Laboratorios punteros

Un día con científicos: visitamos una 'fábrica' de cerebros en miniatura, un laboratorio para resucitar ojos y un cazador de virus

El Centro de Regulación Genómica (CRG), situado a escasos metros de la playa de Barcelona, alberga proyectos de investigación pioneros que prometen cambiar el mundo

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Laura Batlle Morera, jefa de la Unidad de Ingeniería de Tejidos del Centro de Regulación Genómica (CRG), enseña una placa llena de cerebros en miniatura.

Laura Batlle Morera, jefa de la Unidad de Ingeniería de Tejidos del Centro de Regulación Genómica (CRG), enseña una placa llena de cerebros en miniatura. / Irene Vilà Capafons

Valentina Raffio

Valentina Raffio

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Miles de personas pasan cada día frente a uno de los mejores centros de investigación del mundo sin ni siquiera percatarse. El edificio, siempre bañado por la brisa del mar, puede verse desde la playa de Barcelona pero pocos saben que en su interior hay cosas tan excepcionales como una 'fábrica' de órganos en miniatura, un laboratorio para 'resucitar' ojos y hasta una poderosa máquina capaz de detectar, por ejemplo, una única célula tumoral a partir de una minúscula gota de sangre. Se trata del Centro de Regulación Genómica (CRG), uno de los centros de investigación más importantes de la ciudad en los que se trabaja todo el año, incluso en verano, para cambiar el mundo.

Este centro de investigación, abierto todo el año, cuenta con más de 400 científicos de 50 países de todo el mundo

"Aquí siempre hay alguien trabajando. De día, de noche, durante todos los días del año y hasta en festivos", comenta un investigador del centro mientras se adentra en el edificio. Este centro de investigación, situado en primera línea de mar frente a la playa de la Barceloneta, reúne a más de 400 científicos de 50 países. La mayoría, casi el 60%, son investigadores de origen extranjero que han venido hasta Barcelona para trabajar en estas instalaciones en la que se reúnen desde proyectos pioneros hasta maquinarias de última generación. EL PERIÓDICO visita sus instalaciones para averiguar cómo es pasar un día entre científicos, batas y una gran lluvias de ideas.

'Fábrica' de órganos en miniatura

El laboratorio de Laura Batlle Morera, jefa de la Jefa de la Unidad de Ingeniería de Tejidos, alberga una de las 'fábricas' de células madre y órganos de miniatura más importantes de España. Su labor, explica, es la de ayudar a otros científicos a llevar a cabo sus investigaciones. Hay grupos que, por ejemplo, quieren estudiar la evolución de una enfermedad neurodegenerativa y necesitan un minúsculo cerebro que reúna las características del alzhéimer para ver cómo se comportan las neuronas en diferentes momentos. Hay otros que, en cambio, quieren testar un fármaco experimental y necesitan un riñón microscópico para llevar a cabo las primeras pruebas. Incluso hay grupos que quieren investigar una enfermedad rara que acecha a un paciente concreto y que, para ello, necesitan crear un cultivo de sus 'células' para estudiar de cerca cómo se comportan.

Laura Batlle Morera, jefa de la Unidad de Ingeniería de Tejidos del Centro de Regulación Genómica (CRG), mira a través de su microscopio una placa llena de cerebros en miniatura.

Laura Batlle Morera, jefa de la Unidad de Ingeniería de Tejidos del Centro de Regulación Genómica (CRG), mira a través de su microscopio una placa llena de cerebros en miniatura. / Irene Vilà Capafons / EPC

"Podemos crear todo tipo de órganos en miniatura para llevar a cabo distintas investigaciones científicas", explica Batlle Morera mientras enseña, orgullosa, una placa llena de cerebros microscópicos que han diseñado para mostrar unas mutaciones específicas que intrigan a los científicos y que podrían tener la clave para curar el párkinson. Este trabajo, insiste, requiere una parte de 'expertise' y una, aún más importante, de paciencia y hasta de cariño hacia las células.

