Tendencias de consumo

El consumidor español se pasa a la ‘clara’: la caña de cerveza se está pidiendo un 14% menos, mientras se dispara un 35% la mezcla con limón

El turismo empuja la demanda de sangría hasta un 19% en Catalunya, en un primer semestre de 2024 marcado por la caída del consumo de bebidas alcohólicas en general

Los españoles redujeron en dos litros su consumo de cerveza en 2023 por la inflación

Una terraza de Barcelona, este verano

Una terraza de Barcelona, este verano / ZOWY VOETEN

Paula Clemente

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Entre enero y junio de este año, se han pedido un 14% menos de ‘cañas’ de cerveza en los bares y restaurantes españoles que en el mismo periodo del año pasado. También cae, en estos mismos seis meses y casi en idéntica proporción, el consumo de cerveza artesana. O el de la cerveza de barril. En cambio, en esta primera mitad de 2024 se han servido muchas más ‘claras’: esta bebida que combina la cerveza con el limón crece un 35% en España, especialmente en comunidades como las Islas Baleares, Castilla y León, Canarias y Catalunya.

Así lo indica una recopilación de datos llevada a cabo por la empresa catalana de estudio de mercado Delectatech, a partir del análisis de los comentarios en canales digitales de más de 250.000 establecimientos de restauración españoles. Esta compañía enmarca la tendencia en una caída global del consumo de bebidas alcohólicas, algo que relacionan con varios factores como la inflación o la búsqueda generalizada de un estilo de vida más saludable. Pero también con el auge del turismo, que hace crecer, por ejemplo, el interés por la sangría.

En concreto, de acuerdo con sus datos, el consumo de bebidas alcohólicas ha caído un 2,64% hasta junio, en comparación con lo que ocurrió en el primer semestre de 2023. El descenso es generalizado, pese a que se nota especialmente en el terreno de la cerveza y en el de los cócteles, con caídas del 14% en el caso de la caipiriña y de casi el 17,5% en el del mojito. Destaca, en sentido contrario, el vino: se ha pedido un 10% más de ‘champagne’, un 6% más de sangría, un 3,5% más de vino tinto, un 3% más de cava y la única víctima es el vino blanco, cuya ingesta se contrae un 1% en los bares.

“La disminución general del consumo de bebidas alcohólicas puede estar relacionada con el aumento de precios que se produjo durante 2023, y cuyo impacto perdura, y también puede ir ligada a una creciente preocupación por la salud y una vida más sana, especialmente entre los jóvenes”, apuestan desde Delectatech. “Al mismo tiempo, los datos de consumo de alcohol en España también sufren el impacto del aumento del turismo”, sostiene esta empresa de analítica de mercado, que recurre al Instituto Nacional de Estadística (INE) para indicar que España está recibiendo un 13,6% más de turistas y correlacionar directamente este dato con el crecimiento de la sangría. En Catalunya, esta bebida se dispara un 19% el primer semestre.

Cerveza sin alcohol

En el caso concreto de la cerveza, las conclusiones son algo menos tajantes, porque esta compañía es consciente de que esta es la bebida que domina la categoría en España y que un verano caluroso y repleto de eventos deportivos como la Eurocopa o las Olimpiadas pueden haberla impulsado de nuevo de julio en adelante. También se inclina por esta lectura el tecnólogo alimentario y divulgador Mario Sánchez. "Son porcentajes pequeños, no creo que sean lo suficiente relevantes como para considerar que la gente esté súper concienciada, creo que es más una cuestión de variedad de producto y de opciones sin alcohol", opina este profesional, sobre todo teniendo en cuenta que la 'clara' es igualmente una "bebida recreativa". "No creo que la persona que vaya a consumir una 'clara' frente a una cerveza normal lo haga por salud, puede ser que simplemente no le apetezca tanto alcohol, quiera refrescarse más o que no le guste el sabor de la cerveza", ultima Sánchez, que se decanta, en resumen, por la teoría de las fluctuaciones propias del mercado.

En cualquier caso, el Informe socioeconómico del sector de la cerveza en España que impulsa la asociación Cerveceros de España ya puso de manifiesto la tendencia de caída a principios de este año. Sus datos hablaban de una reducción de la ingesta de cerveza en general del 3,5%, si no se tenía en cuenta la aportación del turismo a la ecuación, aunque su análisis apuntaba hacia la inflación y el interés cada vez mayor por un consumo más moderado. El ejemplo más claro, a su juicio, es el de la cerveza sin alcohol, que “consolida su posición como caso de éxito mundial”: en España se bebe ya la misma cantidad de cerveza sin alcohol que en toda Latinoamérica.

“Este éxito podría relacionarse con el hábito de consumo moderado y responsable de los españoles, con unos jóvenes que cada vez reducen más su consumo de cerveza y unos mayores que también bebieron menos cerveza en 2023”, explica este documento, que también suma el componente de la responsabilidad, ya que más de la mitad de las veces que se pide cerveza sin alcohol se asocia con la conducción