metros cuadrados y otros 5.550 de techo que se destinará a oficinas y usos comerciales, con los que en el fondo se financiará la operación, justo donde actualmente está la gasolinera, que desaparecerá. El solar es propiedad del grupo empresarial Quadis, un gigante local en el sector de la venta de automóviles. El convenio que ha firmado con el ayuntamiento prevé que done a la ciudad una porción de terreno, el necesario para el parque de bomberos, y que a cambio pueda levantar, tras la recalificación urbanística imprescindible, un edificio de unas cinco plantas. Al barrio se le compensará con zonas verdes por determinar y al concesionario de vehículos que ocupa hoy ese espacio se le permitirá seguir ahí hasta 2029, fecha de inicio de las obras.

Con la renuncia a que los bomberos regresen a Provença, consigue el Ayuntamiento de Barcelona que caiga otra ficha del dominó, la de la Escola Entença, creada en 2016 para paliar el déficit de plazas públicas de esta parte de la ciudad y, desde entonces, condenada a un angustiante nomadismo. Las aulas estuvieron primero en el recinto de la Escola Industrial. Con la promesa de que muy pronto irían al solar de Provença, el de los bomberos. Se mudaron a la Modelo, pero la antigua prisión ya hay otra escuela, la Xirinacs, que es la que finalmente se quedará en la remodelación de aquel gigante recinto. Hasta seis posibles destinos ha tenido la Escola Entença desde 2016, un sinvivir para los padres. Finalmente será vecina del Mercat del Ninot.

El solar disponible, permitirá encajar un centro educativo de cinco plantas con capacidad para dos líneas y, lo que siempre es importante, un patio de 1.500 metros cuadrados.

La Escola Entença se alzará en la esquina de Provença con Villarroel. La esquina de Casanova, o sea, la más cercana al Hospital Clínic, será otra construcción de cinco plantas destinadas a usos sanitarios, en total casi 20.000 metros cuadrados de techo, una cifra suficiente después de que el propio hospital cerrara un acuerdo el pasado enero para proyectar un campus de la salud en la Diagonal. En cierto modo, aquel pacto de enero era imprescindible para desencallar la precariedad de los bomberos y la Escola Entença. No fue sencillo. Tuvieron que sincronizar sus relojes la Generalitat, el Hospital Clínic, la Universitat de Barcelona, la Diputació y tres ayuntamientos, Barcelona, L’Hosptalet y Esplugues.

Aquel acuerdo fue mayúsculo. No lo es menos el ahora anunciado, aunque queda mucha letra pequeña por refrendar. Por lo pronto, lo que se ha prometido es que las obras de la calle de Provença podrían comenzar en 2028 y las de los bomberos en 2029. Hasta entonces, los camiones de los servicios de extinción seguirán saliendo por la puerta de Aragó de su cuartel del parque de Joan Miró. Esa es una pieza colateral que tiene, según se mire, otra derivada.

Futura reforma de Joan Miró

Los vecinos del parque hace años que reivindican que los bomberos abandonen lo que urbanísticamente es una zona verde inapelable. Esa lucha ha quedado solapada y en parte eclipsada por otra más reciente, la de las obras de la línea L8 de los Ferrocarrils de la Generalitat. A partir de mediados de julio comenzará el talado de más de un centenar de árboles para abrir en mitad del parque un pozo de extracción de tierras de la tuneladora. No han conseguido los vecinos que esa operación se lleve a cabo en otro lugar, como el recinto de la Fira. Se les ha prometido que, a cambio, cuando terminen las obras, el parque será sometido a una profunda mejora. Más o menos por calendario, esa reforma podrá incluir la pieza que ocupa el parque de bomberos.

Ahora empieza, en definitiva, todo un laborioso trabajo de trámites administrativos y redacción de proyectos, pero, como ha subrayado Collboni, pocas veces se puede anunciar un acuerdo con un consenso político tan amplio, lo cual lo blinda ante futuros vaivenes electorales, y que, además, suponga una mejora en educación, salud, zonas verdes y seguridad. Sobre ese último aspecto y como nota final, el parque de bomberos tendrá dos salidas para las emergencias, una por la avenida de Sarrià y ora por la calle de Urgell. No es un dato intrascendente. Según los profesionales de las emergencias, eso reducirá incluso el tiempo que tardan en llegar a sus destinos.