"Hay algunos órganos que tardan tres meses en estar listos y otros que demoran seis meses o más"

Laura Batlle Morera

"Es un proceso largo y a veces algo tedioso. Para cultivar estos organoides necesitamos seguir unos protocolos muy estrictos y, sobre todo, brindar cuidados diarios. Hay algunos órganos que tardan tres meses en estar listos y otros que demoran seis meses o más. Durante todo este tiempo, tienes que estar muy encima de ellos para que salgan adelante. Es una tarea pesada pero los resultados valen mucho la pena", comenta la científica mientras mira a través de su microscopio la evolución de sus 'cerebritos' en miniatura.

Cada uno de los circulitos que se ven en las placas alberga un cerebro en miniatura. Estos órganos están aún en fase embrionaria y, según explica la investigadora Batlle Morera, tardarán meses en estar listos.

Cada uno de los circulitos que se ven en las placas alberga un cerebro en miniatura. Estos órganos están aún en fase embrionaria y, según explica la investigadora Batlle Morera, tardarán meses en estar listos. / Irene Vilà Capafons / EPC

Durante la pandemia de covid-19, este laboratorio desarrolló cientos de pulmones en miniatura para estudiar el impacto de este virus sobre el sistema respiratorio y, además, para probar la eficacia de diferentes fármacos para tratar esta enfermedad. Ahora, además, entre los varios proyectos en marcha, también hay una línea de trabajo específica enfocada a entender por qué algunos tratamientos funcionan bien en ciertos pacientes y en otros apenas tienen resultado. Todo ello, gracias al diseño de órganos en miniatura.

Un laboratorio para 'resucitar' ojos

A tan solo unos metros de distancia, el laboratorio de Pia Cosma trabaja en algo tan excepcional como una técnica para 'resucitar' ojos. "Queremos entender cómo funciona este órgano tan complejo, qué pasa cuando aparecen los problemas de retina y cómo podemos ayudar a las personas con ceguera", explica esta profesora de investigación ICREA y coordinadora del programa de investigación de biología sintética.

"Tenemos muchas esperanzas de que nos puedan servir para curar enfermedades de la retina y hasta la ceguera"

Marta Cadevall Anglès

En condiciones normales, los ojos mueren tan pronto como se detiene el flujo sanguíneo y fallece su portador. Por eso mismo, gran parte del trabajo de este laboratorio se centra en desarrollar una tecnología que permita "mantener vivos" los ojos de un individuo muerto durante el mayor tiempo posible. "Esto nos permite tanto estudiar mejor el funcionamiento de la retina como poner a prueba tratamientos experimentales contra la ceguera", comenta.

Pia Cosma, profesora de investigación ICREA y coordinadora del programa de investigación de biología sintética, lidera un laboratorio en el que se investiga cómo 'resucitar' ojos.

Pia Cosma, profesora de investigación ICREA y coordinadora del programa de investigación de biología sintética, lidera un laboratorio en el que se investiga cómo 'resucitar' ojos. / Irene Vilà Capafons / EPC

"La gran mayoría de estudios que realizamos son con ojos de cerdo. En muchos casos, son ojos que recogemos directamente de los mataderos y vienen de los mismos animales que luego se utilizan para hacer jamón", comenta Marta Cadevall Anglès, una de las estudiantes predoctorales que trabaja en este proyecto. Hasta ahora, explica, muchos de los tratamientos desarrollados para tratar los problemas de retina han fallado porque durante buena parte del proceso solo se han testado en ratones y después, al probarlos en humano, no han dado los resultados esperados. "Los ojos de los cerdos, en cambio, son sorprendentemente parecidos a los de los humanos. Tenemos muchas esperanzas de que nos puedan servir para curar enfermedades de la retina y hasta la ceguera", añade, entusiasmada, Cadevall Anglès desde este laboratorio pionero.

La investigadora Marta Cadevall Anglès muestra una parte de su trabajo sobre retina.

