Andà p'allá, bobo

Què volen aquesta gent que truquen de matinada?

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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El segundo mandato de Joan Laporta ha tenido una característica primordial. Bueno, dos. La primera es que Laporta ganó sin programa electoral, sin saber lo que iba a hacer, cómo lo iba a hacer y con quién lo iba a hacer. La improvisación, el cachondeo, las risas, las bromas fueron de tal calibre que ni siquiera tenían dinero ni propiedades para avalar.

Se presentaron así, a pecho descubierto y aún hay quien recuerda lo que Laporta le dijo a José Elías cuando el milmillonario le preguntó dónde estaba el dinero para avalar: "No tienes ni idea de lo que es el Barça, cuando gane tendré cola de bancos para facilitarme el aval, ya verás". Lo que Elías vio (y, meses después, se arrepintió) es que tuvo que poner decenas de millones de euros de su bolsillo, como lo hizo Jaume Roures, para que su amigo (Eduard Romeu) fuese vicepresidente y un conocido (Joan Laporta), presidente. Repito: primera característica del segundo mandato de Joan Laporta, todo fue pura mentira, 'pit i collons'.

Empieza la movida

Segunda característica: jamás ha tenido oposición, nunca. Víctor Font, una buena persona que no nació para mancharse el traje ni sus preciosos zapatos de doble hebilla (los baratos son Lotusse, pero me temo que los de Font sean ingleses y muy caros), jamás ha planteado batalla de verdad, a cara de perro. Ha seguido siendo un señor y así, la verdad, es difícil hacerle ni siquiera cosquillas a alguien como Laporta, que decidió saltarse todas las reglas del juego para, no solo gobernar con los suyos, familia y amigotes incluidos, sino cambiar las leyes culés para hacer lo que quisiera.

Laporta va a votar el día de las elecciones, en marzo del 2021

Laporta va a votar el día de las elecciones, en marzo del 2021 / VALENTÍ ENRICH

Este escenario ha quedado dinamitado con la aparición de una lista de personalidades que preparan una candidatura unitaria, publicada por ‘La Vanguardia’ y que confirmaba, plenamente, los nombres adelantados, en dos tandas, por el diario 'Sport' hace ya muchas semanas. Ese ‘boom’, ese pistoletazo de salida, con dos nombres muy señalados como Font y Joan Camprubí, nieto de los expresidentes Montal, puso en pie de guerra a Laporta, que, indignado y olvidadizo (parece no recordar el ruido que fomentó y provocó con ‘L’Elefant Blau’), no tardó en contestar a qué viene este ruido y por qué aparecen estos ahora. Fue un "què volen aquesta gent que truquen de matinada?", que tarareábamos en el franquismo.

Laporta se encuentra solo, pero le da absolutamente igual. Tiene los que tiene y sigue pensando que su ‘pit i collons’, con su discurso victimista y su optimismo desmedido le permitirá mantener los 30.184 votos que le hicieron presidente (perdón, quien le hizo presidente fue su amigo Roures y Elías), en marzo del 2021.

Lluvia de llamadas

El problema es que lleva dos de sus tres temporadas en cero de cuatro títulos. Y eso, de producirse un tercer curso (segundo consecutivo), le forzaría a adelantar las elecciones y la oposición, ahora sí, ha empezado a prepararse, a juntarse, a buscar uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis personalidades que les permita pensar que el cambio es posible.

A Laporta no hay nada que le ponga más cachondo que tener una oposición. Es así de atrevido. Y si son vecinos de su lujoso ático de la Diagonal, mejor que mejor. Pero Laporta ya sabe que todos los miembros de esa lista, que no se consideran una candidatura sino un "colectivo transversal para aglutinar a quien se avenga", han empezado a recibir llamadas de personalidades culés que, por fin, ven una idea a la que unirse.

Las llamadas de "venga, qué necesitas", "qué hacemos", "sí, me atrevo", han empezado a proliferar en ese ambiente culé que cree, en efecto, que la entidad del club y hasta su propia existencia e independencia están en peligro. Repito, no se trata de ganar, se trata de resucitar al ‘més que un club’. "Ya buscaremos los nombres, los líderes, ahora pongámonos de acuerdo en que debemos unirnos para salvar al Barça", es el cántico de esta movida.

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