Política monetaria

Lagarde y Powell coinciden en enfriar las expectativas de rápidas bajadas de los tipos de interés

Los presidentes del BCE y la FED afirman que necesitan tener más confianza en que la inflación seguirá bajando antes de suavizar más la política monetaria

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, junto al presidente de la Fed, Jerome Powell, en Sintra.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, junto al presidente de la Fed, Jerome Powell, en Sintra. / BANCO CENTRAL EUROPEO

Pablo Allendesalazar

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Salvo un inesperado deterioro profundo de la economía o una bajada de la inflación más rápida de lo anticipado, los recortes de los tipos de interés en la zona euro y Estados Unidos no serán ni rápidos ni contundentes. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, y el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, lo han vuelto a confirmar este martes. Aunque hay diferencias en la situación de las dos regiones, el diagnóstico es similar: las dos autoridades monetarias necesitan que los datos les den más "confianza" en que el IPC seguirá moderándose hacia su objetivo del 2% estable a medio plazo, al tiempo que la fortaleza del mercado laboral les permite tomarse cierto tiempo para que la información que vayan recibiendo les otorgue dicha confianza. 

En ello han coincidido Lagarde y Powell en una mesa conjunta en el foro de bancos centrales que el BCE organiza todos los años en Sintra (Portugal). El mensaje no es nuevo, es el que vienen repitiendo desde las respectivas reuniones de los consejos de gobiernos de ambas instituciones del pasado junio. Pero no por ello deja de ser relevante. Por una parte, porque lo emiten a la vez los dos máximos responsables de los bancos centrales del euro y el dólar. Pero también porque confirma la prudencia que se ha impuesto en las autoridades monetarias ante la senda más resistente a seguir bajando en que ha entrado la inflación y la persistencia de elevadas incertidumbres geopolíticas (Ucrania, Palestina y los efectos económicos de las actuales elecciones legislativas francesas y las presidenciales estadounidenses de noviembre).

El BCE, así, estima que la inflación de la zona euro bajará a su objetivo del 2% en el último trimestre de 2025. Así lo viene calculando desde septiembre del año pasado, de ahí que bajara los tipos hace un mes por primera vez desde 2019. "Pero no fue un proceso lineal, ni un camino predeterminado en el que nos estamos embarcando, sino un paso al que seguirá una revisión adicional de los datos. Estamos muy avanzados en esa senda desinflacionaria y estamos en esa lenta recuperación (económica) que vino durante el primer trimestre y que esperamos persevere, pero todo eso está plagado de incertidumbres y grandes interrogantes sobre el futuro", ha advertido Lagarde. 

En la buena dirección

El dato de inflación de la zona euro de junio, adelantado este martes por Eurostat, ha sido positivo: un 2,5%, una décima menos que en mayo. "Va en la dirección correcta, es bueno, pero todavía creemos que es probable que el camino tenga baches hasta finales de 2024", ha matizado la alta funcionaria francesa. En particular, todavía es muy alta la inflación de los servicios (4,1%). El BCE necesita estar más seguro de que la subida de los salarios se modera como espera y los beneficios empresariales absorben parte de esa alza antes de seguir recortando los tipos de interés. 

Lagarde, asimismo, ha insinuado que el banco central tomará medidas si es necesario para evitar que la posible formación de un Gobierno de ultraderecha en Francia provoque inestabilidad financiera y perjudique con ello la lucha por reducir la inflación. "No comento en la situación política de ningún Estado, pero obviamente el BCE tiene que hacer lo que tiene que hacer. Nuestro mandato es la estabilidad de precios y la estabilidad de precios depende obviamente de la estabilidad financiera. Estamos atentos a esto porque es parte de nuestro trabajo y continuaremos haciéndolo", ha sostenido.

Demasiado tarde o pronto

Powell, por su parte, ha mantenido que la FED ha hecho un "progreso bastante grande" hacia el objetivo de bajar la inflación al 2%, nivel que según sus estimaciones se alcanzará a finales de 2025 o más probablemente en 2026. Con todo, el banco central estadounidense, que todavía no ha bajado los tipos y ahora prevé un solo recorte este año, quiere estar "más confiado" antes de relajar su política monetaria. Tras un par de meses al alza, el IPC en el país acumula dos meses de descenso, pero está más alto que en la zona euro: 3,3%. La gran cuestión, ha resaltado Powell, es no actuar demasiado pronto (lo que podría provocar que la inflación vuelva a descontrolarse) o demasiado tarde (lo que causaría un daño innecesario a la economía y el empleo).  

El presidente de la FED, asimismo, ha sido cuestionado sobre el efecto que podría tener en la política monetaria la elección como presidente de Donald Trump, que en el pasado ya ha cuestionado en numerosas ocasiones sus decisiones. "No me centro en eso en absoluto y no es un tema de conversación. Realmente creo que seguiremos haciendo nuestro trabajo y la historia juzgará. El apoyo a la independencia de la FED es muy elevado en los dos partidos (republicanos y demócratas", ha apuntado.