España dispara en un año su superávit comercial alimentario: vende fuera casi 2.000 millones de euros más en alimentos de los que compra

Sea porque fuera están peor en términos de existencias, sea porque las empresas del país piensan cada vez más en clave exterior o sea como consecuencia de una corrección de los flujos internacionales, España tiene una balanza comercial alimentaria cada vez más sólida. Las empresas agroalimentarias del país venden fuera más que compran desde hace muchos años, pero en los últimos meses la situación se ha disparado hasta el punto que, actualmente, este superávit está en niveles de récord que no se venían desde 2021.

Según el Informe Mensual de Comercio Exterior que publica periódicamente el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, España exportó productos alimentarios por valor de 6.600 millones de euros en mayo, e importó el equivalente a 4.600 millones de euros. Es decir, que ingresó casi 1.950 millones de euros más de lo que gastó en este ámbito. Esto supone agrandar –en solo un año– un 53% el superávit comercial del que goza este mercado, que de hecho es mucho mejor en lo que llevamos de año (9.000 millones de euros) que en este mismo punto del año pasado (6.600) y que el del anterior (7.100).

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En este sentido, juegan un papel importantísimo las frutas, las hortalizas y las legumbres, que suponen, con diferencia, el producto alimentario que más se vende al exterior. En mayo, este género marcó el mejor registro del año, con casi 2.400 millones de euros facturados (más de un tercio del total), en producto enviado en especial a Reino Unido, Alemania, Francia y Portugal. A la inversa, España importó algo más de 800 millones de euros en frutas, hortalizas y legumbres, aunque en este caso supone la segunda cifra más alta del ejercicio. De este modo, se llega a mayo habiéndose vendido 7.700 millones de euros más de los que se han comprado.

La siguiente industria con más peso en el exterior es la cárnica. Las empresas exportadoras de este sector llevan vendidos algo más de 5.100 millones de euros hasta mayo y compradas unos 1.500 millones de euros. En el primer caso, el mes de mayor en concreto vuelve a suponer la mejor marca del año, con casi 1.100 millones de euros exportados.

Las razones tras el crecimiento

Ahí sitúa una de las claves el economista y profesor de IESE, Miquel Lladó. Problemas sanitarios como la gripe aviar en China han hecho, con toda seguridad, aumentar las exportaciones de carne. Eso sumado a una situación climática que está azotando igual que aquí (o más) a otras regiones como Italia, California o algunos países de África, y a conflictos geopolíticos que están cambiando los flujos comerciales internacionales. También a que España ha jugado un papel secundario en las amenazas cruzadas de aranceles entre grandes potencias mundiales, lo que probablemente haya hecho ganar terreno discretamente al país. Y, por supuesto, a lo que ocurre de puertas para adentro.

"Las compañías alimentarias han tenido que buscarse la vida, porque la concentración de supermercados aquí es muy grande y el peso de la 'marca blanca' es muy importante, lo que hace que los márgenes sean más pequeños", contextualiza Lladó. "Esto obliga a diversificar, a ir a otros mercados", apunta este economista, que añade a este cóctel de factores el hecho de que las compañías cada vez tengan más vocación y estén más preparadas para mercadear con el exterior.

Sectores con déficit

La mala noticia es que solo hay otro segmento, además del de las bebidas, que presente una balanza comercial positiva (de 260 millones de euros) y, según los datos de este último mes, esta va a la baja: el de los aceites y las grasas. Claro que esto es lógico, dados los problemas que ha vivido el sector. Azotado por dos años consecutivos de malas cosechas, los productores de aceite estén probablemente a punto de agotar sus reservas y empezar a tirar con lo que se conoce como producto de enlace (el remanente que se deja de reserva cada campaña para asegurar que nunca cese el suministro). Las previsiones son optimistas, pero la aceituna no se recoge hasta otoño, que es cuando tendría que empezar a normalizarse el mercado.

De pescado; azúcar, café y cacao; y lácteos y huevos (así como de tabaco, que también está incluido en este grupo de productos) se importa más de lo que se exporta.

“El comercio exterior en España muestra mayor dinamismo que las principales economías de nuestro entorno, con un buen posicionamiento de las empresas españolas en los mercados internacionales”, apunta el Ministerio en un comunicado. “Así, el crecimiento [general] de las exportaciones españolas en mayo contrasta con las caídas registradas por la Unión Europea-27 (-3,5% interanual), zona euro (-3%) y otros socios europeos como Alemania (-3,8%), Francia (-5,9%) o Italia (-1,7%)”, detalla este texto, que atribuye, por el contrario, al comercio exterior español un crecimiento del 2,3% en mayo