Agricultura

El campo respira aliviado: la cosecha de cereal aumentará un 94% y la de almendra, un 10%

Las lluvias de la primavera mejoran las estimaciones de los productores y apuntan a posibles bajadas de precios para el consumidor

La producción de aceite de oliva aumenta un 28% y el Gobierno ya habla de una bajada de precios tras el verano

Una cosechadora trabaja en un campo de cereales en Castilla y León.

Una cosechadora trabaja en un campo de cereales en Castilla y León. / URCACYL

María Jesús Ibáñez

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España recogerá este año en torno a 20,09 millones de toneladas de cereales, desde trigo hasta maíz y centeno, lo que supone un crecimiento del 93,6% respecto a la pasada temporada (muy castigada por la falta de lluvias) y del 15,6% en relación a la media de los últimos cinco años. La previsión, hecha pública esta semana por la organización de Cooperativas Agroalimentarias de España a las puertas de que en unas semanas empiece la cosecha, supone, entre otras cosas, un importante alivio para el sector cerealista español, que arrastraba dos años de producciones muy mermadas. Y eso, antes o después, acabará repercutiendo también en los precios que pagan los consumidores finales, en este caso a la hora de comprar una barra de pan, harina o un paquete de pasta.

También van a beneficiarse de las precipitaciones caídas esta primavera otros cultivos de secano, como el almendro, que en el conjunto de España prevé una cosecha un 10% superior a la de 2023, y que en Catalunya se estima un 33% por encima de la del año pasado, según los cálculos, en este caso, de la Federació de Cooperativas Agràries de Catalunya (FCAC). El olivar, que ya se ha acabado de varear, ha aumentado su producción en un 28% este año y las previsiones son también muy favorables de cara a la próxima campaña, que se inicia en octubre.

En Catalunya, se cosecharán casi un millón de toneladas de cereales (especialmente trigo y cebada), lo que supondrá un incremento del 54% respecto a la también castarófica campaña de 2023, que se quedó en poco más de 631.000 toneladas de grano.

Las primeras estimaciones apuntan a que los rendimientos en el cereal se situarán, en el conjunto de España, en 3,69 toneladas por hectárea, un 11% superior a la media quinquenal. La cosecha de trigo blando ascenderá a 6,3 millones de toneladas; la de cebada, a 7,7 millones de toneladas; la de maíz, a unos 3,6 millones de toneladas; la de trigo duro, a 900.000 toneladas; la de avena para grano, a 740.000 toneladas y a 215.000 toneladas la de centeno. Según explican los responsables de las cooperativas, las temperaturas de este año han sido las adecuadas para el ciclo del cereal, lo que ha evitado que los cultivos hayan sufrido estrés hídrico entre abril y mayo y las espigas se hayan formado de modo correcto. 

Más almendras

Mientras tanto, la FCAC estima que la producción de almendras en la campaña 2024-2025 se situará en 9.752 toneladas, frente a las 7.316 toneladas de la campaña anterior, lo que representa que el incremento de la producción sería de un 33,3%. El responsable de frutos secos de la entidad, Josep Pere Colat, atribuye el aumento a que "no hay previsión de restricciones relevantes de agua en las zonas donde hay más almendros, a la vez que las plantaciones de regadío han aumentado ligeramente". Tampoco ha habido heladas significativas como las de 2022, que dieron al traste con la cosecha y provocaron un alza de precios importante.

En España, donde la sequía en 2023 no fue tan extrema como en Catalunya, el aumento de cara a la temporada de este año es algo más moderado. Las organizaciones Asaja, COAG, Cooperativas Agro-alimentarias de España y la Asociación Española de Organizaciones de Productores de Frutos Secos y Algarroba (Aeofruse) prevén en 125.054 toneladas la producción de almendra, un 41% por encima de la media de los últimos cuatro años, y un 10% respecto a la pasada campaña

En cambio, los productores de algarroba prevén recoger en torno a 11.000 toneladas, los que supondría una bajada del 38,9% en relación a la campaña anterior (18.000 toneladas), ya que la sequía de la segunda mitad de 2023 afectó gravemente a la floración de los árboles y, por tanto, el fruto.