Innovación estratégica

El 60% de las ‘startups’ europeas que son adquiridas acaban en manos extranjeras

Un informe del BEI detecta que las empresas de la UE captan un 50% menos de financiación a lo largo de los años que sus competidoras estadounidenses

La UE destina 350 millones a un fondo español para que invierta en 'deep tech' y soluciones climáticas

Nadia Calviño, presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Nadia Calviño, presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). / FERNANDO BUSTAMANTE

Paula Clemente

Paula Clemente

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tras diez años de vida, una ‘startup’ fundada en la Unión Europea (UE) habrá captado un 50% menos de financiación que una competidora suya puesta en marcha en el mismo momento y en el mismo sector, pero en Estados Unidos. Así ocurre que la UE tiene la mitad de empresas valoradas en hasta 50 millones de dólares (unos 46 millones de euros) que el país situado al otro lado del Atlántico. La diferencia ronda el 15 por cada 100 en el caso de aquellas compañías que valen hasta 500 millones de dólares. Y se hunde hasta el 10% si se sube el termómetro hasta los 10.000 millones de dólares.

“Las personas que innovan en Europa se enfrentan a significativas limitaciones cuando buscan inversión, particularmente cuando lidian con la transición de ‘startup’ a una compañía en fase más avanzada [lo que se conoce como ‘scale-up’]”, plasma el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en un informe con el que se propone dar luz a esta situación para tratar de empezar a corregirla. Sobre todo, detectada otra de las grandes conclusiones de este análisis: el 60% de las empresas emergentes de base tecnológica que son adquiridas en la UE acaban en manos de compañías o fondos extranjeros.

Esto va completamente en contra del objetivo europeo de depender lo menos posible de la tecnología e industria de otras potencias mundiales como Estados Unidos o China, especialmente en medio de tanta tensión geopolítica. “Cerrar la brecha en la financiación de las empresas ‘scale-up’ es esencial para que la Unión Europea mantenga su ventaja tecnológica y prospere en la carrera de la transición verde y digital”, contextualiza este documento, que parte de la premisa de que son este tipo de empresas las que pueden marcar la diferencia en esta carrera. De una ‘startup’ se esperan ideas, prototipos y propuestas de nuevas soluciones o herramientas, así como dar primeros pasos; de una ‘scale-up’, que construya un negocio viable en torno a esta innovación, que la tire hacia adelante y que genere riqueza y empleo allí donde opere.

En este sentido, el BEI lanza datos como que casi el 50% de las compañías que más invierten en i+D del mundo están situadas en Estados Unidos, comparado con el 17% que están afincadas en terreno europeo. O que la inversión de capital riesgo equivale allí al 0,19% del PIB, frente al 0,03% que se registra en la UE y que esto se traduce en disponer de muchas menos empresas de este tipo (aquí hay menos de una ‘scale-up’ por cada millón de habitantes, mientras que en el país norteamericano son casi 5). Además, estas empresas dependen en gran medida de los inversores estadounidenses, lo que no ocurre a la inversa: el 82% de los acuerdos de inversión cerrados en este ámbito en la última década en la UE han estado lideradas por un inversor extranjero, frente al 14% que se da en San Francisco.

Las propuestas del BEI

De ahí que, cuando una compañía necesita un último empujón para empezar a jugar en ligas mayores, acabe recurriendo a firmas de fuera, generalmente, de Estados Unidos. “Las empresas europeas que están tratando de crecer se acaban viendo obligadas a mirar más allá del mercado de capitales local, ya que las oportunidades de que los inversores presentes salgan [con mejores condiciones de las que entraron] son limitadas y el conjunto de compradores potenciales es menor”, encuentra el informe del BEI.

La receta de este organismo es clara: invertir más en este tupo de empresas. Algunas de sus sugerencias son completar urgentemente la Unión de Mercados de Capitales como una prioridad clave para lograr la integración financiera, que el sector público preste apoyo en fases tempranas de desarrollo tecnológico y trabaje en ofrecer fuentes de financiación diversificadas, o, incluso, alentar que el segundo mayor segmento de mercado en este ámbito de la UE como son los fondos de pensiones privados o los seguros también participen en este mercado.

“Estamos dispuestos a hacer más y avanzar hacia una verdadera unión de los mercados de capitales”, zanja la presidenta del BEI, Nadia Calviño. “Es una prioridad clave para impulsar el crecimiento sostenible y la creación de empleo”.