Cocina auténtica

Capú, el restaurante que hace la pasta carbonara favorita de medio Barça

Este establecimiento de Sant Gervasi ha cautivado con la autenticidad de sus recetas a numerosos deportistas de élite

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Espaguetis 'alle nocciole' del restaurante Capú.

Espaguetis 'alle nocciole' del restaurante Capú. / Capú

Laia Zieger

Laia Zieger

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"La mejor carbonara del mundo". Es lo que dicen quienes prueban esta receta de pasta en Ristorante Capú (Atenes, 42). Nada más y nada menos. Así de fácil, o de difícil. Tan simple como el objetivo que se han fijado los dueños (“comer bien cocina italiana como debe ser”) y tan sencillo como ellos mismos: Gennaro di Fiore y Francesca Capuano, el chef y la directora de sala del restaurante, respectivamente. Un equipo de dos (sin más) a las riendas de su propio establecimiento en Sant Gervasi desde hace un año. Pareja en la vida y socios en el restaurante, un lugar en el que insisten en mantener separadas ambas facetas como garantía de profesionalidad.

Pero resulta imposible no intuir que aquí hay algo más. A Francesca le traicionan las miraditas que va echando discretamente a su marido mientras asegura que “admiro su forma de trabajar cada receta con las manos y al momento". "Si el cliente debe esperar un poco más, a él le da igual. Pero quiere que cada plato sea impecable y lo más natural posible”. Un punto a favor de Gennaro, que quiere ofrecer una cocina auténtica, unas recetas únicas capaces de ensalzar cada ingrediente como muestra de respeto a unos productos de gran calidad que se resiste a enmascarar.

“Cocinar de forma simple es lo más difícil que hay. No puedes hacer trampas o engañar. La técnica debe ser impecable y la selección del producto, también. Esa debería ser la base para cualquier chef”, explica este devoto apasionado de la gastronomía -en especial la Italiana- antes de concluir: “Si pides almejas, debes comer almejas. No eneldo con almejas”. Fin.

Cocinero de vocación

Gennaro cayó en el mundo de la cocina de bien pequeño. “Recuerdo que, siendo muy niño, estaba comiendo con mi familia en un restaurante y de repente oí el ruido de platos. Este sonido me cautivó”. Aquello le despertó fervor gastronómico. Devoción. “Al instante tuve claro que quería pasar mi vida en una cocina. Así fue”, explica con la seguridad del que lleva la profesión en la sangre. “Mi abuelo era cocinero napolitano. Es decir, lo más tradicional que hay. Me fascinaba su oficio. Pero mi padre no quería este futuro para mí porque le resultaba una vida dura. Estuve primero estudiando y trabajando en un restaurante a la vez, y con 16 años me planté y entré en a la escuela de hostelería”. A partir de entonces, su pasión por este oficio no hizo más que crecer.

Tras años trabajando en restaurantes de Nápoles, le llovieron ofertas internacionales. Se vino a Barcelona donde ha trabajado en distintos restaurantes conocidos de la ciudad. Eso hasta diciembre del 2022, cuando abrió su propio restaurante, Capú. ¿Por qué? “Quería hacer la cocina como yo la entiendo”. El proyecto ha funcionado gracias al preciado boca-oreja en el vecindario, cosa que le ha forjado una clientela fiel.

Del anonimato al estrellato

Pero el subidón le llegó con una visita inesperada. “Un cliente habitual se presentó un día con un compañero argentino. Al salir, este compartió una reseña asegurando que éramos el mejor restaurante italiano de Barcelona. Era Rodrigo Messi, el hermano de Messi. A partir de entonces, Francesca y Gennaro suponen que la recomendación se extendió por el vestuario del Barça e incluso entre equipos y disciplinas deportivas.

Porque reciben visitas frecuentes de figuras del mundo del deporte, como el exjugador del Barça balonmano Enric Masip, que aseguran se volvió loco con su carbonara diciendo que era “la mejor que había probado en su vida”. También Joan Laporta, Rafa Márquez, Mágico Díaz, Riqui Puig, Deco, Mazinho y Víctor Ruiz han pasado por Capú. Hay más, pero Francesca -siempre de perfil bajo, con una humildad sincera- tampoco lo sabe porque confiesa no tener ni idea de fútbol. “Yo trato a todos los clientes igual”, afirma con su maravilloso acento napolitano que hace que se la ame aún más.

La mejor pasta carbonara de Barcelona

La verdad es que aquí te sientes como en casa, salvo que comes como en el cielo. La carta es una mezcla de receta clásicas (como el ragú napolitano, el 'cacio e pepe', la genovesa, las albóndigas o la pasta al huevo) que Gennaro dice haber aprendido de su mamá y abuelo, “porque solo se transmiten en la familia”; y algunas sugerencias con firma del chef y productos de temporada como los espaguetis 'all’ancora' o los raviolis rellenos de vieiras con tartar de gamba roja. Para llorar.

Gennaro asegura que en ningún caso olvida su propósito primigenio, la seña de identidad de un restaurante que rinde homenaje en cada detalle a la sacrosanta cocina italiana: educar al cliente en el conocimiento de la verdadera gastronomía de su país.

En esta onda, se lleva las manos a la cabeza cuando menciona una de las grandes aberraciones en materia de gastronomía italiana que perpetran en numerosos restaurantes: elaborar la carbonara con nata. "La mía tiene tan solo cuatro ingredientes: pasta fresca hecha al momento, huevo, pecorino, 'guanciale' y pimienta negra", zanja. Probar la suya, sin duda, es querer olvidarse de todas las otras que hemos zampado. 'Ma che meraviglia'!

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