Nostalgia, anécdotas y "pena" por el cierre de El Corte Inglés de Portal de l'Àngel: "Estamos perdiendo la identidad de Barcelona"

La sucursal de El Corte Inglés en el Portal de l'Àngel de Barcelona tiene las horas contadas. El sábado 31 de agosto será el último día que la firma abrirá al público en el histórico edificio ideado por el arquitecto Arnald Calvet. Estos grandes almacenes tienen casi un siglo de arraigo en el centro de la ciudad y su cierre genera una gran nostalgia entre la clientela, como ha podido comprobar EL PERIÓDICO este jueves a pie de calle.

El emblemático edificio lo hizo construir y lo inauguró en 1926 la familia Jorba, que ya contaba con unas galerías comerciales en su Manresa natal y también en Bruselas. Can Jorba estuvo en funcionamiento hasta 1963, cuando la familia vendió el edificio a Galerías Preciados y se inauguró Jorba Preciados. En 1995 pasó a manos de El Corte Inglés y desde entonces ha funcionado como sucursal de la sede central de plaza Catalunya y con una especialización en productos deportivos de las principales marcas. Hace dos años la propiedad vendió el inmueble a la 'joint venture' formada por Redevco y Ares, que tiene intención de convertir las plantas superiores en oficinas y destinar las inferiores al comercio.

Las rebajas y el gran árbol de Navidad

Pese a que la tercera etapa ha durado unos 30 años, muchos vecinos todavía recuerdan con añoranza los grandes almacenes Jorba. Por ejemplo Josep Flaqué, de 77 años, se acuerda de "cuando era pequeño" porque "pasaba por aquí y regalaban globos". Piensa que Can Jorba era "una institución en Barcelona" que perdió caché con la compra de Preciados "porque venían de Madrid". Pese a ello, está conforme con los nuevos usos que se pretende dar en el futuro a la galería.

Mercè Pla, de 56 años, es otra vecina triste por el cierre de la gran superficie comercial: "Da pena porque toda la vida he visto unos grandes almacenes aquí". Además, rememora los años en que "todo el mundo esperaba a que abriese para entrar los primeros cuando empezaban las rebajas". Es clienta habitual de El Corte Inglés y dice que siempre ha comprado los regalos relacionados con el deporte en el edificio de Portal de l'Àngel.

El recuerdo de los almacenes Jorba es una constante entre los vecinos más mayores de la ciudad. Es el caso de Joan Garcia, que "lo dejaría tal y como está" y que lamenta el cese de actividad: "Me da pena que se cierren los grandes almacenes". También Carme Munné, de 69 años, siente la pérdida: "Siempre que venimos por Portal de l'Àngel acabamos comprando algo". Viene de Molins de Rei junto con su marido, Antonio Rodríguez, de 71 años. Él ha trabajado durante más de 40 años en Barcelona y recuerda haber vivido los tres cambios de propiedad. Tampoco se olvida de uno de los iconos de las fiestas navideñas: "Venía habitualmente por aquí y recuerdo el gran árbol que ponían en Navidad aquí al lado".

También recuerda el abeto Ángel Roma, vecino de 47 años. En la puerta de los grandes almacenes, tras una última visita, dice sentir "pena" por la desaparición de esta tradición. Josep Salvà tiene 58 años y es otro de los vecinos que recuerdan con cariño el "árbol inmenso que se ponía aquí en diciembre". Vive en Gràcia, pero es un habitual del centro de Barcelona. Cree que el fin de la actividad de El Corte Inglés en el Portal de l'Àngel responde a la tendencia de "despersonalización" del barrio y la ciudad. En este sentido, Javier Geijo, de 55 años, apunta a que le aflige más el cierre de comercios barceloneses centenarios, que no forman parte de grandes firmas. Sin embargo, le inquieta la nueva etapa por el inmueble del que se trata: "El edificio es emblemático por toda la historia que tiene", advierte.

Antonio Alfonso Sánchez, de 60 años, tiene una visión similar: "Estamos perdiendo la identidad de Barcelona y de la mayoría de ciudades, y el cierre de El Corte Inglés sigue la misma línea". Por eso, cree que reinventar mucho el edificio sería "un error" porque "siempre han sido unas galerías comerciales", actividad que considera que "debería continuar". Incluso ve cierto "desprecio hacia la clientela" la mera posibilidad de un giro en los usos.

Tampoco le convence el cierre a Joan Garcia, vecino de 75 años, que alaba los antiguos almacenes Jorba y la trayectoria como grandes almacenes: "No me parece bien que se cierre esto", sentencia. Montserrat Gutiérrez, de 79 años, se desmarca y reconoce que hace tiempo que no compra nada en el establecimiento. Considera que "queda muy escondido" pese a estar en pleno centro y que es menos atractivo que otras sucursales de la misma marca.

Luis Antonio Amorós tiene 51 años y recuerda las tardes de paseo por el centro con sus padres, que terminaban con la visita a los antiguos almacenes Jorba Preciados. Ya bajo el nombre de El Corte Inglés, opina que ha sido una "tienda de referencia en todo lo relacionado con el deporte", pero cree que el auge de las compras online compensará que baje la persiana. "No sufres tanto por el cierre de este tipo de tiendas", remacha.