La investigadora Marta Cadevall Anglès muestra una parte de su trabajo sobre retina. / Irene Vilà Capafons

En los últimos meses, el laboratorio ha empezado ya a realizar algunos estudios con ojos humanos. Por ejemplo, de pacientes que han fallecido y que han donado su cuerpo a la ciencia. "La mayoría de nuestros trabajos han sido en ojos de cerdo, pero también hemos hecho estudios en cinco o seis ojos humanos que nos han cedido desde distintos hospitales de Barcelona. Hasta ahora, hemos conseguido 'resucitar' y mantenerlos 'vivos' durante varias horas. Y esto, aunque pueda parecer poco, es mucho más de lo que se había conseguido hasta ahora", explica Cosma desde su laboratorio.

"Hemos conseguido 'resucitar' y mantener 'vivos' ojos humanos durante varias horas"

Pia Cosma

El 'cazador' de células tumorales y virus del mar

Una de las joyas de la corona de este centro de investigación no tiene que ver con un proyecto concreto, una línea de estudio o una meta científica. "Es una tecnología pionera capaz de analizar más de 60.000 células por segundo, recopilar más de 50 parámetros distintos hasta dar, por ejemplo, con una célula tumoral", comenta Òscar Fornas, jefe de la Unidad de Citometría de Flujo (CRG/UPF).

Una de las joyas de la corona de este centro es una tecnología capaz de 'fotografiar' 60.000 células por segundo hasta encontrar un inicio de tumor

Esta plataforma empezó hace ya 25 años y desde entonces ha ido creciendo hasta convertirse en una de las más importantes de su tipo en toda Europa. "Hay más de 200 grupos de investigación y hasta 500 científicos que utilizan estas herramientas pioneras para realizar sus trabajos", comenta Fornàs. En estos momentos, explica, sus dos laboratorios pueden presumir de máquinas punteras por un valor de casi cinco millones de euros que acaban reuniendo a científicos de todo el mundo.

Un investigador trabaja en la unidad de citometría de flujos del Centro de Regulación Genómica.

Un investigador trabaja en la unidad de citometría de flujos del Centro de Regulación Genómica. / Irene Vilà Capafons / EPC

La tecnología de este laboratorio es tan sofisticada como versátil. "Aquí se realizan todo tipo de trabajos. Desde estudios para entender cómo funciona el sistema inmune hasta trabajos tan novedosos para estudiar la diversidad de microorganismos que hay en el mar", comenta Eva Julià Arteaga, una de las expertas en citometría de flujo de este centro.

Eva Julià Arteaga, una de las expertas en citometría de flujo del Centro de Regulación Genómica (CRG).

Eva Julià Arteaga, una de las expertas en citometría de flujo del Centro de Regulación Genómica (CRG). / Irene Vilà Capafons / EPC

Hoy por hoy, buena parte de los trabajos que se realizan en este laboratorio tienen que ver con cuestiones relacionadas con la salud humana y la biomedicina. Pero en un futuro, según explica esta científica, todo apunta a que habrá cada vez más trabajos sobre "la salud del planeta". "Hay varias líneas de estudio vinculadas a temas de medio ambiente. Hay científicos que, por ejemplo, están buscando virus del mar hasta ahora desconocidos que puedan actuar frente a bacterias multirresistentes frente a los tratamientos convencionales", comenta Julià Arteaga.

"Se están buscando virus del mar que puedan actuar frente a bacterias multirresistentes"

Eva Julià Arteaga

Todos y cada uno de estos trabajos podrían cambiar el mundo. La 'fábrica' de órganos en miniatura podría ayudar a desarrollar tratamientos contra el alzhéimer, el párkinson y hasta contra distintos tipos de cáncer. El laboratorio para 'resucitar' ojos podría ayudar a curar la ceguera y devolverles la vista a personas cuyos ojos se están apagando. Y el cazador de virus podría, quién sabe, hallar el Santo Grial contra las bacterias multirresistentes. Pero para lograrlo, los científicos y científicas deberán seguir trabajando hasta llegar a su momento 'eureka'. "No puedes ponerle fecha a un descubrimiento científico, pero sí perseverar hasta lograrlo", comenta un investigador del centro.

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