Alimentación

Las cooperativas agrarias de Catalunya alertan de que el aceite sigue en zona de peligro, pese a las lluvias

La FCAC anticipa una cosecha un 90% menor a la que se daba antes de esta crisis hídrica en la principal zona productora de Catalunya, lo que complicaría las previsiones de bajadas de precio a partir de este otoño

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Una plantación de olivos en Cabacés, en Tarragona.

Una plantación de olivos en Cabacés, en Tarragona. / El Periódico

Paula Clemente

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Hace semanas que el mensaje más extendido es que el precio del aceite de oliva está a punto de empezar a bajar. Se agarran, las productoras y comercializadoras que se han pronunciado hasta ahora, en que este año habrá por fin una cosecha decente, teniendo en cuenta que ha llovido mucho más que los anteriores. Pero la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya (FCAC) ha roto esta burbuja de optimismo al alertar de que las lluvias de esta primavera han paliado la situación solo parcialmente, que determinados sectores y territorios continúan en situación de sequía persistente y que, por lo tanto, la producción de alimentos sigue allí en riesgo.

Uno de estos casos es, precisamente, el del aceite. Esta entidad ha precisado este lunes, tras reunirse con el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat, que la afectación sigue siendo "muy grave" en la zona del Baix Ebre-Montsià, la zona donde más se produce de Catalunya. "Se estima que la cosecha podría caer un 90% en relación con una buena campaña", concretan sus responsables, que esperan recoger 16.000 toneladas de aceite, a lo sumo, un volumen parecido al de los últimos años, es decir, equiparable al de "la peor campaña de aceite de oliva en Catalunya de las últimas décadas".

Esto no solo implicaría que los precios no bajasen, sino que podría llegar a suponer que la situación empeorara. Al encadenar una cosecha mala con otra, cada vez es menor la reserva de producto, lo que lleva a los productores a dosificar la venta para evitar quedarse sin y, consecuentemente, empuja los precios al alza. Es cierto que si el problema de sequía persistiera solo en Catalunya, es probable que el consumidor ni lo notara, pues las distribuidoras podrían comprar el aceite en otros puntos de España, pero entonces el problema sería doble para las explotaciones locales, que no solo verían descender sus ventas, sino a otros competidores comerles su terreno.

De ahí que la FCAC haya reclamado que se establezcan medidas de ayuda a los sectores y explotaciones más afectadas por la caída de la producción. No solo en el caso del aceite, también en el del vino, el de los frutos secos o el de los cereales. "En determinados cultivos, como el de las cerezas del Priorat o el de las almendras en el Camp de Tarragona, hasta pueden llegar a morir las plantaciones", advierten.

Otros cultivos afectados

En el caso de la viña, dicen, la situación es muy irregular según la zona. La afectación más grave se da en el Priorat, en el secano de la Terra Alta y otras comarcas de Tarragona en las que todavía no ha llovido. "En la zona del cava, las lluvias de primavera permitirán salvar las cepas de Camp de Tarragona y el Penedès, cuya supervivencia peligraba, pero este año casi no tendrán producción y se estima que la reducción de uva podría llegar a ser superior al 35% en relación con una campaña normal", concretan.

En el terreno de los avellanos, la FCAC habla también de una cosecha menor, y, en este caso sí, de árboles en peligro de muerte. Esto, que vinculan directamente con las restricciones de riego, "pone contra las cuerdas la continuidad del sector", lamentan. Peligran, asimismo, la almendra y la algarroba. "La sequía persistente aún se mantiene y ha supuesto un estrés hídrico para los árboles, sobre todo en plantaciones de secano, de manera que las cifras definitivas de cosecha se verán reducidas", apuntan. Se estima una producción casi un 40% menor, en el caso específico de la algarroba, cuya floración se ha visto afectada por la falta de lluvias de la segunda mitad de 2023.

Por último, los cálculos de esta federación de cooperativas agrarias sugieren que este año se dará una producción de cereales un 31% menor a la media de los últimos años. "La previsión de cosecha es especialmente baja para las comarcas del Segrià, Pla d'Urgell, Anoia y Conca de Barberà, y también estarán afectadas Segarra, Urgell y Noguera", zanjan.