Consejo de Barrio

El ayuntamiento encara el reto de limpiar de 'trastos' los alrededores de la Sagrada Família

Los cuatro puntos negros (y absurdos) de aglomeraciones alrededor de la Sagrada Família de Barcelona

La marquesina del bus de Marina, por fin retirada, tras años fuera de servicio.

La marquesina del bus de Marina, por fin retirada, tras años fuera de servicio. / A. F.

Carles Cols

Carles Cols

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Como aquellas familias que se mudan y es entonces cuando descubren cuántos cachivaches inútiles han guardado durante años para nada, el Ayuntamiento de Barcelona ha comenzado a trabajar para que los alrededores de la Sagrada Família, con algunas de las aceras más concurridas de la ciudad, sean un trastero sin sentido. El pasado fin de semana fue retirada una marquesina de TMB de la calle de Marina en la que hacía años que no paraba ningún autobús porque la calle está cortada al tráfico. También se eliminó recientemente un chiringuito que, para nada ya, mantenía en pie en mitad de la plaza de la Sagrada Família el Institut Municipal de Parcs i Jardins. A partir de julio, la limpieza de ‘trastos’, en el sentido más generoso del término, proseguirá con la eliminación de hasta 15 jardineras que ocupan la acera de la calle de Mallorca, entre Marina y Sardenya, un tramo peatonalmente torrencial.

El plan, como es norma en este tipo de intervenciones, tiene un nombre. Plan de Acción del Espacio de Gran Afluencia (EGA) de la Sagrada Família. No se prevé que esta sea un batalla relámpago. El concejal del distrito, Jordi Valls, ha presidido el consejo de barrio en el que los vecinos han sido informados de las medidas que se llevarán a cabo, asamblea más que necesaria a la vista de que los propios residentes habían comenzado a hacer su propia lista de puntos negros que les impiden transitar con comodidad por las calles de su entorno.

La acera de Mallorca, atestada y, además, con 15 jardineras.

La acera de Mallorca, atestada y, además, con 15 jardineras. / JORDI OTIX

Había anotado esos vecinos como punto negro y absurdo la parada del bus de Marina y ya ha sido retirada. Apuntaron también en su lista el quiosco que ocupa la esquina de Lepant con València y que deja un estrecho desfiladero de paso cuando allí coinciden uno o más grupos de turistas camino del templo de la Sagrada Família. También será eliminado, pero administrativamente requiere dar varios pasos en zigzag. Como se trata de una concesión administrativa, se requerirá primero al quiosquero que cumpla con su obligación de mantener el negocio abierto. En caso de que no lo haga, que es lo previsible, se abrirá el expediente para proceder a la extinción de ese contrato, siempre y cuando persista en su actitud de no abrirlo, lo que se considera una falta grave.

Una señal de tráfico de la calle de València absolutamente obsoleta

Una señal de tráfico de la calle de València absolutamente obsoleta / A. de S.

Una visita con mirada crítica a los alrededores de la Sagrada Família ha permitido constatar, además, que hay señales de tráfico obsoletas y que el mobiliario urbano de la avenida de Gaudí pide a gritos un remozado. Se hará. Y está anotado también en el calendario de actuaciones, a partir de otoño, mejorar la iluminación de las plazas de la Sagrada Família y de Gaudí.

El plan, en cualquier caso, no morirá con las doce campanadas de Nochevieja. Tiene mucho más recorrido. En 2026, por ejemplo, se pretende soterrar el tendido eléctrico que aún vuela por el aire en las calles adyacentes a la basílica, una medida que permitirá, de paso, eliminar ancianos postes de madera que aún cumplen esa función.

Acceso al metro, un cuello de botella.

Acceso al metro, un cuello de botella. / JORDI OTIX

Los beneficiarios de todas esas medidas no se busca que sean los turistas de paso por la zona. La retirada de jardineras en la calle de Mallorca hará más cómoda su visita, es cierto, pero lo que se pretende en realidad es, en la medida de lo posible, dar un cierto vuelco a la situación. Por eso el plan llega acompañado de una serie de medidas destinadas a proteger el comercio de proximidad y potenciarlo, si cabe, y ser al mismo tiempo celosamente exigentes con el que no lo es. Las inspecciones multidisciplinares a los establecimientos para comprobar que su actividad se ajusta su licencia, como las que se han llevado a cabo este mes de junio, se repetirán.

Una cuestión más que abordará en plan, pero de la que de momento no hay concreciones, es la movilidad. Por una parte, se estudia cómo mejorar el acceso a las bocas de metro, que en el caso de la de Marina con Provença es a ratos un cuello de botella. Por otra, se reflexiona sobre cómo deben convivir peatones y ciclistas alrededor de la Sagrada Família, porque hoy esa coexistencia no es amistosa. Los remedios, como en el caso del tendido eléctrico, no podrán comenzar a ser realidad hasta 2026.