Una tradición rota de consenso PSOE-PP y un ministro como gobernador 45 años después

La elección del gobernador del Banco de España es legalmente potestad del presidente del Gobierno, mientras que el subgobernador es designado por el Ejecutivo a propuesta del gobernador, según la ley de autonomía del banco central español aprobada en 1994 como parte del proceso de integración europea. Sin embargo, desde aquel año existe una tradición no escrita por la que el Ejecutivo elige a un gobernador que sea asumible para el principal partido de la oposición, al tiempo que este actúa de forma recíproca con el subgobernador. Dicha tradición de consenso entre el PSOE y el PP ha saltado por los aires con la elección del ministro José Luis Escrivá para liderar el organismo, rechazada de forma rotunda por el PP. Hay que remontarse a 2006 para encontrar un precedente similar.

El Ejecutivo de Rodríguez Zapatero eligió entonces a su secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, para sustituir a Jaime Caruana, a quien Rodrigo Rato, vicepresidente económico en el Gobierno de Aznar, había aupado al puesto de gobernador seis años antes desde la dirección general del Tesoro del Ministerio de Economía. El PP rechazó el nombramiento de Fernández Ordóñez y el entonces ministro, Pedro Solbes, descartó a su candidato a subgobernador, José María Marín Quemada (profesor de economía de la Universidad Complutense de Madrid que participó en el tribunal académico que aprobó la tesis doctoral de Rato en 2003 y que más tarde presidió la CNMC con el Gobierno de Rajoy). Para el puesto de número dos del Banco de España, Solbes se decantó por un directivo de perfil técnico del propio organismo supervisor, José Viñals.

En 2012, Fernández Ordóñez adelantó un mes su salida por sus encontronazos con el recién nombrado ministro de economía, Luis de Guindos, a causa de la gestión de la crisis del sector bancario español. El hoy vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) decidió volver a la tradición de consensuar los relevos con el PSOE: eligió a Luis María Linde como gobernador y aceptó la propuesta de los socialistas de nombrar a Fernado Restoy como su número dos, tras vetar previamente el nombre de Soledad Núñez, directora general del Tesoro en época de Zapatero. Restoy tampoco agotaría su mandato. Tras protagonizar varios roces públicos con Guindos, dejó el cargo para presidir el Instituto de Estabilidad Financiera del Banco Internacional de Pagos (BIS) de Basilea. El ministro volvió a llamar al PSOE para sustituirle y aceptó nombrar subgobernador a Javier Alonso, alto directivo del supervisor.

Caso singular

Hace seis años también se repitió la tradición del consenso, aunque de forma un tanto sui generis. El PP y el PSOE estaban negociando la identidad de los sustitutos de Linde y Alonso cuando Pedro Sánchez anunció el 25 de mayo de 2018 su moción de censura contra Mariano Rajoy. Pese a ello, el 28 de mayo, el ministro de Economía, Román Escolano, decidió proponer a Pablo Hernández de Cos, entonces director general de economía y estadística del Banco de España, como nuevo gobernador. A los socialistas no les parecía mal su candidatura en sí, pero consideraron "insensato" que el Gobierno impulsase su nombramiento a 48 horas de un debate de la moción de censura que ya tenían la confianza en ganar, como finalmente sucedió.

Según algunas fuentes, el nombre de Hernández de Cos fue sugerido a Escolano por su secretario general del Tesoro, Fernando Navarrete, que tras el cambio de Gobierno pasó a ser jefe de gabinete del gobernador y que a principios del pasado junio fue elegido eurodiputado por el PP. El nuevo Ejecutivo socialista se pudo resarcir de no haber elegido al gobernador por apenas unos días con el nombramiento de Margarita Delgado -entonces alta directiva del área de supervisión bancaria del BCE- como subgobernadora. Pese a no conocerla personalmente, la nueva ministra de Economía, Nadia Calviño, le llamó en agosto de aquel año para que tomase posesión del nuevo cargo el 11 de septiembre. 

Tras varias décadas

A principios del año pasado, ya estuvo a punto de producirse una ruptura del consenso tradicional. Calviño sopesó no negociar con el PP la elección de dos consejeros del Banco de España que debían sustituir a Fernando Eguidazu (en su día propuesto por los populares) y Carmen Alonso (por el PSOE). Hernández de Cos le convenció de lo contrario y finalmente los elegidos fueron Judith Arnal (exjefa de gabinete de Calviño) y Fernando Fernández (economista próximo al PP). Ante el riesgo de que se repitiese, el todavía gobernador defendió a mediados de marzo, en una entrevista a El Periódico de Catalunya (del Grupo Prensa Ibérica), que "es fundamental el consenso en los nombramientos de los responsables de las instituciones independientes, precisamente para reforzar la percepción de independencia y rigor técnico". Pero su llamamiento no ha tenido resultado.

El banco central español tiene su origen en la creación en 1782 del Banco Nacional de San Carlos, una entidad de capital privado pero de apoyo al Estado y emisor de billetes. En 1856, una ley lo redenominó Banco de España y otorgó al Estado la potestad de nombrar al gobernador, por lo que muchos ministros a lo largo de su historia han ocupado dicho cargo. Sin embargo, desde la llegada de la democracia en 1978, ningún ministro o exministro había desempeñado el principal puesto de dirección en la institución. El último precedente es el de José María López de Letona, que fue ministro de Industria durante la dictadura de Franco (entre octubre de 1969 y enero de 1974) y gobernador durante la transición (agosto de 1976 a marzo de 1978). 

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